Comisiones bancarias: cada vez más traicioneras

Algunos bancos cobran por hacer ingresos en las cuentas, por tener menos de 2.000 euros o por recibir transferencias
Por Gracia Terrón 12 de noviembre de 2011
Img comisiones

En las últimas semanas, la banca ha retomado una de las promociones que se pusieron de moda antes de la crisis, allá por los años 2006 y 2007: no cobrar comisiones por los servicios bancarios básicos. Algunos bancos y cajas (como Bankia, BBVA, Banca Cívica, Ibercaja…) han puesto en marcha nuevos planes de “Comisiones Cero”, difundidos en grandes campañas de publicidad y con vistosos anuncios en los escaparates de sus sucursales a pie de calle. Se suprimen tarifas básicas como mantenimiento de cuentas, transferencias, cheques o cuotas de tarjetas. Hasta aquí, todo positivo. Pero cuidado. Hay más: para suplir el recorte de ingresos que este tipo de iniciativas genera, la banca inventa otras tarifas, en numerosos casos más que peculiares o surrealistas. Hay entidades que cobran por realizar ingresos en la cuenta, otras solicitan una tarifa de seis euros trimestrales a quienes tienen menos de 2.000 euros. Algunas apuestan por recuperar las comisiones de estudio en préstamos hipotecarios o se ceban con el cliente cuando este quiere cancelar una cuenta. Mientras unas comisiones se suprimen, otra gran batería de tarifas acechan. Conviene conocerlas para tratar de esquivarlas.

Comisiones por ingresos en efectivo

Es una de las comisiones más inesperadas y sorprendentes con las que puede toparse un usuario de banca. Hasta ahora, a bancos y cajas no se les había ocurrido cobrar porque alguien fuera a una sucursal a hacer un ingreso en efectivo a su cuenta o a la de otra persona. Esto era gratis. Pero comienza a cambiar. Bankinter cobra dos euros a quienes, sin ser clientes de la entidad, ingresen efectivo en la cuenta de otra persona en las ventanillas de sus oficinas.

Desde el banco justifican esta comisión porque prestan un servicio financiero a una persona que no es cliente, por lo que tiene un coste. Esta tarifa estaba contemplada en su folleto de comisiones, registrado en el Banco de España, desde hacía ya un tiempo, aunque la entidad ha comenzado a aplicarla en junio de este año. Es una comisión que pueden cobrar las entidades, pero solo cuando el ingreso lo realice una persona que no es el titular de la cuenta.

Ninguna entidad exime de la comisión por tener una cuenta en números rojos

Además de Bankinter, más entidades se suman al carro. En Openbank (filial de Internet de Banco Santander) la aplican, aunque de otra manera. En este caso, cada vez que un cliente recibe más de tres ingresos en efectivo al mes, le cargan un euro de comisión en su cuenta. Es indiferente quién realice el ingreso. Si un mes se han realizado tres ingresos en efectivo (a través de las oficinas de Santander), el titular de la cuenta sufre la penalización de un euro.

  • El consejo: para evitar estas comisiones, conviene hablar con el titular de la cuenta y planificar la entrega del dinero por otra vía, bien en mano o a través de transferencia, además de asegurarse antes de que esta opción es gratuita.

Recibir transferencias

Hasta ahora, los bancos nos habían acostumbrado a pagar por realizar transferencias. Sin embargo, parecía inaudito que cobraran a quien las recibe. Esto ya ha cambiado. Desde 2010, el Banco de España permite a las entidades cobrar tanto a quien emite la transferencia como a quien la recibe. Esta última práctica se extiende ante las debilidades y la necesidad de recursos de la banca española.

De media, el coste por recibir una transferencia se sitúa en 4,41 euros, según datos del Banco de España a cierre de octubre. Este servicio se ha encarecido un 37% respecto al cierre de 2010, cuando una transferencia se pagaba, de media, a 3,14 euros.

  • El consejo: la inmensa mayoría de los usuarios desconoce que su banco puede cobrarles por recibir una transferencia. Según la Circular 8/1990 del Banco de España, las entidades solo están obligadas a comunicar al organismo supervisor las tarifas máximas que aplican en sus servicios y a publicar en sus sucursales cualquier cambio en los precios, al menos, dos meses antes de su aplicación. Sin embargo, eso no evita su desconocimiento.

    Como es lícito que cobren por este servicio y no se puede reclamar, lo mejor para sortearlo es informarse antes de tiempo. Ante las dificultades que atraviesan los bancos españoles, puede comenzar a generalizarse su pago.

Saldo en cuenta

Con los tiempos que corren (de menores ingresos para la banca), las entidades centran sus estrategias de negocio en los clientes de rentas medias-altas. Las clases bajas sufren más el incremento de comisiones básicas.

En Banco Santander, presumen de su gran programa de «Comisiones Cero», que pusieron en marcha hace varios años y aún publicitan con éxito. En este banco, un gran número de clientes quedan exentos de pagar las tarifas básicas. Sin embargo, son los más necesitados quienes peor parados salen.

La letra pequeña del programa dice que todos quienes tengan nóminas o pensiones que no alcancen el salario mínimo interprofesional (fijado en 641,49 euros para el año 2011) sí deben abonar las comisiones. Esto deja fuera a un gran número de pensionistas, sobre todo, con prestaciones que en algunos casos no rebasan los 400 euros. En Bankia, para quienes mantengan un saldo en su cuenta inferior a 2.000 euros, aplican una tarifa de 6 euros al trimestre, lo que supone un mantenimiento de la cuenta de 24 euros. A quienes mantengan su nómina con la entidad o sean titulares de al menos 1.000 acciones del banco, les suprimen las comisiones básicas.

Con todo, la tarifa de Bankia no es de las más caras. Las estadísticas recién publicadas del Banco de España revelan que las comisiones por mantenimiento y administración de cuentas corrientes subieron un 15,3% en los primeros nueve meses del año. A cierre de octubre, mantener una cuenta costaba de media 25,8 euros, frente a los 22,36 euros de diciembre de 2010. En las cuentas de ahorro, las comisiones han aumentado 3,43 euros.

  • El consejo: para evitar tener que pagar por una cuenta sin cumplir ningún requisito ni ser encasillado en ningún grupo, lo mejor es recurrir a las cuentas on line. La inmensa mayoría de las entidades puras de Internet (ING Direct, Openbank, Bancopopular-e, Uno-e, Ibanesto o Activobank, entre otras) no cobran por mantener una cuenta, sea cual sea el saldo, sin tener nómina, ni hipoteca, ni planes de pensiones… Estos bancos figuran entre los más transparentes en el cobro de comisiones.

Tarjetas con comisiones

Las iniciativas de comisiones cero que han puesto en marcha algunas entidades suprimen el coste anual de las tarjetas de débito y, en algunos casos, de las de crédito. Sin embargo, estos programas solo se dirigen a unos grupos muy determinados: accionistas, clientes con nómina o pensión domiciliada o usuarios muy vinculados, con planes de pensiones, fondos de inversión y gran capacidad de ahorro.

Sobre quienes quedan fuera de estos grupos recae una abultada gama de comisiones. Hay que pagar una media de 19,89 euros por la tarjeta de débito, lo que supone un 15% más que a cierre del año 2010. En el caso de las tarjetas de crédito, la comisión se ha encarecido un 7,4%, hasta 36,39 euros. En Bankia, desde agosto, se cobran 17 euros como cuota anual por una tarjeta de débito.

  • El consejo: como en el caso anterior, si no se desea pagar nada por la tarjeta, lo mejor es abrir una cuenta en un banco on line. En todos ellos la cuota está exenta, al menos para el primer titular (como en Openbank). En otros (como Bancopopular-e.com), las tarjetas de débito y crédito son gratuitas para dos titulares. Si se es un cliente vinculado (con nómina, acciones o varios productos de inversión), también se puede estar exento de su pago.

Cancelación de cuenta

Los paquetes de «Comisiones Cero» hablan de exención de tarifas en servicios bancarios básicos. Esa definición, sin embargo, no incluye la cancelación de cuenta.

Cancelar una cuenta no se considera un servicio básico y se cobra comisión

No es una práctica generalizada, pero algunas entidades cobran cuando el cliente solicita la cancelación de la cuenta. En Bankia aplican una tarifa de 6 euros. Muchos pueden pensar que, para evitar esta tarifa, lo mejor es extraer todo el dinero y dejar inservible una cuenta, sin solicitar su cancelación. Sin embargo, cuando esto ocurre, las entidades dan un tratamiento especial a cuentas «abandonadas», a las cuales comienzan a cargar las comisiones máximas por mantenimiento que tengan registradas en el Banco de España. Esto hace que la cuenta quede en números rojos y que, pasado un tiempo, la entidad se ponga en contacto con el cliente para solicitarle su pago.

  • El consejo: extraer todo el dinero de una cuenta y dejarla inservible sirve para evitar pagar comisión de cancelación. Cuando la entidad, pasado un buen tiempo, le reclame el cobro de las comisiones que habrán generado un descubierto en cuenta, lo mejor será solicitar su exención al Defensor del Cliente, en primera instancia, y al Banco de España, en segundo lugar, si no se obtuvo respuesta positiva.

    En numerosos casos, la institución ha dado la razón a los clientes en situaciones similares y les ha eximido del pago de comisiones cuando han dejado la cuenta a cero y ya no la utilizan. Sin embargo, es cierto que esto supone realizar una serie de trámites y gestiones que pueden resultar engorrosas y poco gratas.

Descubiertos en cuenta

Sin duda, esta es una de las comisiones más traicioneras y desagradables a las que puede enfrentarse un cliente: supone tener que pagar una penalización al banco cuando la cuenta se queda al descubierto. Las entidades, con la crisis, han elevado de manera considerable esta tarifa que, en cualquier caso, está siempre excluida de sus promociones o paquetes de «Comisiones cero», al no considerarse un servicio bancario básico.

A cierre de octubre, el coste medio por afrontar un descubierto se situaba en el 4,15% sobre el importe adeudado, con un mínimo de 12,72 euros. Esto supone un 5,56% más que a cierre de 2010. A esta tarifa hay que sumar, además, la de reclamación por descubierto, es decir, pagar por los trámites y gestiones que tiene que hacer el banco por comunicar al cliente que tiene la cuenta en números rojos (llamadas de teléfono y correos ordinarios). En este caso, la comisión media se sitúa en 31,93 euros, un 2,50% más que a finales de 2010. Queda claro que dejar la cuenta en pérdidas sale muy caro.

  • El consejo: conviene hacer una correcta planificación de los ingresos y los gastos y tener claros los tiempos en los que se efectuarán para que la cuenta no quede en números rojos. Ninguna entidad exime de esta comisión. Negociar su rebaja también es muy difícil, salvo que sea un cliente de muy alto poder adquisitivo que se ha encontrado con un problema puntual o que, por error, ha caído en descubierto.

Estudio de un crédito hipotecario

En la época del «boom» inmobiliario, esta comisión desapareció por completo. Las entidades dejaron de cobrar por hacer el análisis de su cliente para saber si era un potencial suscriptor de un préstamo hipotecario. Sin embargo, ante la escasez del crédito actual y las dificultades con las que topa la banca para ofrecer préstamos, ha desempolvado esta vieja tarifa. Algunas entidades la aplican de nuevo.

De media, según datos del Banco de España a cierre de octubre, la banca aplica por este concepto una comisión de 132 euros, frente a los 107 que cobraba a cierre de 2010. Esto supone un encarecimiento del 23%. Sin duda, es un coste elevado que conviene esquivar, sobre todo, porque el estudio de la viabilidad de un préstamo no lleva asociada su aprobación. Es decir, una entidad puede exigir esta comisión, hacer el estudio y concluir que el cliente no puede suscribir el préstamo.

  • El consejo: antes de solicitar el estudio de viabilidad para saber si el banco le da un préstamo a un cliente, es necesario consultar si esta operación será gratuita o no. Si exige un coste, lo mejor es acudir a una entidad que no lo aplique. Todavía hay bastantes. Además, lo más aconsejable cuando se busca hipoteca es solicitar el estudio en varias entidades, para evitar posibles negativas y para tratar de encontrar la hipoteca con mejores condiciones.
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