Los ladridos del perro: una denuncia frecuente entre vecinos

Los ladridos constantes de su perro en casa pueden motivar además de molestias en el vecindario y ansiedad al animal, importantes sanciones económicas
Por Eva San Martín 30 de enero de 2012
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Imagen: blmurch

El perro tiene que expresar sus estados emocionales con su voz: es consustancial a su naturaleza. Pero en una comunidad de vecinos, las molestias y ruidos deben ser limitados y a unas horas razonables, para no incordiar a los inquilinos. Cada ciudad tiene sus propias ordenanzas, y multas, para proteger a sus vecinos de los ladridos persistentes. El perro no entiende de este tipo de normas humanas, pero sí se le puede enseñar a que esté tranquilo y no se exceda con los ladridos.

Un can que no para de ladrar puede interrumpir el sueño de noche de la comunidad de vecinos en la que habita.

Los ladridos de un perro en casa son más frecuentes cuando el animal está solo y se siente desprotegido
Si los aullidos constantes y angustiosos del animal tienen lugar durante el día, su mascota dificultará la concentración del resto de habitantes del edificio: el vocerío no solo impedirá el estudio y el descanso de los demás, sino cualquier actividad doméstica que precise tranquilidad

Los ladridos de un perro en casa, se producen más a menudo cuando el animal está solo. El can suele sentirse más desprotegido sin sus dueños y frente a cualquier ruido, puede intentar defender el territorio con los ladridos. Por otro lado, una mascota que ladra a todas horas no está tranquila. Ya que es un animal angustiado, conviene evitar la situación y habrá que consultar con el veterinario sobre el origen del problema.

Los ladridos son una de las denuncias más habituales

Las molestias que causan los aullidos persistentes de un can son uno de los motivos más habituales de conflictos legales entre vecinos. En la ciudad de Córdoba, por ejemplo, ocho de cada diez denuncias que llegan a la Policía Local a través del servicio telefónico llamado Línea Verde ,que vela por la defensa del medio urbano, tienen que ver con problemas de convivencia en la comunidad. Y entre las quejas que más se repiten están los sonidos altos de televisión y música, los aires acondicionados molestos y, como no, los ladridos de perros. Esta situación se repite de forma similar en la mayoría de los municipios españoles.

Denuncias por ladridos: una competencia de cada ciudad

La protección del ruido dentro de la ciudad es competencia de los ayuntamientos. Esto significa que son las administraciones locales las que deben hacerse cargo de medir, controlar y gestionar el nivel sonoro que soportan los ciudadanos en su término municipal. Son ellas las que, siguiendo las directivas europeas, la legislación nacional y regional, así como los consejos de la OMS, velan porque se respeten los límites auditivos, entre ellos los causados por los ladridos, permitidos en cada zona de su ciudad.

Qué ladridos son ruido y se castigan

El ruido es un sonido no deseado o nocivo, según lo define la Agencia Europea de Medio Ambiente. Para que un sonido, como el ladrido de un perro, sea sancionable debe superar ciertos límites de intensidad, que se miden en decibelios (dB). La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que a partir de los 65 decibelios el oído empieza a sufrir daño. Por la noche la OMS recomienda no sobrepasar los 40 dB.

El ladrido esporádico de un perro, no obstante, no supera los límites permitidos. Sí puede resultar más molesto un aullido compulsivo y continuo, pero aún así, no rebasaría el nivel admitido. Un ruido persistente, aunque no supere la barrera establecida por la norma de forma puntual, puede ser muy molesto. Y existen ordenanzas que sí lo castigan.

Los aullidos de un perro como situación sancionable suele recogerse en las ordenanzas de protección contra ruidos o de convivencia ciudadana.

En ciudades como Córdoba, los ladridos del perro están entre los motivos más frecuentes de denuncia entre vecinos
En otros casos, las molestias que pueden ocasionar el ladrido a los vecinos se recogen, además, dentro de las normas municipales específicas de tenencia de mascotas. Es el caso de ciudades como Zaragoza, donde no es necesario que el perro supere ciertos límites para que el dueño sea sancionado con una multa.

La Ordenanza Municipal sobre Tenencia y Circulación de Animales de Compañía de Zaragoza establece como condición para tener un perro en casa «que no cause molestias a los vecinos». La norma de convivencia ciudadana dice que los sonidos emitidos desde los hogares de la ciudad no pueden superar los 45dB durante el día y los 27 dB por la noche.

En los tribunales y audiencias provinciales, las condenas por molestias causadas por los ladridos del perro tampoco son extrañas. La Audiencia Provincial de Barcelona, por ejemplo, condenó a una familia de Vilanova del Vallès en 2007 a pagar 5.271 euros por los ladridos de sus perros, ya que sus vecinos no lograban conciliar el sueño.

Consejos
  • Eduque a su perro desde que es un cachorro para que aprenda a controlar los ladridos.

  • Los ladridos esporádicos no suelen superar el nivel de decibelios permitido, con lo cual no se trata de una situación denunciable.

  • Intente ser tolerante con los vecinos que no comparten el amor por los perros.

  • Diferencie entre ladrido circunstancial y compulsivo. En el segundo caso, consulte al veterinario, porque puede tratarse de un problema de conducta.

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