Los colegios recuperan las antiguas calificaciones de la EGB

Vuelven el "insuficiente" y el "sobresaliente". Con ello se pretende que los alumnos se apliquen más en los estudios
Por EROSKI Consumer 9 de enero de 2008

Las antiguas calificaciones de la EGB vuelven a los boletines de notas. La Ley Orgánica de Educación (LOE) recupera la escala tradicional de calificaciones cualitativas que fue sustituida por la fórmula del «progresa adecuadamente» o «necesita mejorar», que enmascaraba los malos resultados académicos.

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Imagen: CONSUMER EROSKI

Una orden del Ministerio de Educación y Ciencia publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) reestablece las clásicas valoraciones, es decir, «insuficiente», «suficiente», «bien» , «notable» y «sobresaliente». En Secundaria, esta escala irá acompañada de una graduación numérica: «insuficiente» de 1 a 4; «suficiente», 5; «bien», 6; «notable», 7 u 8; y «sobresaliente», 9 ó 10. El cero y el «muy deficiente» siguen abolidos.

La LOE acaba así con una de las señas de identidad de la LOGSE, aprobada en 1991, y que apostaba por el proceso formativo del alumno en detrimento de los resultados académicos. Se trataba de calificar siempre en positivo, con el fin de evitar la rivalidad escolar y la posible mella en la autoestima del alumno que podría acarrearle un suspenso. Ahora, con el cambio de nomenclatura lo que se busca es impulsar el esfuerzo de los escolares. Según los expertos, las calificaciones tradicionales incentivan el esfuerzo, aunque desmotivan a los más retrasados.

Sistema ambiguo

Muchos profesores y padres habían expresado en numerosas ocasiones su disconformidad con el sistema de evaluación que ahora desaparece, tachándolo de «ambiguo». A su juicio, el sistema tradicional permite saber con mucha más claridad la evolución del alumno. No obstante, algunos progenitores critican que los nuevos boletines de notas crearán excesiva competitividad entre los estudiantes a una edad muy temprana.

De todos modos, la orden del Ministerio de Educación hace referencia exclusivamente a las calificaciones oficiales y no a las notas que los chavales llevan a casa. Así, cada centro tendrá autonomía para informar a las familias de la forma que considere conveniente.

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