Los efectos de la crisis bursátil en los consumidores españoles

Las exigencias para conceder un crédito son cada vez mayores y se incrementa la morosidad y la deuda hipotecaria
Por José Ignacio Recio 25 de marzo de 2008
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Imagen: Neil Gould

Nuevo descalabro en las bolsas internacionales, en la que un nuevo ‘lunes negro’ ha teñido de pérdidas los mercados de renta variable. En esta ocasión, los inversores han huido de forma de masiva del mercado debido a la declaración de quiebra de uno de los principales bancos de Estados Unidos, Bear Stearns, ante lo cual la Reserva Federal de los Estados Unidos ha decidido intervenir urgentemente recortando 75 puntos básicos en la tasa de interés, que se queda en el 2,25%. Este nivel es el más bajo desde diciembre de 2004. No es de extrañar que en España los más perjudicados hayan sido los ahorradores que tenían depositada su inversión en los bancos, ante un riesgo de contagio de esta situación. El Ibex 35 ha sufrido su quinta peor caída en este año y ha cedido un 2,81% para situarse en los 12.600 puntos, aunque posteriormente haya respondido a la medida de la FED. En estos tres meses de 2008 el índice bursátil español acumula una bajada cercana al 15%.

Los inversores del sector bancario han sido los más perjudicados por esta crisis ante el temor de que se puedan dar nuevos casos de falta de liquidez en más entidades financieras. Dentro del Euro Stoxx 50, el que peor parado ha salido es el banco suizo UBS, con un desplome del 14%, seguido de otras entidades como Societè Gènerale, Royal Bank of Scotland o Barclays que han perdido entre un 7% y 12%. Aquí en España, BBVA y Santander también se han visto afectados, aunque los recortes han sido más moderados, con caídas del 3,0% y del 2,9%, respectivamente. Banesto y Bankinter, por su parte, han recortado sus precios en similares magnitudes, mientras que Banco Sabadell y Popular han sido las entidades que menos pérdidas han registrado con descensos del 1,9% y 2,7%, respectivamente. Pero no ha afectado solamente a los valores del sector bancario, sino que otros sectores han sufrido perdidas aún mayores como en el caso de la constructora ACS (4,2%) o Repsol YPF (4,2%), por citar solamente unos ejemplos.

Los impagos de las familias españolas se dispararon en enero un 49% en operaciones de adquisición de bienes y servicios a plazos

Diversos analistas consultados consideran que esta situación no es extrapolable a los bancos nacionales ya que estos disponen de una mayor capitalización. Por otra parte, sobre la decisión de la Reserva Federal de bajar los tipos de interés, Juan Iranzo, presidente del Instituto de Estudios Económicos, no la considera tan buena medida ya que a su entender ofrecer dinero tan barato genera una falta de confianza en el consumidor porque indica que las cosas no van bien. «El verdadero problema no es la falta de liquidez sino la falta de confianza», añade. Este experto opina que «si es cierto que existe este problema de liquidez en algunos bancos es mejor que explote ahora antes que adoptar medidas artificiales que alarguen esta crisis».

Repercusiones en el consumidor

Ante esta crisis por la que está atravesando el sistema financiero internacional, y en la que importantes economistas y expertos financieros ven ya instalada una recesión económica a nivel mundial -aunque difieren sobre la magnitud de la misma- son muchos los consumidores que se preguntan cómo les va a afectar en el día a día, es decir su traspolación a la economía doméstica: paro, consumo, inversión, hipotecas, solicitud de préstamos, etc. Algunos de estos parámetros ya lo están empezando a notar, mientras que en otros los efectos tardarán todavía un poco hasta que sean visibles para el bolsillo de los consumidores.

Inversión: los más perjudicados, sin duda, son los usuarios que tienen invertido sus ahorros en la bolsa ya que, por lo pronto, han visto disminuir su capital invertido en el primer trimestre del año en un 15%, sin perspectivas de recuperación a corto plazo, según apuntan los analistas. Solamente les queda emplear determinadas estrategias para contener estas pérdidas o que no vayan a más.

Reorientación de la inversión: la estrategia de los consumidores es volver la vista a otros mercados que puedan afrontar mejor la crisis. En este sentido, los resultados de la última encuesta de gestores de fondos elaborada por un importante banco de inversión europeo constatan que los inversores de la zona euro están dirigiendo sus miras en inversión hacia las materias primas al hacerse presente el temor a la estanflación (indica el momento o coyuntura económica en que, dentro de una situación inflacionaria, se produce un estancamiento de la economía y el ritmo de la inflación no cede). Un 87% de los encuestados en marzo estima que la economía de la eurozona se ralentizará, frente al 79% que pensaba lo mismo en febrero. En este sentido, los inversores están sobreponderando petróleo y gas y recursos básicos, mientras que infraponderan los sectores de automóviles y banca, principalmente.

Paro: otro aspecto en donde pueden notar los consumidores la crisis económica es en el aumento del paro, ya que la tasa de paro crecerá 0,4 puntos durante el segundo trimestre, según el último Euroíndice Laboral IESE-Adecco, hasta situarse en el 8,4%. Se constata que si bien la economía creará 331.000 nuevos empleos, la población activa crecerá hasta 464.000 personas, con lo que el número de desempleados subirá hasta 133.000 personas aproximadamente, con un incremento del 7,6%.

Mayor deuda hipotecaria: la deuda hipotecaria de las familias españolas registró en enero una nueva cifra récord al llegar a los 649.297 millones de euros, pero su ritmo de crecimiento en este periodo, del 12,9% siguió la senda de desaceleración iniciada a lo largo de 2006 y creció al menor ritmo de los últimos cinco años, según el Banco de España. Así, el incremento registrado en el mes de enero se situó tres décimas por debajo del registrado en el mes de diciembre y casi siete puntos inferior al incremento del 17,5 % registrado en enero de 2007.

Menos empresas: la creación de empresas descendió en enero un 21,3% y las disoluciones crecieron un 42,5%, según los últimos datos oficiales. A ello hay que unir las cifras divulgadas recientemente por el INE a través de la «Estadística de Sociedades Mercantiles» que pone de manifiesto que durante el mes de enero de este año se han reducido en un 21,3% el número de sociedades mercantiles creadas.

El endurecimiento de las condiciones de oferta de crédito en España, principalmente en las operaciones realizadas con los hogares españoles para la adquisición de una vivienda, se ha incrementado durante los últimos meses

Endurecimiento de los créditos: lo primero que están notando los consumidores españoles es la mayor exigencia por parte de las entidades financieras a la hora de contratar un crédito, de forma que los requisitos que requerían hace unos años a partir de ahora serán inaplicables debido a la morosidad que se está produciendo con los préstamos. Desde hace unos meses las condiciones son más rígidas, no bastará con tener una nómina sino que los bancos y cajas exigirán al solicitante una antigüedad determinada de ésta, así como ciertas garantías o avales sobre la cantidad prestada que antes no se precisaba. De no ser así, es muy probable que el usuario tenga una respuesta negativa a su demanda. En este sentido, el Banco de España señala en su última «Encuesta sobre Préstamos Hipotecarios» que el endurecimiento de las condiciones de oferta de crédito en España, principalmente en las operaciones realizadas con los hogares para la adquisición de vivienda, continuó durante el último trimestre de 2007. El informe revela que la demanda disminuyó de forma generalizada, pero con mayor intensidad en la financiación para la compra de inmuebles por parte de las familias.

Incremento de la morosidad: como consecuencia de la menor liquidez que disponen los consumidores también se está elevando su tasa de morosidad. Así lo ponen de manifiesto los últimos datos de «Efectos de Comercios Impagados», proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), según los cuales los impagos de las familias y empresas españolas se dispararon en enero un 48,7% interanual. Se trata de operaciones de adquisición de bienes y servicios a plazos, como la compra de un televisor, un viaje o maquinaria para la empresa, en la que interviene una entidad financiera que adelanta el dinero. Según los datos del INE, el número de efectos de comercio devueltos por impago superó el medio millón (515.950) en enero, lo que supone un aumento del 3,9% respecto al mismo mes del año anterior. Por su parte, el importe de dichos efectos impagados asciende a 1.428 millones de euros, un 48,7% respecto a enero de 2007. El importe medio de los efectos de comercio impagados asciende a 2.768 euros, un 43,1% más que en el mismo mes del año anterior. Además, el 4,2% de los efectos vendidos resultan impagados.

LOS INVERSORES YA PIERDEN UN 15% EN BOLSA

La primera consecuencia directa de la crisis que está afectando al sistema financiero internacional son las fuertes pérdidas que están sufriendo los inversores que tengan depositados sus ahorros en renta variable. Todas las bolsas internacionales se encuentran en negativo, incluyendo la española que lleva perdido en este 2008 año alrededor de un 15%, algo que no ocurría desde hacía muchos años, y que los analistas interpretan como un adelanto por parte del mercado a la crisis económica que ya se cierne en las principales economías mundiales. Eso significa que un inversor español que a comienzos de este ejercicio haya decidido invertir 20.000 euros en el Ibex-35, en estos momentos habrá perdido un total de 3.000 euros aproximadamente, y si esa inversión se hubiese canalizado en activos más sensibles a la crisis la pérdida habrá sido aún mayor. Durante el primer trimestre de 2008 ya hay varios valores que descuentan más del 30% sobre su precio a primeros de año. En este sentido la única arma que le queda a los inversores es la paciencia, como argumentan los analistas bursátiles, ya que tienen poco margen de actuación: o bien aprovechan un repunte técnico de las bolsas para deshacerse de sus posiciones (vender) o afrontan estas pérdidas con un cambio de estrategia con miras al largo plazo, una vez se supere esta situación por la que está atravesando la renta variable.

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