Islas artificiales

Diseñadas para fines diversos, como residencias de lujo o aeropuertos, su impacto ambiental puede ser elevado
Por Alex Fernández Muerza 26 de julio de 2010
Img dubai
Imagen: Google Earth

Islas con forma de palmera, de mapamundi o de nenúfar, aeropuertos flotantes, áreas residenciales para huir del cambio climático, plataformas generadoras de energía renovable… Las propuestas de los diseñadores de islas artificiales son cada vez más diversas e innovadoras gracias al desarrollo tecnológico. No obstante, sus efectos nocivos en el entorno natural pueden ser importantes si no se edifican con las suficientes garantías medioambientales.

Principales islas artificiales del mundo

Imagen: betty x1138

Gran cantidad de países de todo el planeta han construido islas artificiales con diversos métodos y objetivos. Las más conocidas en la actualidad, ubicadas en Dubai (Emiratos Árabes Unidos) pretenden llamar la atención de todo el mundo y atraer a ricas fortunas. En 2001 empezaba la creación de «The Palm«, tres islas artificiales gemelas en forma de palmera, con una inversión inicial de 1.200 millones de euros. En ella se incorporan medio centenar de hoteles de lujo y miles de villas residenciales y de lujo, con todo tipo de instalaciones comerciales y deportivas.

Japón cuenta con cuatro aeropuertos emplazados en islas artificiales
Por su parte, «The World» se diseñó como un mapa del mundo en el que se representan en sus 300 islas los principales países del mundo. La obra empezó en 2007, pero la crisis económica mundial ha obligado a cancelar el proyecto. Las islas tenían distintos tamaños (una de las más grandes era la de España, con cuatro hectáreas y media) para construir distintas zonas residenciales privadas y de recreo.

En otros casos se utiliza para disponer de infraestructuras que no tienen cabida en tierra firme. Japón cuenta con cuatro aeropuertos emplazados en islas artificiales: Kansai (1994), Chubu (2005), Kobe y Kitakyushu (2006). El de Kansai, en la bahía de Osaka, ha resistido al destructivo terremoto de Kobe de 1995 y a decenas de tifones. La American Society of Civil Engineers lo considera uno de los diez grandes logros de la ingeniería civil del siglo. El país nipón dispone además de otras islas artificiales situadas en su costa como lugares de expansión poblacional, un fin similar al de gran parte de las islas artificiales de todo el mundo.

En Europa, Holanda, un país que ha ganado gran parte de su territorio al mar, ha desarrollado varias islas artificiales ejemplares en cuanto a la tecnología empleada. Van Oord, una empresa holandesa puntera en este tipo de obras, fue la elegida para el proyecto «The World» en Dubai. Otros países europeos como Austria, Bulgaria, Dinamarca, Polonia o Reino Unido forman parte del «club de las islas artificiales».

Img palmEl continente americano está plagado de islotes artificiales. Varias ciudades de Estados Unidos disponen de algunas de estas construcciones, como San Francisco, Miami, Chicago, Nueva York o Seattle. En Canadá es muy conocida la isla Notre-Dame, en Montreal, mientras que en Sudamérica Panamá, Perú o Bolivia también cuentan con este tipo de islas.

En cuanto a su estatus, no se consideran islas naturales, y por lo tanto no tienen derechos propios, como zonas económicas o aguas territoriales, sino que pertenecen al país más cercano a su costa en un área de 200 millas náuticas (370 km.).

Impacto ambiental de las islas artificiales

El dragado, el método empleado más común, consiste en la recogida de grandes cantidades de materiales situados bajo el agua. Por ello, el impacto ambiental puede ser elevado si no se hace con cuidado.

«The Palm» ha sido criticado por las diversas consecuencias medioambientales en el golfo de Dubai
El proyecto «The Palm» ha sido criticado por las diversas consecuencias medioambientales en el golfo de Dubai: enturbiamiento de unas aguas antaño cristalinas, desaparición de la vida marina, alteración de las corrientes, erosión de las playas, etc. Los arrecifes de coral, los criaderos de ostras, los manglares y los pastos marinos asociados se han sepultado bajo toneladas de arena y rocas. Se cree que al homogeneizar el medio marino las especies nativas se podrían alejar y se atraerá a otras especies invasoras. Nakheel, la empresa encargada del proyecto, ha reconocido que el medio ha cambiado, pero asegura que intentará cambiar los posibles efectos nocivos.

Como en cualquier otra infraestructura, la realización de una evaluación de impacto ambiental objetiva contribuye a minimizar los daños, pero no siempre se hace. Así lo denuncia al menos la Academia de Ciencias de la República Dominicana. Sus responsables han criticado que el proyecto «Novo Mundo Siglo XXI», que prevé la construcción de una isla artificial en el litoral sur de Santo Domingo, no cumple los requisitos ambientales mínimos exigidos: los daños ecológicos serían graves en una zona natural protegida, no sería capaz de aguantar desastres naturales propios de la zona, como terremotos, ciclones o tsunamis, y supondría la creación de un nuevo microclima de consecuencias inesperadas.

Islas artificiales ecológicas futuristas

Img islaImagen: WorldIslandInfo.comAlgunos diseñadores han ideado islas artificiales ecológicas capaces de autoabastecerse de energías renovables y como una posible escapatoria para hacer frente a los estragos del cambio climático en un futuro próximo.

El ingeniero británico Dominic Michaelis, su hijo Alex y el investigador Trevor Cooper han presentado un proyecto de islote artificial basado en el sistema de Conversión de Energía Térmica Oceánica para crear electricidad. Según sus responsables, con unas 50.000 de estas construcciones se podrían cubrir las actuales necesidades energéticas del mundo.

El arquitecto belga Vincent Callebaut propone «Lilypad», un diseño de ciudad flotante en forma de nenúfar para acoger a las poblaciones que huyan de las consecuencias del calentamiento global. En estas islas se aprovecharía el agua de la lluvia y todas las posibles energías renovables, incluidas las corrientes oceánicas y las mareas. Con un objetivo similar, el estudio de arquitectura neoyorquino Phu Hoang Office ha creado el proyecto «No Man’s Land«, un conjunto de islas artificiales con toda clase de comodidades y autoabastecida con agua potable y energías renovables.

Otra propuesta ecológica innovadora es la de Bruce Kania y sus islas «BioHaven«: balsas de plástico reciclado sobre las que se plantaría vegetación de un hábitat dañado para poder repoblarlo, en especial en humedales y zonas pantanosas. Sistemas similares se utilizan en varias partes del mundo, como en una reserva de Singapur, para absorber sustancias contaminantes del agua.

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