Pasta de dientes para eliminar el sarro del perro

El dentífrico canino ayuda a eliminar el mal aliento, así como la placa bacteriana, en formatos líquidos o en aerosol
Por Carolina Pinedo 21 de noviembre de 2012
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Imagen: Wm Jas

Si hace unos años nos hubiesen dicho que nuestro perro se iba a lavar los dientes con cepillo y dentífrico, nos hubiésemos mostrado, como mínimo, escépticos. Pero la información sobre la importancia de la higiene oral para la salud del can ha colocado en el mercado pasta de dientes, enjuagues bucales y cepillos dentales para el perro. En este artículo se explica cómo las pastas de dientes para perro no son peligrosas, ya que permiten incluso que el animal las trague, y se destacan las pastas de dientes con sabores, así como enjuagues orales y aerosoles para los dientes de los canes más rebeldes. Este artículo aborda, además, cómo cepillar los dientes al perro, tres pautas que se deben recordar sobre la pasta de dientes y por qué los perros de razas pequeñas necesitan mayor higiene bucal.

Pastas de dientes para perros: no son peligrosas

La pasta de dientes para el perro se puede tragar, sin provocar problemas en el animal

El mercado de accesorios caninos ofrece diversos productos destinados a mantener la higiene oral del perro: desde aerosoles y enjuagues que se diluyen en el agua hasta dentífricos o pastas de dientes, que necesitan aplicarse con un cepillo canino especial para eliminar placa bacteriana (sarro).

Todos los productos destinados a la higiene dental canina tienen en común el hecho de que el perro los puede ingerir, porque no resultan tóxicos. «Las pastas de dientes están elaboradas con productos naturales para que el perro las trague sin que le produzcan problemas para la salud», apunta José Luis González, veterinario y profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. Ello explica que, en ningún caso, sea posible usar el dentífrico de la familia para limpiar los dientes al can.

Pastas de dientes con sabores

Un perro que desde cachorro no se acostumbre a tolerar la pasta de dientes y el cepillo en su boca, difícilmente lo aceptará cuando sea adulto. Los fabricantes de pasta de dientes canina lo saben y, por ello, han buscado estrategias para que el perro acepte el dentífrico. La aplicación de sabores atractivos para el dentífrico del perro, como carne, ayuda a que el can se muestre menos reticente a lavarse los dientes.

Enjuagues orales y aerosoles para los dientes del can rebelde

Para los canes más rebeldes y reacios a lavarse los dientes, existen enjuagues bucales (con una acción similar a la de la pasta de diente) que ayudan a combatir el mal aliento del perro, así como la placa bacteriana. Este tipo de productos actúan como una pasta de dientes, pero sin tener que cepillar los dientes del perro, por lo que facilitan la higiene oral en los animales que rechazan lavarse los dientes.

Hay dos formatos de enjuagues para el perro: aerosoles y productos líquidos, para diluir en el agua del perro. El primero se aplica con un pulverizador en los dientes del can. No es necesario extenderlo con un cepillo, sino que el perro, al lamerse y mover la mandíbula, extiende el producto por su boca. De esta manera, se elimina sarro y se refresca el aliento. Su precio ronda los 11 euros.

Los productos que se diluyen en el agua del perro actúan como los enjuagues orales para las personas. Tienen el mismo efecto que los aerosoles: retirar la placa bacteriana y acabar con el mal aliento del can. Este limpiador dental para perros tiene un coste que oscila los nueve euros.

En cualquier caso, muchos dueños aún no están demasiado concienciados con la importancia de la higiene bucal del perro, en opinión de José Luis Cerqueira, gerente de una empresa de accesorios para animales. Las pastas de dientes para perros son uno de los productos que menos demandan los dueños de canes. «Les cuesta conseguir que sus animales adquieran el hábito de lavarse los dientes sin problemas, sobre todo si no adquieren el hábito cuando son cachorros», señala Cerqueira, quien calcula que apenas el 1% del volumen total de ventas de su empresa corresponde a pastas de dientes caninas.

Cómo cepillar los dientes del perro

Un equipo de higiene compuesto por pasta de dientes y cepillo cuesta alrededor de 10 euros, pero si el perro no está acostumbrado desde que es un cachorro, al dueño le puede suponer un problema que acepte el dentífrico y el cepillo en su boca. Los fabricantes de este tipo de accesorios caninos han tenido en cuenta esta dificultad y, por ello, han diseñado cepillos de goma, que se ajustan al dedo del dueño y, por lo tanto, facilitan mucho la labor.

La forma de cepillar la dentadura del can, explica González, «es similar a la nuestra: de arriba hacia abajo y durante un minuto». Sin embargo, para conseguir una limpieza oral adecuada y completa, es necesario combinar la limpieza en casa y la higiene dental en el veterinario. Esta estrategia es recomendable, sobre todo, para los perros con problemas orales.

Tres pautas que se deben recordar sobre la pasta de dientes para los perros

1. La pasta de dientes es un complemento. Para llevar a cabo una limpieza oral a fondo, habrá que acudir al veterinario.

En principio, la visita a la clínica para eliminar el sarro de la boca del perro debe ser anual. Pero si el can tiene problemas añadidos, como inflamación de las encías (gingivitis), mal aliento o mucho cúmulo de sarro, es recomendable realizarla con mayor frecuencia.

2. Si el perro es muy reticente para dejarse lavar los dientes con el dentífrico y el cepillo, queda la opción de utilizar los enjuagues orales, que ayudan a eliminar la placa bacteriana (sarro).

3. Las pastas de dientes se pueden adquirir con sabores que resultan atractivos para el perro, pero si desde cachorro no se le acostumbra a llevar a cabo la higiene oral, será muy complicado que no se resista a abrir la boca para introducir el dentífrico y el cepillo.

Los perros de raza pequeña necesitan más higiene bucal

Los perros de razas pequeñas, como el yorkshire, acumulan más sarro en sus dientes, asegura el veterinario José Luis González. Aunque la razón no está del todo clara, González sí tiene una hipótesis al respecto. “Es posible que sea porque los canes de pequeño tamaño, que suelen estar más protegidos por sus dueños, reciben más chucherías de sus dueños”, apunta. Esta práctica implica acumular más sarro en sus dientes.

El hecho de que, por lo general, sean canes que conviven de manera más estrecha con sus dueños, también puede influir en que estos perciban con más facilidad los problemas de mal aliento de su animal y tomen medidas al respecto.

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