Soldar al arco

Una descarga eléctrica eleva la temperatura hasta más de 4.000 grados centígrados para que un electrodo se funda sobre la pieza
Por EROSKI Consumer 20 de agosto de 2003
Img protector soldador
Imagen: jason conlon

La soldadura eléctrica al arco es resultado de la diferencia de voltaje entre un electrodo y la pieza que se suelda. En este proceso, se origina una descarga cuya temperatura supera los 4.000 grados centígrados y da lugar a la fusión del electrodo sobre el metal que se quiere soldar. La longitud del arco está relacionada de forma directa con el voltaje, mientras que la cantidad de entrada de calor depende de la corriente.

Proceso de soldadura

El electrodo es una varilla metálica de acero al carbono, cubierta con un fundente que protege el área de la soldadura contra la oxidación. Antes de empezar a soldar, se debe elegir su diámetro en función del grosor de las piezas que se van a unir. A continuación, se encaja la cabeza del electrodo en la cabeza de la pinza porta-electrodos, se regula la intensidad de la soldadura a partir del diámetro del electrodo utilizado y, tras fijar la pinza de masa sobre las piezas que se unirán, se comienza a soldar.

En una soldadura con arco eléctrico se recurre al contacto de dos conductores (el electrodo del arco y la pieza que se suelda), que se someten a una diferencia de potencial para crear entre ellos un flujo de corriente. Después, se separan y se provoca una descarga de arco que supera los 4.000 grados centígrados. Ésta origina la fusión del electrodo sobre el metal que se quiere soldar.

Cuando se acercan o se alejan los electrodos, la resistencia y la intensidad se alteran y la energía se transforma en calor, por lo que la soldadura no es homogénea. Para que lo sea, se debe mantener invariable la distancia entre electrodos.

Debido a la fusión y la oxidación por la humedad del electrodo, se origina un residuo (escoria) formado por los metales sobrantes que es necesario limpiar con una piqueta, una vez concluida la soldadura.

Tipos de soldadura

Uno de los tipos más comunes de soldadura de arco es la manual con electrodo revestido. En este caso, la corriente eléctrica se utiliza para crear un arco entre el material base y el electrodo, que en esta ocasión es consumible, lo que provoca que el proceso sea algo lento, ya que los electrodos deben sustituirse con frecuencia.

En la soldadura al hidrógeno atómico, los electrodos son de tungsteno en atmósfera de hidrógeno

En la soldadura al hidrógeno atómico, los electrodos son de tungsteno en atmósfera de hidrógeno. El calor generado por el arco disocia las moléculas de hidrógeno, que se forman en contacto con las piezas que se sueldan. Este tipo de soldadura está indicada para metales finos y livianos como el acero inoxidable.

Otra modalidad de soldadura es la de arco metálico con gas. En este proceso se utiliza como electrodo una alimentación continua de alambre, mientras que para proteger la soldadura se utiliza una mezcla de gas inerte o semi-inerte.

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