Domótica: la casa inteligente

La tecnología aplicada a la vivienda ofrece mayor comodidad y control de todos sus servicios
Por Azucena García 17 de febrero de 2003

Luces que se encienden y se apagan sin pulsar interruptor alguno, cámaras de seguridad que avisan de la presencia de un intruso en el hogar o cafeteras que cada mañana se ponen en marcha por sí solas y preparan el desayuno para toda la familia son algunas de las ventajas que presentan las casas domóticas. Adquirir una de estas viviendas supone un incremento de entre un 0,5 y un 3% sobre el precio de compra. A pesar de sus ventajas la mayor parte de la población aún opta por las viviendas tradicionales, aunque los constructores aseguran que son las “casas del futuro”.

Qué es una casa inteligente

Con la domótica las tareas cotidianas del hogar quedan en manos de un sistema informático o software. A través de él el propietario de una vivienda controla la temperatura de las diversas habitaciones, así como la iluminación y la climatización. Dispone de hilo musical, detectores de humo y gas en toda la casa, electrodomésticos programados para cumplir una función concreta a una hora determinada y sistemas automáticos de riego, entre otras muchas ventajas.

El capítulo más importante es el de la seguridad, ya que este tipo de viviendas cuentan con un buen número de sensores y detectores que alertan de la presencia de intrusos, incluso a distancia, a través de mensajes de voz que recibe el usuario en su teléfono móvil o por correo electrónico.

Además, si se tiene previsto pasar una larga temporada fuera del hogar, esta tecnología se encarga de simular la actividad en el interior del mismo subiendo y bajando persianas o encendiendo el televisor. “La domótica responde al deseo de los ciudadanos de poseer un hogar seguro. Los sistemas de seguridad ocupan en nuestro país el primer lugar en cuanto a instalación”, reconoce David Oliver, secretario de la Asociación Española de Domótica (CEDOM). El dueño de la casa controla todos los sistemas manual o automáticamente. “Son extremadamente sencillos y gráficos. España está a la cabeza de la implantación en Europa de teléfonos móviles y ello indica la capacidad de asimilación del usuario”, tranquiliza Oliver.

El sistema funciona con módulos diseñados para soportar más de 10.000 actuaciones, de manera que en caso de avería tan sólo se debe solucionar el problema particular que se haya producido sin necesidad de cambiar todos los mecanismos. Esto implica un importante ahorro económico y evita la paralización de todo el circuito mientras no se corrija la avería.

Aplicaciones concretas

En diciembre de 2001, el grupo inmobiliario Vallehermoso abrió en Madrid las puertas del primer hogar inteligente del Estado y dio pistas sobre las prestaciones concretas de una de estas casas. “Se trató de la primera experiencia de estas características, ya que la vivienda estaba ubicada y diseñada en un entorno real”, aseguran fuentes de la inmobiliaria.

Estas son algunas de las propuestas para cada estancia:

  • Salón. El usuario controla el televisor, el aire acondicionado, los equipos de audio y vídeo o la intensidad de las luces desde el sofá, gracias a un único mando a distancia. Dispone de un sistema denominado multiroom, que se basa en la integración de altavoces de música empotrados -dos como mínimo por habitación- para conseguir el efecto integral. “También permite preseleccionar hilo musical, cualquier música en concreto o cadena de radio, mediante un equipo tradicional o radio vía Internet. La base de datos cuenta con más de 5.000 títulos”, describe un portavoz del grupo inmobiliario.

  • Cocina. La domótica permite la puesta en marcha o parada de los electrodomésticos desde cualquier parte de la casa y la instalación de frigoríficos capaces de hacer telefónicamente pedidos o indicar qué hace falta comprar.

  • Dormitorio: Un reloj programador apaga la luz del pasillo cuando se acuestan los dueños de la casa y, por la mañana, sirve de despertador, pone en marcha la cafetera y enciende el calentador para que todo esté listo al levantarse. “En todas las habitaciones hay un panel de control desde el que se puede gobernar cualquier dispositivo y cuya estética es totalmente funcional. Por seguridad, su altura queda fuera del alcance de los niños”, revelan en Vallehermoso.

  • Baño. Las luces se encienden al detectar cualquier presencia y se apagan cuando la estancia se queda vacía. Según la estación del año o la temperatura ambiente, diversos sensores ponen en marcha la calefacción cuando se utiliza la ducha y activan el aire acondicionado si la temperatura exterior es alta.

  • Jardín: Las luces del jardín se apagan y se encienden a una hora determinada. El sistema de riego también está programado, “por horarios, humedad y lluvias”, y la piscina dispone de control de filtros.

Ventajas

Las personas con alguna discapacidad física pueden hallar en este tipo de viviendas la solución a la mayoría de los problemas, puesto que cuentan con diversas ayuda técnicas diseñadas de manera específica para quienes tienen alguna deficiencia auditiva -teléfono de texto, sintetizador que convierte el texto en voz-, visual -sistemas de voz digitalizada- o mental -programas que ayudan al desarrollo educativo-.

La lista es muy amplia y una vivienda inteligente reporta al usuario un sinfín de beneficios.

Estos son algunos ejemplos:

  • Ahorro de energía. El dueño de la vivienda decide en qué momento quiere encender la calefacción y por cuánto tiempo. Basta una llamada de teléfono no respondida para que, sin necesidad de haber dejado encendidos los radiadores durante todo el día, se pongan en marcha y se encuentre calor en la casa al llegar del trabajo. Si se prefiere, se puede programar y zonificar la climatización.

    “También es posible desconectar los equipos de uso no prioritario en función del consumo eléctrico en un momento dado y derivar el funcionamiento de algunos aparatos a horas de tarifa reducida”. La instalación de cristales dobles y sistemas que supervisan y controlan las luces y los electrodomésticos, apagándolos cuando no son necesarios, también ahorra energía, con la consiguiente reducción en el coste de la factura.

  • Seguridad. La Domótica permite detectar cualquier intruso en la propiedad. También es posible la detección de incendios, fugas de gas o escapes de agua y la alerta médica (teleasistencia). Las persianas se bajan de manera puntual y segura y, mediante cámaras inalámbricas repartidas por todo el hogar, se puede ver lo que sucede en su interior desde dentro del edificio o desde cualquier parte del mundo vía Internet. “Supone la más contundente seguridad personal y patrimonial”, señala el secretario de Cedom.

Inconvenientes

Desde su progresiva implantación a partir de los años ochenta, la domótica ha evolucionado hacia niveles más exigentes y ha sabido ofrecer al usuario un sistema adecuado a sus necesidades. Sin embargo, las carencias de esta tecnología aún son palpables y, pese al antojo de sus defensores en predicar el reducido coste de la misma, el precio continúa siendo el principal obstáculo para la integración plena de la domótica en el entorno.

Entre las deficiencias de este sistema destacan otras como la necesidad de implantar un protocolo estándar de comunicación y mejorar la transmisión de datos a través de un cableado, en ocasiones, excesivo:

  • Inversión inicial: Dotar a una vivienda o edificio de todos los servicios y de un precableado para voz y datos resulta caro tanto para el promotor, que deberá asumir el coste sin tener certeza en algunos casos de las posibilidades de venta del inmueble, como para el usuario, temeroso de que el sistema no responda a sus expectativas.

  • Averías: Si éstas se producen en el núcleo del sistema de transmisión, el fallo bloquearía toda la red y las distintas funciones realizadas por el circuito domótico quedarían anuladas durante la avería.

  • Falta de estandarización: La inexistencia de un protocolo de comunicación universal para los sistemas de control de instalaciones supone la cohabitación de multitud de ellos, incompatibles entre sí. Es necesario apoyar las tecnologías nacionales e implantar un sistema único no sujeto a los intereses económicos particulares de cada empresa.

  • Velocidad de transmisión: La transferencia de gran cantidad de datos puede provocar congestiones en la red y disminuir la velocidad de transmisión de datos, con la consecuente ralentización en la elaboración de las funciones.

  • Conexión en anillo: Cuando se produce este tipo de comunicación -todos los equipos se interconectan formando un anillo-, la información pasa por todos los puntos que estén comprendidos entre el origen y el destino. Ello implica cierto retraso que dependerá del número de puntos conectados, lo que concede poca fiabilidad al sistema.

Implantación progresiva

Según un informe llevado a cabo por CEDOM, en referencia a la acogida que la domótica tiene entre la población, un 65% de los encuestados considera útiles los sistemas de seguridad domóticos. En concreto, un 50% cree que son útiles para sistemas de ocio, un 35% para los sistemas de gestión energética, un 30% para los sistemas de confort y un 15% para el teletrabrajo.

Desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología, se reconocen también las virtudes de esta práctica aunque aseguran que, en este ámbito, “son las empresas las que llevan la voz cantante”. De hecho, no hay previsto ningún plan concreto de apoyo a la domótica, “aunque sí se han respaldado algunos proyectos”, aclara un responsable del Ministerio.

Para David Oliver, “el desarrollo de la domótica ha estado influenciado por la propia situación y evolución del sector de la construcción, la ausencia de demanda por desconocimiento del usuario final, así como por la situación de la economía y el lento o nulo avance en estandarización de protocolos de comunicación domésticos”.

Por otro lado, el incremento en el coste de estos pisos ha supuesto otro freno importante a su expansión, pese a que los expertos recuerdan que “el coste habitual para el usuario suele corresponder a un porcentaje entre el 0,5 y el 3% de la vivienda, dependiendo siempre del precio de ésta. Los precios se sitúan a partir de 1.500 euros, hasta alcanzar varios miles”. El límite lo ponen los recursos económicos de los interesados, puesto que se puede comenzar con un sistema básico e incrementarse a medida que se desee. Por si acaso, Oliver recomienda que, al adquirir un piso de nueva construcción, se exija al promotor que, “como mínimo, deje colocada una preinstalación, es decir, una serie de tubos vacíos por todas las estancias de la casa para evitar realizar obras en el futuro si deseamos instalar domótica”.

En estos momentos el mercado dispone de una oferta de productos y sistemas que se adaptan a las necesidades básicas de las personas. Sin embargo, la domótica empieza a ser muy demandada tanto por usuarios finales como por los promotores inmobiliarios. “Hace apenas un par de años, prácticamente sólo se instalaba en algunas viviendas de alto standing, pero ahora las estamos viendo incluso en promociones de pisos de gama media y viviendas de protección oficial”, señala Oliver.

En esta línea, los expertos confían en una ampliación “considerable” del número de empresas proveedoras de estos servicios debido, principalmente, a la irrupción de Internet en el entorno doméstico, “que ha abierto la puerta a nuevas aplicaciones en el hogar y ha generado nuevas necesidades de comunicación en la vivienda, así como el rediseño de nuevos productos domésticos ya existentes”, apunta el responsable de la Sociedad Española de Domótica.

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