Cómo limpiar el sofá

Conviene limpiar el sofá con bastante frecuencia para evitar la acumulación de polvo y usar productos específicos para quitar las manchas
Por EROSKI Consumer 25 de abril de 2005
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Imagen: grongar

El sofá ocupa un lugar central en la organización de los muebles y en la decoración del salón. Su limpieza es fundamental y a menudo genera dudas acerca de cuáles son los métodos más convenientes para hacerlo, tanto en el momento de quitar la suciedad general de la casa como cuando se produce una mancha. Este artículo explica el uso de la aspiradora para la limpieza del sofá y cómo hacerlo con trapos húmedos, espumas y quitamanchas. También describe de qué manera limpiar sofás y sillones de cuero.

El sofá es el mueble rey del salón. Por un lado, es uno de los ejes de la estancia en torno a los cuales se organiza la decoración de la casa. Por otro, los usos que tiene son múltiples y variados: sentarse para leer, ver la televisión, jugar a los videojuegos, dormir la siesta… Pero además, el sofá es un mueble que -dados sus empleos y su tamaño- tiende a ensuciarse mucho. Junta abundante polvo y, en el peor de los casos, sufre la acción de líquidos u otros fluidos que se derraman sobre su superficie. Por eso, conviene saber cómo limpiarlo para mantenerlo del modo más sano y limpio posible.

Uso de la aspiradora para la limpieza del sofá

La limpieza se simplifica mucho si la funda del sofá se puede quitar de la estructura y meter en la lavadora o lavar a mano

El elemento fundamental que se debe tener en cuenta para saber cómo limpiar el sofá es el material del que esté compuesto su tapiz o funda.

Si la funda puede quitarse, la tarea es más bien simple: bastará con meterla en la lavadora -o lavarla a mano, si está confeccionada con un material delicado- para tenerla limpia. Esto es lo más práctico y, por tal motivo, muchas personas optan por colocar una funda sobre el sofá.

Cuando no hay una funda que se pueda quitar, el trabajo es un poco más complejo. En primer lugar, los especialistas recomiendan pasar la aspiradora al menos una vez al mes, para sacar el polvo que se acumule sobre su superficie. Este polvillo es por lo general invisible, pero su acumulación no solo que acaba por verse, sino que, además, se va impregnando cada vez más en la tela. Por eso conviene evitar que pase mucho tiempo sin quitarlo. Conviene colocar la aspiradora en su ciclo más bajo antes de pasarlo por el sofá, para alterar el estado de la tela lo menos posible. Con la misma finalidad, algunas aspiradoras, además, poseen una posición diseñada para pasarlos sobre tapicerías.

Limpiar el sofá con trapos y espumas

Por lo general, las instrucciones de lavado vienen en la etiqueta del sofá, aunque también puede que se limite a indicar que se debe utilizar «un producto de limpieza específico para tapicerías». En todo caso, se puede afirmar que las manchas recientes se quitan con un trapo húmedo, que se debe procurar que esté bien escurrido, ya que los sofás tardan mucho en secarse y pueden deteriorarse a causa de la humedad acumulada.

Si un fluido se derrama sobre el sofá, la prioridad es absorber todo lo que se pueda con un papel de cocina, para que no penetre en la tela

Los trapos húmedos y otros sistemas como las limpiadoras de vapor son efectivos. Solo hay que tener cuidado cuando se trata de telas muy delicadas, como la lana o el algodón, que en ocasiones se destiñen o sufren daños ante la acción de la humedad o las altas temperaturas.

En todo caso, siempre conviene aplicar por primera vez el método de limpieza elegido en algún sector no muy visible del sofá. De este modo, si a pesar de las precauciones, la tela se destiñera o deteriorase, el daño no sería tan grave.

Quitar las manchas del sofá

Si lo que se vuelca sobre el sofá es muy abundante o alguna sustancia viscosa, la prioridad será absorber la mayor cantidad de fluido posible antes de que penetre en la tela. Para ello, siempre es efectivo el papel de cocina o pañuelos de papel, salvo para casos de grasas o aceites, con los cuales conviene emplear sal o tiza.

Luego será momento de quitar la mancha. Para ello, existen en el mercado quitamanchas en seco específicos para este tipo de trabajos. Por lo general, su aplicación se realiza a través de un pulverizador.

En caso de que no se cuente con este producto, y si la tela del sofá no es particularmente delicada, se puede crear una espuma en seco casera con detergente lavavajillas y agua. Es muy simple: se colocan unas gotas se detergente y un chorrito de agua en un cazo o un bol; luego se bate hasta dar al conjunto una consistencia y aspecto bien espumoso, parecido al merengue; después, se moja un trapo o esponja limpia en la espuma (no en la parte inferior del cazo, donde quedará el líquido) y se pasa con suavidad, sin frotar demasiado fuerte, por la mancha.

En cambio, si el sofá es muy delicado o tras realizar estas tareas la mancha permanece, existe la posibilidad de contratar el servicio de empresas que se dedican a la limpieza de sofás y sillones (en muchos casos son las mismas empresas que limpian también paredes enteladas, alfombras y moquetas).

Limpiar sofás y sillones de cuero

Al igual que con los sofás y sillones de tela, con los de cuero conviene seguir con atención las instrucciones del fabricante. Y también es importante, pese a la menor permeabilidad de este material, emplear la menor cantidad posible de la sustancia limpiadora, para afectar la superficie lo menos posible.

En los muebles tapizados con cuero, las manchas ocasionadas por la caída de líquidos son más fáciles de solucionar, sobre todo si se actúa de forma inmediata después de que se producen. Conviene usar los mismos métodos descriptos más arriba: rollos de cocina o pañuelos de papel para líquidos comunes, sal o tiza si se trata de sustancias grasas o aceites y, de ser necesario, productos limpiadores específicos.

Además, como formas de mantenimiento, se puede aplicar dos veces al año capas de aceite de ricino -si los muebles son de cuero oscuro- o aceite de petróleo o vaselina -si es de tono claro-, para evitar que la superficie se resquebraje.

Si de todas maneras aparecen grietas, se deberá aplicar un producto especial para restaurar cuero con la ayuda de un algodón. Luego, dejar que el producto actúe durante 24 horas, sin tocar la parte deteriorada, y, después, abrillantarla con un paño suave que no suelte pelusas.

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