Prima de riesgo disparada: siete consecuencias para el consumidor

Una prima elevada hunde la Bolsa y el euro y provoca que al Estado le cueste más financiarse, por lo que se prevén nuevas subidas de impuestos
Por Gracia Terrón 1 de junio de 2012
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Imagen: Sophie

La prima de riesgo se ha colado en las conversaciones cotidianas. Su protagonismo en telediarios, portadas de periódicos y tertulias ha popularizado el término. Aunque todavía muchos no alcancen a comprender el significado intrínseco del concepto, en general, la inmensa mayoría de la población sabe que cuando se dice que la prima de riesgo sube, es porque la situación económica o financiera empeora; y si baja, porque afloja la tensión sobre el país. En realidad, la expresión hace referencia a la diferencia entre lo que le cuesta a España colocar bonos a 10 años en el mercado frente a lo que paga Alemania, el país de referencia en Europa. En los últimos días, esta variable ha alcanzado máximos históricos (ha marcado los 540 puntos), lo que indica que nuestro país está en una situación muy complicada, que hace ganar muchos enteros a la posibilidad de recibir un rescate internacional, por parte de Europa o del Fondo Monetario Internacional. ¿Cómo afecta una prima de riesgo disparada a los consumidores? Subidas de impuestos, menor consumo o créditos más caros son solo algunas de ellas, como se detalla a continuación.

1. Desconfianza hacia España

Que la prima de riesgo suba indica que en los mercados financieros se eleva la desconfianza y la posibilidad de que España no pueda asumir sus compromisos financieros y que, por tanto, necesite ayuda internacional. La explicación a la importante subida hay que buscarla, además de en la crítica situación de Grecia, en las incertidumbres que ha generado el anuncio de la nacionalización de Bankia, su presentación de pérdidas superiores a 3.000 millones de euros en 2011 y la falta de transparencia respecto a cómo se efectuará su rescate.

Desde el punto de vista económico, la consecuencia más importante es que el aumento de este indicador de riesgo obliga al Tesoro español a financiarse más caro, a pagar mayores intereses por su deuda. En solo dos años, ha pasado de abonar sus bonos a diez años al 3,5% a hacerlo por encima del 6%. Mientras, Alemania está colocando sus bonos a diez años en el 1,33%. Es muy importante saber, no obstante, que al calcular la prima de riesgo española no solo influye cuánto paga el Estado español por financiarse, sino también a cómo lo hace Alemania. En los últimos días, el bono alemán ha caído hasta el 1,30%, cuando hace apenas un mes estaba en el 2,3%. Además de la pura tensión económica española, este hecho contribuye a explicar que la diferencia se haya ampliado.

Gana enteros la posibilidad de recibir un rescate internacional por parte de Europa o del Fondo Monetario Internacional

En cualquier caso, una consecuencia práctica es que el gasto público para España se eleva, ya que la financiación pública es más cara. En el plano más doméstico, este hecho obliga a los gobiernos a tomar medidas que afectan directamente a los ciudadanos, como seguir con los recortes en todas las partidas posibles.

2. Subidas de impuestos

Si la prima de riesgo sube más, a las reformas laborales y del sistema público de pensiones y a las subidas de impuestos aprobadas hace solo unos meses, se sumarán nuevas soluciones que permitan al Estado recaudar mayores ingresos. Así lo exige la Comisión Europea, con quien España debe rendir cuentas sobre su reducción del déficit para cumplir con el Plan de Estabilidad Comunitario.

Precisamente coincidiendo con la tensión de la prima de riesgo, Bruselas ha acordado que está dispuesta a alargar hasta 2014 la fecha límite para que España sitúe su déficit en el 3% del PIB (frente al 8,9% con que cerró en 2011). Sin embargo, exige condiciones, que pasan por la presentación de un nuevo plan de ajuste presupuestario. Entre otros aspectos, la Comisión Europea pide aumentar el IVA, reforzar más a los bancos y acelerar la ampliación de la edad de jubilación. Todas estas exigencias son una consecuencia directa de la subida de la prima de riesgo y de la percepción que trasmite a los mercados de capitales.

Pese a que el Gobierno ha negado en varias ocasiones que vaya a subir el IVA, numerosos expertos prevén que esa será, de hecho, la próxima gran fórmula de apoyo para elevar los ingresos públicos, lo que sin duda causará un importante impacto sobre el bolsillo de todos los consumidores, sin excepción.

3. Menos consumo

Otra consecuencia claramente relacionada del ascenso de la prima de riesgo y de una hipotética nueva subida de impuestos será una caída del consumo. En los últimos meses, de hecho, así se ha notado. En general, el ascenso de la prima de riesgo no es más que el reflejo del aumento de la tensión económica.

Para los consumidores, si se eleva aún más la prima de riesgo, se reflejará en mayores dificultades aún para encontrar trabajo

Si se eleva, se reduce el consumo, disminuye la producción de riqueza, el PIB, cae el empleo y retrasa la salida de la recesión económica. Para los consumidores, si sube aún más la prima de riesgo, se reflejará en mayores dificultades para encontrar trabajo. Además, aumenta la posibilidad de que más empresas lleven a cabo expedientes de regulación de empleo o despidos sin más.

4. Recorte de salarios a funcionarios públicos y privados

Otra medida derivada de la actual e insostenible situación es la posible rebaja de salarios a funcionarios públicos. Algunas comunidades autónomas como la de Madrid, no descartan decretar una bajada en los sueldos de los funcionarios.

En el ámbito privado, también numerosas empresas cuentan con planes para imponer recortes de sueldo a sus trabajadores, como solución para mantener sus puestos de trabajo y la viabilidad de las sociedades.

5. Créditos más caros

El impacto también se nota, y mucho, en la financiación privada. Si al Estado le cuesta más financiarse, por un efecto contagio irremediable a los bancos también. Y si esto ocurre, las entidades son mucho más reacias aún a la concesión de créditos a particulares.

En la práctica, numerosos bancos han admitido que el mercado está roto, que la situación para financiarse es tan difícil que la liquidez de la que disponen deben utilizarla para recapitalizarse y cumplir así con las mayores y más elevadas exigencias legales. Y es que el Ministerio de Economía ha puesto en marcha dos reales decretos de saneamiento de la banca española en los que obliga a las entidades a elevar sus colchones de capital y sus provisiones para cubrir activos problemáticos, sobre todo inmobiliarios. Y es posible que en las próximas semanas establezca nuevos requerimientos, todavía más duros.

Es difícil encontrar algún crédito al consumo con tipos inferiores al 10%

Por todo ello, la banca está muy cerrada a dar hipotecas y créditos al consumo, tanto a particulares como a empresas, ni siquiera a clientes aparentemente solventes. Los pocos que lo consiguen es, en todo caso, a costa de asumir unos tipos de interés muy altos.

En hipotecas, los diferenciales medios que aplican las entidades ahora son del 2% más euríbor, lo que deja el tipo de interés final en torno al 3,4% (el euríbor cerró abril en el 1,368%). En créditos al consumo, es difícil encontrar alguno con tipos inferiores al 10%. En conclusión, si la prima de riesgo sube, la financiación bancaria a particulares y empresas se complica, se encarece y se vuelve más escasa.

6. Bolsa a la baja

Una de las principales consecuencias de vivir con una prima de riesgo en niveles máximos es que eleva la desconfianza de los inversores hacia las inversiones de riesgo, sobre todo la Bolsa. En este mercado la subida de ese indicador se percibe como un indicio de falta de solvencia de España para hacer frente a sus compromisos de pago.

Está comprobado que los días que la prima de riesgo sube (sobre todo si marca máximos), el Ibex termina con importantes pérdidas. El pasado miércoles 30 de mayo, cuando la prima tocó máximos en 540 puntos, el Ibex-35 (el principal indicador de la Bolsa española) cayó un 2,5%, lo que supuso un fuerte desplome en el parqué madrileño. En general, en estos días de máxima incertidumbre, los inversores prefieren vender sus títulos y buscar activos más seguros, como monetarios o depósitos a plazo de bancos solventes.

No hay que perder de vista, además, el impacto en los dividendos de las compañías. Una prima de riesgo disparada frena los planes de expansión de las empresas, debido al mayor coste de financiación, lo que puede tener un impacto directo sobre sus beneficios futuros y sobre sus dividendos. Repsol, sin ir más lejos, acaba de anunciar un recorte en sus dividendos. En el sector financiero también podrían recortarse o incluso suprimirse.

7. Euro más barato

Hay una relación muy directa entre la subida de la prima de riesgo y la huida del dinero desde productos de riesgo hacia activos considerados refugio. En cuanto a las divisas, en estos momentos, el euro es considerado un activo de riesgo, dada las dificultades que muestran países periféricos como Grecia o España. Esto explica la importante depreciación de la divisa. Desde los máximos alcanzados en febrero en 1,36 dólares ha caído más de un 8%.

Como opciones defensivas, los inversores apuestan por divisas que pertenecen a economías más estables financiera y económicamente, como Estados Unidos. El dólar es considerado un billete refugio muy importante, pero también el franco suizo, el dólar canadiense, el dólar australiano, la libra esterlina y el yen.

El euro ha caído frente a todas estas monedas en las últimas semanas de alarma para España. Las perspectivas de numerosas casas de análisis (entre otras de Morgan Stanley) apuntan a que es muy probable que continúe la caída, al menos a corto plazo.

Una de las más graves consecuencias para España ante la subida de riesgo es que la situación desemboque en la solicitud de ayudas a Europa o al Fondo Monetario Internacional. Esto generaría a medio plazo una elevada inflación y una fuerte pérdida de poder adquisitivo para todos los ciudadanos.

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