Copago de autovías: sus efectos sobre el consumidor

Pagar por utilizar las carreteras que hasta ahora no son de peaje tendría consecuencias negativas para los consumidores
Por Elena V. Izquierdo 18 de junio de 2012
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Imagen: d r o u u

Hacer que los pensionistas abonen un porcentaje del precio de los medicamentos que consumen, pagar un precio más alto por utilizar el transporte público, recortes en los presupuestos de Sanidad y Educación, bajada del sueldo de los funcionarios y aumento de su jornada,… Son algunas de las medidas tomadas hasta ahora para conseguir el objetivo de déficit exigido por Europa. Otra de las propuestas está dirigida a pagar por circular en autovías en las que ahora se transita sin necesidad abonar peaje. ¿Qué proyectos se han formulado y cómo afectaría su aplicación al bolsillo de los españoles? Las consecuencias, como se expone a continuación, serían negativas para el consumidor: penalizaría al trabajador, disminuiría el poder adquisitivo, subiría el precio de numerosos productos y aumentaría el tráfico en otro tipo de vías.

Propuestas de copago

En España, en torno al 80% de las vías de alta capacidad son de uso libre, frente al 20% que son de peaje. Esto no quiere decir que sean gratuitas, porque han sido sufragadas a través de los impuestos de los contribuyentes y, por tanto, lo que se denomina copago sería realmente un repago. Con la crisis, el dinero destinado a la construcción de nuevas autovías y a la conservación de las ya existentes se ha reducido de forma drástica, por lo que han surgido algunas propuestas para que sean los conductores quienes paguen, en parte, el coste de este mantenimiento.

El bono de movilidad propone que los conductores empiecen a pagar cuando recorran más de 15.000 kilómetros al año

Desde finales de 2011, se han puesto sobre la mesa varias iniciativas encaminadas a aplicar una tasa a los usuarios de las carreteras. Entre ellas cabe destacar el bono de movilidad, la Euroviñeta y el pago de un «peaje blando» en autovías.

1. Bono de movilidad

Es una fórmula sugerida por la Asociación Española de la Carretera (AEC), según la cual los conductores de un vehículo estarían exentos de pagar durante los 15.000 primeros kilómetros que recorran al año y, después, empezarían a abonar entre 5 y 12 céntimos por kilómetro realizado. Los vehículos pesados comenzarían a pagar a partir de los 100.000 kilómetros y abonarían entre 10 y 20 céntimos de euro.

También habría algunas exenciones. Por ejemplo, circular de noche siempre sería gratuito, en horas de menor tránsito sería más barato y se abonaría menos dinero en carreteras secundarias que en los accesos a una gran ciudad. Por el contrario, en hora punta coger el coche sería más caro.

Según la asociación promotora de esta idea, los ingresos que se podrían obtener al año oscilarían entre los 15.000 y los 35.000 millones de euros. Cuando la situación económica mejore, la medida se podría eliminar.

2. Euroviñeta

Es una directiva de la Unión Europea sobre la aplicación de gravámenes a los vehículos pesados de transporte de mercancías que permite a los países de la UE fijar una tasa para camiones de gran tonelaje, que son los que más deterioran las infraestructuras.

Pero esta normativa también deja la puerta abierta para que pueda aplicarse al resto de los vehículos, que pagarían un importe menos elevado.

3. Pago en autovías

Si bien el Ejecutivo central aún no ha tomado medidas con respecto a este asunto, el gobierno de algunas comunidades, como el de Madrid, ya se ha mostrado a favor de poner en marcha el copago en este tipo de carreteras.

Consiste en pagar un «peaje blando», más barato que el que se aplica en las autopistas. Los métodos para controlarlo son diversos, pero parece que uno de los más viables sería calcular la distancia recorrida. Podría contarse registrando la entrada, la salida y los puntos intermedios por los que pasan los vehículos. Se haría a través de las cámaras que están instaladas para controlar la velocidad. Pero habría que poner muchos más dispositivos en distintos puntos de la carretera. Después, se calcularían los kilómetros y se emitiría una factura.

Según el estudio llevado a cabo por el Centro Español de Excelencia y Conocimiento de la Colaboración Público Privada (Cecopp), si se aplicaran los mismos parámetros recogidos en la Euroviñeta, los vehículos ligeros pagarían 3,1 céntimos de euro por kilómetro recorrido y unos 8 céntimos los de más tonelaje.

Defensores de pagar en autovías

Quienes se muestran a favor de estas medidas cuentan con diversos argumentos para defender su postura, entre los que destaca que debe pagar quien más desgasta y que supondría un aumento en la recaudación de impuestos destinados a mejorar las infraestructuras.

La aplicación de un copago en autovías disminuiría el poder adquisitivo y subiría el precio de los productos

  • Es un pago proporcional al uso. Los vehículos que más utilicen las carreteras son los que más dinero tendrían que desembolsar. Según este argumento, quienes más transitan por las calzadas, al producir un mayor desgaste de las vías y, por tanto, un mayor coste a la sociedad, deberían contribuir a su conservación y mantenimiento en un porcentaje superior al resto de los ciudadanos.

  • Es universal. Hasta ahora, ningún conductor paga un canon directo por utilizar las autovías. Esto quiere decir que los usuarios extranjeros circulan gratis, mientras que los españoles contribuyen con sus impuestos a construir y mantener las calzadas. Sin embargo, cuando van a otros países que sí que tienen peaje, pagan por utilizar esas vías. Con la introducción de una tasa, los conductores extranjeros también sufragarían los costes de conservación de las carreteras españolas.

  • Mejoraría la recaudación. Las cifras que se manejan son elevadas y varían en función de la modalidad de pago que se pusiera en marcha. En un momento en que los recortes del presupuesto hacen que el mantenimiento de las vías públicas esté en peligro, los defensores de esta medida creen que el pago de una tasa sería positivo para destinar el dinero obtenido a la mejora de las calzadas.

  • Se aplica en otros países. Es uno de los argumentos más utilizados cuando se trata de subir los impuestos: en otros estados de nuestro entorno ya se hace. Y es cierto que hay una tendencia a establecer o generalizar los peajes incluso en países en los que no se había hecho hasta ahora.

Detractores del copago en carreteras

Las personas y grupos que se oponen a un repago en las vías españolas aluden a las negativas consecuencias que tendría para el ciudadano en general la aplicación de tasas por la utilización de las carreteras. Tanto los usuarios de las autovías como los consumidores finales se verían perjudicados por la generalización de peajes, el pago por kilómetro recorrido o la aplicación de una tasa a camiones de gran tonelaje. Sus argumentos son los siguientes:

  • Penaliza al trabajador. Si saliera adelante la idea del pago por kilómetro recorrido que propone en el bono de movilidad, las personas que utilizan su coche para ir a trabajar o para llevar a sus hijos al colegio serían los más perjudicados. La mayoría de los trabajadores entra en las ciudades o transita por ellas en hora punta, la más cara según el bono de movilidad. No pueden decidir a qué hora salen de casa ni a qué hora regresan porque está determinada por los horarios laborales.

    También sería más cara la entrada a las grandes ciudades que son, precisamente, a las que se desplazan quienes viven en las afueras o en localidades próximas, con lo cual el trabajador también se vería penalizado. El bono de movilidad beneficiaría a aquellos que tienen libertad para circular a otras horas, como durante la noche, que es gratuito, algo que no coincide con el horario laboral de la mayoría de las personas.

    Por ejemplo, un conductor que resida en un pueblo a 100 kilómetros de Madrid y que cada día vaya a trabajar a la capital recorrería 1.000 kilómetros a la semana, con lo cual en 15 semanas, menos de cuatro meses, habría agotado sus kilómetros exentos de pago y tendría que empezar a abonar dinero por ir a trabajar.

  • Disminuye el poder adquisitivo. El pago en autovías o el bono de movilidad supondría una bajada de los ingresos similar a un recorte en el sueldo, en la pensión o en la prestación por desempleo. En un momento en el que para llegar a fin de mes muchos ciudadanos ajustan al máximo sus gastos, poner una tasa por circular sería muy negativo para la sociedad en general. Con sueldos recortados o congelados, los ciudadanos han visto cómo ha subido el precio del transporte público, de la electricidad, el gas, en muchas localidades el IBI y otros impuestos, así que la aplicación de un nuevo canon podría ser la gota que colmara el vaso de los presupuestos familiares.

  • Encarecimiento de los productos. Si la tasa solo se aplicara a los camiones de gran tonelaje a través de la Euroviñeta, las consecuencias no serían mucho mejores para los ciudadanos. Si bien ellos no pagarían de manera directa por circular por las carreteras, sí sufrirían a corto y medio plazo una subida de precios.

    El coste de los productos que se transportan por carretera, en torno al 80%, experimentaría subidas. Si los transportistas tienen que pagar por kilómetro transitado, sería muy difícil que absorbieran ellos solos los costes que esto les acarrearía, por lo que se verían obligados a repercutirlo sobre los comerciantes que, a su vez, tendrían que cobrar más caros los artículos que venden. Además, empeoraría la situación del sector del transporte, que no está en su mejor momento.

  • Más tráfico en otro tipo de carreteras. En el supuesto de que el pago se fijara solo en las autovías, y no en otro tipo de carreteras convencionales, numerosos ciudadanos que tuvieran la posibilidad de utilizar vías alternativas lo harían. Esto supondría retenciones y una mayor peligrosidad a la hora de transitar por calzadas con un solo carril para cada sentido, que se han mostrado hasta ahora menos seguras que las autovías.

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