Los ladridos del perro, mucho más que guau

Alegría, tristeza o miedo son algunas de las emociones que el perro nos cuenta con su voz
Por Carolina Pinedo 9 de mayo de 2013
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Imagen: akk_rus

Los ladridos del perro pueden ser cortos, rápidos, espaciados, agudos o aullidos. Unas características que nos pueden indicar que el can está enfadado, nervioso, triste o alegre. Comprender lo que el perro nos cuenta con sus guaus es una forma de comprender mejor lo que le pasa por la mente, así como sus emociones. En este artículo se mencionan cinco tipos de ladridos y lo que el perro expresa con ellos.

Perro ladrador…

Perros y lobos han evolucionado de manera distinta, y el ladrido no es una excepción. El lobo es menos ladrador que los canes domésticos, aunque también hay razas de perro que no utilizan tanto el ladrido, a la hora de expresarse. Es el caso del basenji, que no emite ladridos sino un sonido similar a los gruñidos.

La razón de que los lobos sean poco ladradores es que se trata de un rasgo adaptativo de la especie a su entorno para garantizar su supervivencia. Si un lobo fuera demasiado expresivo con sus ladridos se convertiría en un blanco perfecto y ruidoso para sus depredadores, entre los que se encuentra el ser humano.

1. El ladrido del perro para evitar el conflicto

Los perros suelen ladrar y avisar antes de pasar a la agresión de quien consideran una amenaza. Esta forma de ladrar la han heredado de su ancestro el lobo, con el fin de evitar disputas por asuntos tan cotidianos en la vida de los cánidos como la competencia por un trozo de comida.

No obstante, los ladridos que pretenden amenazar pueden ir acompañados también de gruñidos, muestra de dientes y otros gestos como los ojos en posición oblicua. En este caso el aviso del enfado del perro roza el límite para pasar a la agresión de quien considera una amenaza.

2. La alegría y la tristeza del perro traducida en ladridos

El ladrido del perro es su voz y una manera de expresar estados de ánimo, como alegría o miedo
Un can es capaz de mostrar su euforia a través de unos ladridos que se caracterizan por ser «arrítmicos, cortos y acompañados de otros gestos, como movimientos rápidos de cola de un lado a otro», comenta Gregorio Sánchez, educador canino.

La tristeza es otra emoción que el perro es capaz de expresar a través de un ladrido similar al aullido. Es decir, un ladrido largo y sostenido, que resulta expresivo y transmite melancolía.

3. El ladrido del perro ansioso

Los canes ansiosos ladran de una forma singular. «Sus ladridos son agudos y repetitivos, como si pidieran auxilio y quisieran llamar la atención», apunta Sánchez. El ladrido neurótico es distinto al del perro que padece ansiedad por separación, que se caracteriza por ser grave, pausado e insistente.

4. Aullidos, una herencia del lobo

Los ladridos del perro han sido utilizados por los hombres para proteger su territorio

El lobo aúlla para convocar a su manada, marcar su territorio, afianzar la unión con la manada y demostrar estados de ánimo, como alegría y tristeza. «No todos los perros aúllan, pero los que lo hacen lo utilizan para demostrar sentimientos, sobre todo alegría, aunque el aullido perruno no suele tener como objetivo el marcaje del territorio o de reunir al grupo», explica José Blanco, biólogo del centro de Naturaleza, Cañada Real.

Los aullidos cortos del perro comunican que el animal demanda consuelo o mimos, por diversas casusas, como que se sienta solo.

5. El ladrido que advierte de que el perro tiene miedo

Un can que tiene miedo y ladra emite un sonido agudo, similar al que produce cuando siente dolor. Sin embargo, no siempre es sencillo interpretar qué comunica el perro con ellos. Por ello es necesario observar los gestos que acompañan el ladrido del can, como forma de descifrar el mensaje canino con claridad.

Un perro que tiene miedo, si ladra, lo hará con un sonido agudo y espaciado. Pero también encogerá el cuerpo, colocará la cola entre las patas traseras y plegará las orejas hacia detrás.

Estas señales corporales son diferentes a cuando el perro siente dolor. No obstante, el ladrido resulta similar, por lo que si solo se escucha la voz del perro que siente miedo o dolor es fácil malinterpretar lo que le ocurre al animal.

Los perros domésticos y su ladrido como forma de proteger al grupo

Una de las razones por las que los humanos domesticaron los primeros lobos fue la de lograr fieles guardianes que cuidaran al clan. Para lograrlo, el ladrido del perro era fundamental con el fin de espantar a los depredadores y enemigos y avisar al grupo humano del peligro.

El ladrido de los primeros perros domésticos es un rasgo adaptativo al entorno de los humanos que premiaron el comportamiento ladrador como forma de proteger al grupo. Desde entonces, el número de razas caninas ha aumentado hasta las 400, y cada una de ellas posee unas determinadas características, entre las que se encuentran perros ladradores o silenciosos.

Sin embargo, resulta curioso que uno de los problemas más habituales de los dueños de perros en las comunidades de vecinos sea el hecho de que su can resulte demasiado ladrador.

Un perro se puede educar para que ladre más o menos. Los dueños pueden fomentar o frenar la conducta ladradora de su can, con caricias y felicitaciones verbales o con ausencia de refuerzo y premios cuando no ladra.

Si se fomenta el ladrido del perro como forma de expresar sus necesidades y emociones, el can usará y abusará de este recurso oral, lo que se convertirá en una actitud difícil de reconducir.

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