Construcciones con cáñamo

Las viviendas construidas con ladrillos de cáñamo son más impermeables, resistentes, aisladas y cuentan con una mejor insonorización
Por Carlos Astorelli 18 de mayo de 2007

La «bioconstrucción» con materiales ecológicos suele resultar más costosa en comparación con el empleo de productos tradicionales. No obstante, la ecuación de costes puede volcarse a su favor en determinado tipo de obras. Los ladrillos de cáñamo -un bloque formado por fibras vegetales de cáñamo industrial, cal hidráulica natural y una mezcla de minerales- resultan una buena opción en las divisiones de estancias. Permite conseguir todas las funciones de un muro estructural, como resistencia a las cargas y protección contra incendios, por su propia composición no requiere aislamiento térmico y acústico especial, y su utilización puede significar un 50% de ahorro en comparación con el pladur y la lana de roca, los materiales más utilizados en estos trabajos.

El uso del cáñamo en diversas industrias y manufacturas tiene antecedentes remotos. Esta planta se cultiva desde hace doce milenios y ofrece materia prima para confeccionar cuerdas, vestidos, papeles, aceite y medicinas. Los expertos aseguran que una hectárea de este vegetal produce -en cosechas anuales- cuatro veces más pulpa que una de árboles, convirtiéndose así en un material más ecológico.

Esta planta se cultiva desde hace doce milenios y ofrece materia prima para confeccionar cuerdas, vestidos, papeles, aceite y medicinas

Ladrillos con más propiedades

Las bondades del cáñamo en la construcción están relacionadas con su gran resistencia y flexibilidad, su poder térmico y aislante. Se industrializa como sustituto de la madera en la hechura de tablones y también como componente principal en ladrillos compactos aplicables en la confección de muros exteriores, interiores y techos.

Los bloques de cáñamo se comercializan en España en un formato de 30 x 14,5 x 10,5 centímetros, a un valor aproximado de algo menos de un un euro la unidad. Comparados con los ladrillos cerámicos, que tienen un coste promedio de entre 0,10 euros y 0,40 euros cada uno, se comprenderá que, dependiendo del grosor del muro, será más conveniente o no en términos monetarios.

A pesar de sus propiedades de insonorización y térmicas, este material utilizado en la construcción cuesta entre un 60% y un 90% más que los ladrillos comunes. Sin embargo, su coste en determinadas obras puede transformarse en la mejor opción a largo plazo y la más ecológica.

A pesar de sus propiedades de insonorización y térmicas, este material utilizado en la construcción cuesta entre un 60% y un 90% más que los ladrillos comunes

Aplicación en divisiones internas

Una de las propiedades más destacadas de este material es su capacidad para conservar el calor y preservar los ambientes de la contaminación sonora. En la mayoría de las comunidades autónomas el límite de ruido en los domicilios particulares está fijado en 35 decibelios de día y 30 decibelios de noche. No obstante, un tono de voz elevado en una conversación puede producir hasta 45 decibelios de ruido, por lo que éste es el valor óptimo que se intenta respetar en las divisiones de las diferentes estancias.

Las paredes o tabiques cuyo grosor se aproxime a los 14,5 centímetros, suponen un coste por metro cuadrado de los ladrillos de cáñamo de aproximadamente 27 euros (unas 27 piezas), con un poder de aislamiento acústico de 45 decibelios. Una obra realizada en pladur, en cambio, requiere una inversión -sólo en materiales y por metro cuadrado- de aproximadamente 53 euros, con un poder de insonorización de 44 decibelios, es decir, menor que el cáñamo. Hay que tener en cuenta que para conseguir el nivel de aislamiento adecuado se necesitan dos placas que abrazan una lámina de la lana de roca, y refuerzan así su poder aislante.

El pladur es de aplicación corriente por su bajo coste y por la rapidez y sencillez de la obra en comparación con el ladrillo. Una de las desventajas que presenta este material es su relativa resistencia inferior, en general, aunque también en particular si se lo compara con los bloques de cáñamo. No obstante, está comprobado que estas placas soportan bien el peso de estanterías y libros.

Ventajas y desventajas del cáñamo

Los materiales que pueden emplearse para insonorizar ambientes son diversos: corcho, espuma, lana de roca o un preparado a base de virutas son algunos de ellas. Todos, por supuesto, serán una alternativa viable dependiendo de los resultados que se deseen.

Una de las desventajas del cáñamo para la construcción -aunque cuenta con la homologación de las normas UNE, elaborada por las Comisiones Técnicas de Normalización de AENOR (Asociación Española de Normalización y Certificación)- si se compara con otros materiales aislantes como el pladur o la madera, es la obra necesaria para su instalación, ya que requiere un trabajo algo más ‘engorroso’ y lento, además de “sucio”. En definitiva, se trata de levantar un muro con ladrillos.

Entre las propiedades a favor hay que destacar que estos bloques tienen un alto valor estético para estancias con un estilo rústico: es macizo y denso, de color beige y presenta una textura fibrosa. Si bien puede revestirse o pintarse, hay que tener en cuenta que no resiste pinturas sintéticas: sus fabricantes recomiendan en estos casos los productos basados en silicatos, minerales, cal o vegetales, que permiten una mejor transpiración y conservación del material y sus propiedades.

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