Los sumideros oceánicos de carbono pueden ayudar a reducir un 25% los gases causantes del cambio climático

La ONU pide a los gobiernos que tomen medidas urgentes para mantener y rehabilitar estos ecosistemas
Por EROSKI Consumer 16 de octubre de 2009

La recuperación de los grandes sumideros naturales del océano (praderas submarinas, marismas y bosques de manglar) puede ayudar a reducir, junto con el freno a la deforestación, un 25% las emisiones de CO2 necesarias para evitar las consecuencias más «peligrosas» del cambio climático. Esta conclusión ha sido dada a conocer por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en un informe en el que ha tomado parte el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Este trabajo también insta a los gobiernos a crear un fondo de inversión y a tomar medidas urgentes para mantener y rehabilitar los sumideros.

El documento «Carbono Azul: el papel de los océanos saludables en la captura de carbono», presentado por la ONU durante el National Marine Month en Sudáfrica, señala que estos ecosistemas marinos capturan y almacenan una cantidad de dióxido de carbono equivalente a la mitad de las emisiones anuales del sector del transporte en todo el mundo. El informe advierte de que, en la actualidad, estos sumideros desaparecen a un ritmo siete veces mayor que hace 50 años. Se calcula que cada año se pierde entre el 2% y el 7% de estos sumideros naturales.

«Sabemos que los cambios en el uso del territorio forman parte del reto que representa el cambio climático. Tal vez menos conocida sea la pérdida global de lo que solemos llamar sumideros de carbono azul, como los manglares y las praderas marinas, que, de hecho, contribuyen de forma importante al aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero derivado de la destrucción de los ecosistemas», señala el investigador del CSIC Carlos Duarte, uno de los líderes de la iniciativa. Duarte recordaba en un artículo publicado el pasado mes de junio por la revista «PNAS» que el 58% de las praderas submarinas del planeta se encuentra en declive y que cada 30 minutos se documenta la pérdida de una de estas praderas del tamaño de un campo de fútbol en el mundo.

Este informe también destaca que el almacenamiento de dióxido de carbono en los océanos puede perdurar durante milenios, frente al almacenamiento de carbono en la tierra, donde el CO2 sólo puede permanecer retenido durante décadas o siglos. Además de resultar claves en la lucha contra el cambio climático por su capacidad de secuestrar CO2, producir oxígeno, reciclar contaminantes y proteger la línea de costa y la biodiversidad, estos ecosistemas marinos nutren a cerca de 3.000 millones de personas, y proporcionan el 50% de la proteína animal, así como minerales, a unos 400 millones de personas de los países más empobrecidos del mundo.

«Sabíamos que los ecosistemas marinos constituían activos multimillonarios relacionados con sectores como el turismo, la defensa de la costa, las pesquerías y los servicios de purificación de agua; ahora se revelan como los aliados naturales contra el cambio climático», asegura el director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medios Ambiente, Achim Steiner.

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