Cómo alimentar a un perro enfermo

La dieta del perro enfermo debe presentarse atractiva y nutritiva para contrarrestar la pérdida de apetito del animal
Por Eva San Martín 30 de enero de 2012
Perro enfermo, no come
Imagen: Cup of Couple

Que un perro coma menos de lo habitual o se muestre apático puede ser síntoma de que el animal ha enfermado. Pero el can que se encuentra mal no sabe decir qué le pasa, qué es lo que le duele, por eso hay que prestarle atención y aprender a leer su comportamiento. Es ahora cuando más hay que cuidar de su alimentación: hay que reforzarla e introducir algunos cambios en su dieta para lograr la pronta recuperación del animal enfermo.

La dieta de un perro varía con la edad, la raza, el tamaño y su fase reproductiva. Pero también con la salud del animal.

Los nutrientes del alimento son potentes armas microscópicas con las que cuenta el perro para batir su enfermedad

Una dieta equilibrada ayuda al perro enfermo a incorporar los nutrientes que necesita para reponerse: las proteínas que usar para transformar el alimento en sustancias utilizables por su cuerpo, los hidratos de carbono que le proporcionarán energía, así como las vitaminas y los nutrientes que precisa el cuerpo del can para fabricar esas proteínas e hidratos.

Cuando el perro está enfermo, tiene una infección o siente dolor, es habitual que, como ocurre con las personas, el animal deje de comer. «Hay que tener precaución y vigilar la ración que ingiere el perro enfermo. Aunque empiece a comer, el can doliente rara vez ingiere lo suficiente para cubrir sus necesi¬dades energéticas», señalan en la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía.

Cuando un animal padece un trastorno de salud, su cuerpo trabaja por encima del ritmo habitual. Su organismo lucha por combatir la dolencia; y el metabolismo se acelera, funciona más deprisa. Esto explica que el perro enfermo necesite energía extra para alimentar ese incremento del ritmo corporal.

Un can doliente recurre a sus músculos para tomar la energía adicional que precisa, por lo que es importante reforzar la alimentación durante la enfermedad de nuestro perro, sea temporal o permanente.

Cada enfermedad es un mundo

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Imagen: Les Chatfield

Los nutrientes del alimento son potentes armas microscópicas con las que cuenta el perro para batir su enfermedad. Los nutrientes le ayudarán a reponerse, harán que su cuerpo esté fuerte. Esto explica la importancia de cuidar la dieta del perro cuando atraviesa una dolencia: es clave para su recuperación.

No hay fórmulas universales, sin embargo, cuando se trata de combatir una patología. Cada dolencia es diferente y actúa de modo diverso en cada animal. «La dieta adecuada depende de qué enfermedad presente el animal, y debe enfocarse hacia esa enfermedad concreta», explica Héctor Zúñiga, veterinario de la clínica Praga. «No es lo mismo que el animal tenga una enfermedad infecciosa que un cáncer», subraya Zúñiga.

En efecto, cada afección debe ser tratada de manera diversa. Los perros con dolencias digestivas precisan alimentarse con proteínas muy digeribles. Las grasas no son amigas de los trastornos del estómago, por lo que el dueño debe optar por comidas ligeras e incorporar dosis extra de fibra en la dieta, que ayudan a trabajar a la microflora «buena» del cuerpo del can.

Las diarreas y el vómito deshidratan a un perro. Y el animal necesitará reponer el líquido perdido. En este caso, se debe vigilar que el animal no tome el agua de forma compulsiva: conviene que beba a pequeños tragos.

Los perros con cáncer, por su parte, necesitan contrarrestar los cambios que sufre su cuerpo con dietas concentradas, ricas en proteínas y grasas. Cuando son los riñones del perro los que no funcionan de forma adecuada, conviene optar por dietas bajas en fósforo y controlar la cantidad de proteínas que ingiere. En cada caso, conviene vigilar a su perro con visitas habituales al veterinario, que controlará el desarrollo de la patología.

Trucos para que animal coma

Zúñiga aconseja «utilizar una comida que sea atractiva», esto es, que sea sabrosa. Hay comestibles más apetecibles que otros: el perro suele interesarse antes por un alimento blando que por el pienso.

El cariño y la paciencia del dueño son dos eficaces instrumentos para animar a un perro doliente a comer

Asimismo, el can reacciona de modo favorable ante un olor potente en su recipiente. Tener en cuenta los gustos alimentarios del perro (si prefiere pollo o cordero, por ejemplo) resulta útil cuando se trata de animar al enfermo para que coma. Pero ante todo, subraya el veterinario, «hay que darle siempre comida específica de perros».

La persuasión también ayuda cuando se trata de alimentar a un perro doliente. El dueño puede echar mano de algunas útiles artimañas para inducir al animal enfermo a comer. El cariño y la paciencia del dueño son dos eficaces instrumentos para engatusar a su animal. Las palabras agradables y las caricias son siempre bien recibidas por el perro, que se sentirá reconfortado ante las muestras de afecto.

El calor aumenta los aromas del alimento. Por lo que caldear la comida del can en el microondas o en los fogones ligeramente antes de ofrecérsela, conseguirá que parezca más atractiva para el animal.

Consejos
  • Vigile los cambios en los hábitos de alimentación de su perro: un animal enfermo suele comer menos.
  • Ofrezca a su animal comida que le resulte atractiva. Un truco es calentarla, para potenciar los aromas.
  • Trate con cariño y caricias a su animal enfermo. El afecto hará que el perro se sienta más confiado y se anime a comer.
  • Tenga en cuenta los gustos alimentarios del perro.
  • Ante cualquier síntoma de enfermedad, acuda a su veterinario.
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