Cojera en los cachorros de razas pequeñas: la enfermedad de Legg-Calvé-Perthe

La enfermedad de Legg-Calvé-Perthe provoca una cojera en las patas traseras de los cachorros de razas pequeñas
Por Eva San Martín 21 de mayo de 2012
Img paseo cachorro
Imagen: marioanima

No es extraño que cachorros de ciertas razas pequeñas o “toy” cojeen. En ocasiones, esta anomalía al andar se debe a la denominada enfermedad de Legg-Calvé-Perthe. La sangre de estos cachorros no llega de forma adecuada a los huesos de sus extremidades posteriores y, con el tiempo, padecen dificultades para caminar.

La enfermedad de Legg-Calvé-Perthe (LCP) es una dolencia diagnosticada en los cachorros de perro cuando la sangre no alcanza de forma adecuada sus extremidades. También conocida como necrosis avascular, afecta a la cabeza del fémur y «es un trastorno del desarrollo que se caracteriza por una cojera», explican desde la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (AMVAC).

La sangre en los cachorros con Legg-Calvé-Perthe no llega a las patas traseras

La circulación de la sangre en estas crías se obstaculiza antes de alcanzar la cabeza del fémur de las patas traseras, cuando los cachorros no han completado su crecimiento. Con el tiempo, sin este necesario aporte de sangre, las extremidades suelen atrofiarse y no es extraño que el perro tenga problemas para andar.

Razas más afectadas por la LCP: los cachorros de perro «toy»

No todas las razas de perro tienen las mismas probabilidades de padecer la enfermedad de Legg-Calvé-Perthe. Los cachorros de canes de talla reducida están más expuestos a sufrir la dolencia, que apenas se desarrolla en perros grandes. Esto explica que las crías de mascotas «toy», como el Bichón Maltés o el Yorkshire Terrier, sean especialmente vulnerables a padecer esta cojera.

El hecho de que los cachorros de razas pequeñas sean los más afectados aporta pistas sobre un posible origen genético de esta enfermedad y, por lo tanto, sobre el riesgo de transmisión a la descendencia durante la cría del cachorro. La génesis de esta enfermedad no está clara, sin embargo, entre los profesionales de la medicina veterinaria. «El origen exacto de la enfermedad no se conoce», admite la AMVAC.

Señales que avisan de que el cachorro padece Legg-Calvé-Perthe

La dolencia puede diagnosticarse, de forma general, cuando las crías tienen entre cuatro y doce meses. Una de las posibles señales que avisa de que el perro sufre la enfermedad es que padezca dolor al caminar. La falta de sangre provoca que los tejidos de las extremidades posteriores mueran (necrosis) y, por lo tanto, no funcionen de forma adecuada.

Advertir que la cría cojea es, no obstante, una de las alertas más evidentes de que el cachorro puede sufrir Legg-Calvé-Perthe.

La dolencia en el perro se desarrolla, en general, cuando tiene entre cuatro y doce meses

«Se detecta una cojera que empeora con el tiempo, en meses, incluso el animal puede llegar a no apoyar la extremidad», señalan desde la AMVAC. «Y también puede aparecer dolor en la cadera y atrofia muscular en la zona». Ante cualquier síntoma o sospecha es más que recomendable realizar una pronta visita al veterinario.

Cabestrillos para inmovilizar al cachorro con LCP

Inmovilizar al cachorro de perro afectado por la enfermedad de Legg-Calvé-Perthe es una de las formas de tratar la dolencia. En ocasiones, a través del reposo forzado de nuestra mascota, se puede lograr que recupere, al menos en parte, el movimiento de las extremidades traseras. En otras ocasiones, sin embargo, es preciso recurrir a una intervención quirúrgica.

Consejos
  • La enfermedad de Legg-Calvé-Perthe es una dolencia que afecta a los cachorros de perro cuando la sangre no alcanza de forma adecuada sus extremidades.

  • Es un trastorno del desarrollo y se caracteriza por una cojera.

  • La enfermedad de Legg-Calvé-Perthe ocurre con más frecuencia en razas de pequeño tamaño y rara vez entre perros grandes.

  • Las crías de mascotas “toy”, como el Bichón maltés o el Yorkshire terrier, son especialmente propensas a padecer esta cojera.

  • La dolencia se desarrolla, de forma general, cuando las crías tienen entre cuatro y doce meses.

  • Una de las señales que puede avisar de que el pequeño sufre la dolencia de Legg-Calvé-Perthe es que el cachorro padezca dolor al caminar.

  • Ante cualquier síntoma o sospecha de enfermedad, es recomendable acudir al veterinario.

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