El perro y su entrada a los lugares públicos

España es uno de los países europeos menos permisivos con el acceso de animales a lugares públicos
Por Carolina Pinedo 30 de enero de 2012
Img perro esperando
Imagen: Lidal-K.

Pasear por la ciudad con el perro por la ciudad e intentar hacer algunos recados, una actividad corriente y, en principio, lúdica y relajante, se puede convertir en motivo de problemas si hay que acceder a lugares públicos. Todavía son muchos los lugares donde los perros tienen vetada la entrada y por lo tanto también sus dueños. En vacaciones estos problemas de movilidad con el perro se hacen más patentes con el aumento de actividades y salidas con el animal.

La movilidad con un perro en la ciudad donde se vive no resulta fácil. El acceso de perros a medios de transporte, comercios o entidades públicas está muy reducido y más si pasamos unos días de vacaciones fuera de nuestra ciudad y hacemos más actividades con el perro. Sólo los perros guía tienen garantizado el acceso a todos los lugares públicos.

Acceso del perro a locales privados

Si se trata de acceder a un local privado con perro, como una tienda de ropa, es el propietario del negocio, quien toma la decisión sobre si el perro puede entrar con sus dueños. Si se entra en una tienda y otro cliente protesta por la presencia del animal, es el propietario quien decide si nos vamos o nos quedamos.

En otros países europeos, la accesibilidad de los perros a lugares públicos y privados, es muchos mayor que en España. Se puede ver animales en restaurantes, cafeterías o autobuses.

En otros países europeos la accesibilidad de los perros a lugares públicos es mayor que en España
La cuestión es que el perro tenga la cartilla sanitaria al día y su microchip, esté bien educado y enseñado, para que se comporte de manera correcta con el fin de que no moleste al resto de la clientela. Si en la puerta del establecimiento figura el cartel de prohibida la entrada a perros, no se puede entrar. Si no hay una prohibición visible, en principio, sí se puede acceder, a menos que el responsable, nos lo impida.

El perro y su acceso al transporte público

Hay que tener claras las escasas opciones disponibles para moverse con perro por la ciudad. En principio hay ciudades, como Madrid, donde se puede viajar con un perro pequeño dentro de una bolsa de viaje en el metro o en autobuses municipales. En Trenes de Cercanías de Renfe, se admiten perros, aunque no vayan en bolsa de viaje, que estén sujetos con la correa.

Donde existe más vacío legal es en lo que respecta al uso del transporte privado por parte de animales, como en el caso de las compañías de autobuses. Son muchos los usuarios de servicios públicos y privados de la ciudad que conviven con perros y demandan información sobre su derecho a acceder a lugares y transportes públicos, porque necesitan tener movilidad con sus animales domésticos.

El vacío legal no ayuda a conseguir la integración en el uso de los servicios públicos y privados de las miles de personas que conviven con animales. Lo ideal sería regular esta posibilidad, pero con una mayor permisividad, como ocurre en otros países europeos. La mentalidad de la sociedad española ha cambiado y se acepta, mucho mejor que hace años, la presencia de perros en lugares públicos. Y es que afortunadamente, cada vez son más los ciudadanos que viajan y se mueven por la ciudad con sus perros y no tienen ningún problema.

Documentación de los perros que no hay que olvidar

La documentación sobre el perro debe estar siempre en nuestro bolsillo cuando salimos de casa con el animal. Entre los documentos que no podemos olvidar se encuentran: el certificado veterinario de salud y el documento acreditativo de la vacunación antirrábica.

Donde existe más vacío legal es en lo que respecta al uso del transporte privado con animales
No hay que olvidar el certificado de su identificación con microchip y la cartilla de vacunación al día. Para salir al extranjero es muy importante informarse, con tiempo suficiente, puesto que las normas de cada país son diferentes con respecto al permiso de entrada de nuevos animales. Algunos requieren la tarjeta sanitaria en orden, otros piden también un certificado veterinario y, los más exigentes, obligan a pasar una cuarentena en la frontera del país de destino.

Consejos
  • Si en la puerta del establecimiento al que se pretende acceder, no figura el cartel de prohibida la entrada a perros, en principio se puede entrar, si el dueño del negocio no pone pegas.

  • No olvidar la cartilla sanitaria del animal, que también tendrá que estar identificado con el microchip.

  • En más sencillo acceder a lugares tanto públicos como privados, si el perro es pequeño y está metido en su bolsa de viaje. En la mayoría de los casos, pasará incluso desapercibido.

  • Es mejor no preguntar si se puede pasar con el perro. Resulta más efectivo probar suerte, a menos que figure una prohibición expresa en la puerta.

  • El perro debe estar bien educado para no causar molestias al resto de la clientela o usuarios.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube