El aula del futuro, ¿cómo será?

La tecnología será la nota dominante en las aulas, con conexión wifi, pizarras digitales y ordenadores con acceso a Internet
Por Azucena García 13 de julio de 2012
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Imagen: LG전자

En los próximos años, las aulas se caracterizarán por un rasgo: la innovación. De la mano de la tecnología, los alumnos ampliarán sus posibilidades de aprendizaje gracias a la conexión wifi, las pizarras digitales y los ordenadores con acceso a Internet. Algunos de estos factores, de hecho, ya son habituales en algunos centros. Así se conforman las denominadas aulas interactivas, donde el alumno gana protagonismo y potencia su tarea investigadora, con acceso inmediato a la información. A continuación se explica el modo en que se integrará la tecnología en el aula interactiva, cómo se conformarán los diferentes espacios para aprender, el programa eTwinning como modelo para las aulas del futuro y qué papel jugará el profesor en este contexto.

Integrar la tecnología en el aula

Videoconferencias, juegos interactivos, pizarras digitales y mesas con conexión wifi y acceso a Internet controladas por los propios alumnos. Así se espera que sean las aulas del futuro, un conjunto de experiencias que se prueban en la actualidad en Bruselas, en el Future Classroom Lab (Laboratorio de la clase del futuro).

Videoconferencias, juegos interactivos, pizarras digitales y mesas con conexión wifi son algunas propuestas para el aula del futuro

Esta iniciativa parte de la red European Schoolnet, que vela por la innovación en el aprendizaje. Formada por los ministerios de educación de 30 países europeos, escuelas, profesores e investigadores, fomenta el trabajo conjunto de estos agentes para definir las características del aula del futuro.

La finalidad del Future Classroom Lab describe con claridad qué se persigue: «ayudar a visualizar la forma en que las aulas convencionales y otros espacios de aprendizaje pueden reorganizarse fácilmente para apoyar el cambio de estilos de enseñanza y aprendizaje». Ubicado en Bruselas, este laboratorio se ha diseñado como un aula en el que investigadores y los propios docentes y estudiantes prueban diferentes tecnologías aplicadas a la enseñanza y el aprendizaje.

Además de los avances citados, en un futuro cercano también se espera que el teléfono móvil y las tabletas ganen protagonismo en el modo de aprendizaje. Si hasta ahora su uso estaba restringido en las aulas, sobre todo en el caso de los celulares, estos dispositivos se convertirán en aliados mediante aplicaciones específicas para mejorar las competencias de los estudiantes. Pero no será el único aparato que comparta espacio en el aula con alumnos y docentes. Las tradicionales aulas de informática, donde los estudiantes dedican un horario específico para aprender el manejo de los ordenadores, han dado paso al empleo de netbooks en el aula, que los propios alumnos llevan de sus casas.

Aula interactiva y diferentes espacios para aprender

El aula del futuro se dividirá en diferentes áreas de aprendizaje o «learning spaces«. A diferencia de las aulas habituales, donde todo el espacio se destina al mismo fin, las previsiones apuntan a áreas diferenciadas donde se llevarán a cabo distintas tareas. El objetivo es que los estudiantes participen más en el desarrollo de las clases, por lo que se plantean aulas interactivas.

En este nuevo diseño, se reserva un espacio para la interacción más pura, donde los profesores tienen la oportunidad de recurrir a la tecnología para fomentar la participación de los alumnos. Otra de las áreas se reserva para presentaciones, con una pizarra digital que permite el trabajo en grupo y una disposición en la que los estudiantes se reparten en gradas para facilitar la comunicación e interacción entre todos ellos.

El resto de espacios se mantienen para la investigación, la creación, el intercambio y el desarrollo. La tecnología está presente en todas ellas para facilitar el acceso a la información a través de Internet, el trabajo en grupo o el diseño de vídeos. La zona para «desarrollar» se dedica al trabajo y la investigación individual, con recursos variados, como diversas publicaciones y ordenadores con acceso a Internet.

eTwinning, modelo para las aulas del futuro

Durante la clausura de la última Conferencia Anual eTwinning, celebrada a finales de marzo en Berlín, el director ejecutivo de European Schoolnet, Marc Durando, apuntó a eTwinning como modelo del aula del futuro. eTwinning es la comunidad de centros escolares de Europa, un espacio abierto a todos los profesores para que, entre otras cosas, intercambien experiencias y colaboren. A partir de ahí, se llevan a cabo proyectos eTwinning, en los que dos centros de al menos dos países europeos utilizan las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para desarrollar un trabajo conjunto.

Internet es la vía de comunicación y colaboración de los centros. Los colegios españoles pueden participar, ya que nuestro país forma parte de esta iniciativa. Basta inscribirse en el proyecto y elegir socio o socios con quienes se compartirá el espacio TwinSpace, «una plataforma para trabajar juntos en un proyecto». El objetivo es que la tecnología se use cada día en el aula.

Estos cambios supondrán, sin embargo, modificaciones que se estudian en la actualidad. Antes de poner en marcha cualquier cambio drástico en el aula, Marc Durando estima necesario analizar su impacto «sobre los tres pilares fundamentales de los sistemas educativos: el currículo, el proceso de enseñanza y la evaluación». En el caso de eTwinning, se ha integrado ya en el currículo de las asignaturas donde se ha probado y se ha diseñado de un modo interdisciplinar.

Otro aspecto que se debe tener en cuenta es el desembolso económico que supone la adquisición de los nuevos materiales, tanto de hardware como de software, así como el mantenimiento de los mismos, un factor que podría retrasar la implantación de los equipos necesarios.

¿Qué papel jugará el profesor en el aula?

Los profesores deberán aprender un uso pedagógico de las tecnologías y motivar a los alumnos para que sean proactivos

En este maremágnum de tecnologías, la figura del profesor parece quedar desdibujada. No obstante, su protagonimo se mantiene, ya que en los docentes recae la responsabilidad de dirigir la clase y a los alumnos. En primer lugar, este nuevo diseño de aula exige un profesorado formado en la utilización de las TIC, para instruir luego y ayudar a los estudiantes en su manejo. No obstante, se aboga más por aprender un uso pedagógico de las tecnologías que su utilización en sí.

Los docentes deberán motivar a los alumnos, animarles a ser proactivos, a buscar la información que les interesa, completar su formación y convertirse en investigadores, no solo en receptores de clases magistrales donde el profesor diserta sobre un tema. Para conseguirlo, se han realizado ya varios talleres para profesores a través del programa eTwinning y se organizan cursos on line.

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