El perro y la comunicación: cómo entenderse con el perro

Los perros transmiten gran cantidad de información con el cuerpo y la voz
Por Carolina Pinedo 30 de enero de 2012
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Imagen: blumenbiene

Los perros son muy buenos comunicadores. Hablan un lenguaje muy parecido al nuestro. Como los humanos, a través de su cuerpo y con su voz, transmiten estados de ánimo y emociones: alegría, tristeza, cariño, enfado, ira o ternura. Si queremos hablar con nuestro perro, es cuestión de observarle y abrir la mente.

El perro utiliza el mismo lenguaje para comunicarse con nosotros que con sus congéneres. Por ejemplo, sus gruñidos nos transmiten mucha información sobre su estado de de ánimo. Pueden expresar miedo o enfado y no siempre agresividad. Los aullidos indican soledad y una forma de convocar a la manada, como hacen sus antepasados, los lobos. Los quejidos revelan dolor físico o nerviosismo.

Cuando un perro enseña los dientes el mensaje que transmite es: «estoy muy enfadado, más vale que te alejes»
Los gemidos emitidos por un cachorro, pueden ser un síntoma de placer, pero en un animal adulto denotan miedo, malestar o una forma de demandar algo, como por ejemplo atención. En cuanto a los ladridos, cuando son agudos e irregulares, indican duda. Pero si el perro está relajado, los ladridos transmiten alegría.

Canales informativos

El perro nos transmite mucha información, es cuestión de saber ver, oír y observar. Y cuanto más lo hagamos y más tiempo pasemos con nuestro perro, mejor le entenderemos y sabremos descifrar lo mucho que nos cuenta. Los perros utilizan para comunicarse los canales visuales, táctiles, auditivos y olfativos. Las personas también los usamos, pero nuestra principal vía de comunicación es la verbal, sin embargo a través de este canal, el perro recibe menos información. El animal no descifra el significado de las palabras, sino de su entonación, ritmo e intensidad de su tono de voz. Al mismo tiempo, el perro obtiene información de: la postura corporal, los gestos o la mirada de quien se intenta comunicar con él.

Coherencia entre palabras y gestos

Para que el perro entienda lo que se le pretende transmitir, debe percibir coherencia entre lo que su dueño le dice con palabras y los gestos, miradas y entonación que utiliza al hablar. Y a la inversa, si queremos saber lo que el perro nos quiere contar, deberemos fijarnos en las señales visuales, auditivas, táctiles y olfativas que nos manda.

Más que gestos

Otra forma de comunicar por parte del perro es enseñar los dientes; el mensaje que transmite es: «estoy muy enfadado, más vale que te alejes». Si levanta la pata significa «dame algo» o bien «no te preocupes, haré lo que tú digas».

Cuando rasca el suelo con la pata, sin llegar a escarbar, también quiere llamar la atención, porque demanda algo. El lamido es la forma de expresar un profundo amor y amistad. Si un perro te lame, te reconoce como líder de la manada. Si se tumba boca arriba, muestra confianza, y busca juegos y caricias.

La cola del perro es una de las partes de su cuerpo más visibles y con la que mejor transmiten información a los humanos y a otros congéneres, incluso a distancias largas. Si está en movimiento indica que está contento y busca conversación, contacto físico y acercamiento. Cuando permanece parada e inhiesta es que no tiene ganas de muchos amigos y está preparado para mostrarse muy enfadado. Si la cola está entre las patas significa sumisión. Es decir: «soy todo tuyo y haré lo que me mandes».

Los perros comienzan a utilizar este sistema de comunicación a una corta edad, alrededor de las ocho semanas. Antes del año, el perro ha adquirido por completo su sistema de comunicación. Se hará entender sin problemas con sus congéneres y comprenderá lo que ellos le quieren decir. En cuanto a sus dueños, con mirarlos, sabrá cual es su estado de ánimo.

Proceso de socialización

Los perros necesitan completar su proceso de socialización en compañía de su madre y hermanos hasta las ocho semanas de edad como mínimo. Con ellos aprenderá a través del juego y la convivencia las normas básicas de convivencia con sus congéneres, que también le darán la pauta para relacionarse con su familia humana.

El perro considera a sus dueños como miembros de su manada y emplea con ellos pautas de conducta similares a las que usa con sus congéneres
Desarrollar su faceta social es fundamental y, cuando no pueden desarrollar hacerlo y están aislados o han sido separados antes de tiempo de su madre y el resto de la camada, desarrollan problemas de conducta .

Debido al proceso de domesticación, desde que el animal es un cachorro, tiene la capacidad de integrarse en su familia humana. El perro considera a sus dueños como miembros de su manada y emplea con ellos pautas de conducta similares a las que usa con sus congéneres.

Basta con dedicar algo de tiempo a la observación del perro para aprender su forma de comunicar. Cuando se consigue, la relación y la convivencia con el animal es mucho más satisfactoria y se estrechan los lazos de la amistad.

Consejos
  • Una correcta información sobre la conducta social del perro es importante para conseguir un buen entendimiento y una convivencia satisfactoria.

  • Si el perro asocia que cuando transmite un estado de ánimo, sus dueños le corresponden y le entienden, el animal se sentirá integrado en el núcleo familiar y será más feliz.

  • Hay que dedicar tiempo a estar con el perro; “hablar” con él, jugar, relacionarse con él a su manera y hacernos entender. Este esfuerzo se verá recompensado con el refuerzo de los lazos afectivos entre dueños y perro.

  • Es fascinante descubrir un nuevo idioma, que no se habla, sino que se expresa con el cuerpo y la voz: “el perruno”.

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