Soportes y resistencias en la Bolsa

Los llamados soportes y resistencias, tan útiles para realizar una buena operación en Bolsa, anuncian los cambios de tendencia del valor cotizado
Por José Ignacio Recio 10 de marzo de 2008
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Imagen: Nick Benjaminsz

¿Cómo puede saber el pequeño inversor en qué momento debe vender sus acciones para sacar las máximas plusvalías posibles, o para limitar pérdidas? Hay mecanismos sencillos y efectivos: los soportes y resistencias que disponen todos los índices bursátiles y valores que cotizan en el mercado continuo español. Aparecen reflejados en la prensa económica especializada y son empleados de manera regular por los analistas del mercado para recomendar la compra de determinados valores. Los soportes y resistencias son, en definitiva, mecanismos que anuncian los cambios de tendencia de un valor, y resultan muy útiles para realizar con éxito una operación bursátil de compra o venta.

Obtener la mayor rentabilidad

Las tendencias se mueven en zigzag, es decir, tienen puntos máximos y puntos mínimos en los que cotiza un determinado valor. A los puntos máximos se les da el nombre de resistencia, y a los mínimos se los conoce como soporte. En este sentido, el soporte es la zona por debajo del mercado donde la fuerza de la demanda supera a la fuerza de la oferta, lo que produce una detención del movimiento bajista y, posteriormente, un repunte al alza de los precios. Por el contrario, la resistencia es la zona por encima del mercado donde la fuerza de la oferta supera a la fuerza de la demanda, lo que produce una detención del movimiento alcista y, posteriormente, una caída de los precios. De esta forma, ambos parámetros se utilizan para realizar una compra o venta en el mejor momento posible con el fin de obtener la mayor rentabilidad. Antes de utilizar estos mecanismos hay que tener en cuenta el perfil de cada inversor y hasta qué punto puede llegar a asumir las posibles pérdidas, así como conocer el horizonte de su inversión: corto, medio o largo plazo, ya que en los dos últimos casos la estrategia difiere notablemente.

Antes de utilizar soportes y resistencias hay que tener en cuenta el perfil del inversor y conocer el horizonte de su inversión

Para poder aprovechar la información que ofrecen soportes y tendencias es necesario acudir a los gráficos de cada valor para detectar los puntos estratégicos, pero esta opción está reservada a los más avezados en el mercado bursátil, aunque los pequeños y medianos inversores tienen la alternativa de acudir a los páginas de información bursátil donde se encuentran detallados estos parámetros y el precio en el que se encuentran.

Características

Las principales características que reúnen los soportes y las resistencias son las siguientes:

  • Anuncian, por lo general, un cambio de tendencia en el valor. Así, en las tendencias alcistas existe una resistencia, mientras que las bajistas corresponden a un soporte. Ambos casos previenen de un posible cambio de orientación del valor.

  • Invierten sus funciones cuando éstas son sobrepasadas, de forma que cuando una resistencia es superada se convierte en un nivel de soporte y cuando un soporte «es roto», se convierte en un nivel de resistencia.

  • Es bastante normal observar que en algunas acciones los números redondos actúan como verdaderos soportes y resistencias. 2,50 3, 3,50, 4 euros… suelen manifestarse como soportes y resistencias.

  • Aunque los soportes y resistencias suelen cumplir esta función, no son ninguna regla científica, ya que también se dan otros movimientos que pueden afectar en su evolución: ampliaciones de capital, operaciones corporativas, etc.

Limitar las pérdidas al 3%

La mayoría de analistas financieros del mercado de renta variable coinciden en señalar que las pérdidas como consecuencia de la venta de acciones no deben sobrepasar el 3% del capital invertido. Una estrategia que suelen utilizar los inversores más experimentados que operan en el corto plazo consiste en comprar cuando la cotización del valor está situado en un soporte, de forma que pueda tener un margen bastante razonable (3%) en la caída de su precio.

Para detener un posible decrecimiento en el capital invertido, el inversor dispone de un doble mecanismo: colocar una orden de stop loss (una orden de venta que obliga a deshacerse de las acciones si las cotizaciones bajan y se pierde un nivel prefijado), y cerrar posiciones (vender) en el momento en que las pérdidas del valor alcancen ese porcentaje. Si se compran acciones del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, por ejemplo, en el precio de soporte (15,59 euros), el inversor debe asumir un máximo de pérdidas del 3%, de forma que si su cotización alcanzase los 15,12 euros debería eliminar sus posiciones en el valor (vender). Con esta estrategia bursátil se consigue no profundizar en ningún movimiento bajista que pueda minar los ahorros invertidos.

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