Depresión en niños, cómo detectarla

Los cambios de humor en los que sobresalgan la tristeza y la falta de interés por hacer las cosas deberían alertarnos de que nuestros hijos pueden estar sufriendo una depresión
Por EROSKI Consumer 29 de abril de 2020
depresion infantil
Imagen: shapkasushami

La depresión no es solo un problema de adultos. Los niños también la sufren y pueden padecerla, incluso, desde muy corta edad, a partir de los seis o nueve meses. Aunque los menores de 14 años ya pueden salir a la calle, la actual situación de confinamiento a la que se enfrentan casi nueve millones de niños en España desde el 14 de marzo hace que en muchas ocasiones se muestren tristes, apáticos y con problemas para comunicarse con sus seres queridos. La incapacidad de los pequeños para expresar sus sentimientos y emociones dificulta detectar este trastorno mental. Por eso, como se apunta en este reportaje, los padres deben estar atentos y conocer por qué se produce la depresión en los niños, cuáles son los síntomas, así como las pautas para prevenir su aparición.

La depresión es un trastorno mental que afecta a más de 350 millones de personas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, esta enfermedad no es exclusiva de los adultos, prevalece en todas las edades, incluso en los más jóvenes. Distintas investigaciones apuntan que la depresión afecta al 1 % de los preescolares (entre tres y seis años), al 5 % de los niños en edad escolar y al 13 % de los adolescentes.

Aunque es más infrecuente, este problema también puede hacer mella en los bebés. Victoria del Barrio, profesora de Psicología de la Personalidad y Tratamientos Psicológicos de la UNED, y autora del libro ‘Como evitar que tu hijo se deprima’ afirma que la depresión infantil puede aparecer «desde que el niño establece una relación afectiva, es decir, a partir de los seis o nueve meses» de edad.

¿Por qué se produce la depresión en el niño?

La depresión, en general, se desencadena por la pérdida de algo. En el caso de los preescolares, señala Del Barrio, esta carencia está relaciona con «la falta de cariño y de la presencia de la persona deseada». Esto no significa que cualquier bebé que sufra el distanciamiento de su referente afectivo puede padecer una depresión.

Existe una serie de elementos que fomentan la aparición de este trastorno en los niños, que en la edad preescolar «están ligados fundamentalmente a las relaciones familiares», apunta Victoria del Barrio. El abandono, el abuso psíquico y físico, así como los problemas emocionales de los padres, son algunos de los factores de riesgo en el seno familiar que pueden desencadenar una depresión infantil.

Por su parte, los protocolos de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y el Adolescente destacan, entre otras causas de la depresión infantil, a los antecedentes psiquiátricos familiares, pero, también, a la existencia de enfermedades médicas crónicas en el hogar.

Señales del trastorno de tristeza en el niño

Los niños más pequeños tienen mayor dificultad que los adultos para expresar y comunicar sus sentimientos y emociones. Lo que explica que, en muchos casos, la depresión infantil pase desapercibida para los progenitores. Por otra parte, a los familiares les cuesta reconocer que su hijo de corta edad pueda padecer un estado depresivo, ya que es una enfermedad que no suele asociarse a la infancia.

¿Qué señales pueden alertar, entonces, a los padres? Existen numerosos síntomas que pueden indicar la depresión en el niño. En especial, indica Del Barrio, los padres, así como los maestros, deben estar atentos a los cambios de humor en los que sobresalgan «la tristeza y la falta de interés por hacer las cosas».

La ‘Guía de Práctica Clínica sobre la Depresión Mayor en la Infancia y en la Adolescencia’, publicada por el Ministerio de Sanidad, señala los siguientes síntomas de depresión para diferenciar este trastorno en los niños menores de siete años.

  • Ansiedad e irritabilidad.
  • Rabietas frecuentes.
  • Llanto inmotivado.
  • Quejas somáticas, como dolores de cabeza o abdominales.
  • Pérdida de interés por los juegos habituales.
  • Excesivo cansancio o, por el contrario, de actividad.
  • Problemas para lograr el peso correspondiente a su edad.

Pautas para prevenir la depresión en los pequeños

La aparición de la depresión infantil puede prevenirse y el papel de los padres es fundamental para conseguirlo. La psicóloga Victoria del Barrio especifica que una relación afectiva positiva entre los padres y el niño, así como una dinámica familiar armoniosa, son los inhibidores más importantes de una depresión precoz.

Otras pautas que apuntan los especialistas para evitar el trastorno de mental en los más jóvenes son las siguientes.

  • Mantener buenas relaciones y lazos afectivos entre los miembros de la familia.
  • Establecer reglas y normas de convivencia que faciliten al niño su integración social y procurar su cumplimiento.
  • Ofrecer un modelo de alegría y adaptación y procurar dominar las emociones extremas, ya que los niños copian el modelo que el adulto les ofrece.
  • Ayudarle a desarrollar su autoestima y la seguridad en sí mismo y ejercer la crítica constructiva.
  • Enseñarle a resolver sus problemas y aceptar sus retos.
Tratamiento y diagnóstico de la depresión infantil
  • Tratamiento. Cada caso se debe tratar de forma individual. Pero la profesora de Psicología de la UNED, Victoria del Barrio, destaca que las líneas comunes son “incrementar las actividades agradables, cambiar las disfunciones en la conducta y, si es posible, hacer desaparecer o disminuir el desencadenante de la depresión”.
  • Diagnóstico. Los síntomas pueden servir para una primera detección por parte de los progenitores o maestros, pero “el diagnóstico formal tiene que ser elaborado por un experto en psicopatología infantil”, apunta Del Barrio.
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