Tiburones europeos en peligro

España, una de las mayores potencias mundiales en la pesca de tiburón, está amenazando la supervivencia de estos animales
Por Alex Fernández Muerza 29 de diciembre de 2006

Img tiburonesImagen: WikipediaLos tiburones son esenciales para mantener el equilibrio y la biodiversidad de los ecosistemas oceánicos. A pesar de su fiera imagen, se trata de criaturas normalmente inofensivas y muy vulnerables. Un tercio de las 40 especies de tiburones y rayas evaluados en aguas europeas están «amenazadas» de extinción, según la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y se considera que otro 20% podría engrosar esta lista en un futuro próximo.

Según los expertos, la sobrepesca, sobre todo por la caza de aletas, y su baja fecundidad y tardanza en alcanzar la madurez, hacen que sus poblaciones no puedan recuperarse. La caza accidental, especialmente al quedar atrapados en anzuelos destinados a atunes o peces espada, provoca la muerte cada año de millones de tiburones – sólo en el Mediterráneo unos 100.000-. Asimismo, la caza deportiva de ciertas especies, como el tiburón mako, pone también en peligro a estos animales.

Un tercio de las 40 especies de tiburones y rayas evaluados en aguas europeas están «amenazadas» de extinción
Por ello, los Estados miembros de la UE proponían recientemente la inclusión de dos tiburones «en peligro crítico de extinción» según la UICN, la mielga (Squalus acanthias) y el cailón o marrajo sardinero (Lamna nasus), en el Apéndice II de la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas de Fauna y Flora (CITES). Este organismo internacional cuenta con este Apéndice para limitar el comercio a niveles sostenibles, y debatirá la propuesta europea en su Conferencia de las Partes, en verano de 2007.

No obstante, la organización internacional de conservación e investigación marina Oceana subraya la contradicción de esta propuesta con el acuerdo de los ministros de Pesca de la UE de aumentar las Capturas Totales Admisibles (TACs) para 2007, ignorando los consejos científicos. Por ejemplo, en el caso de la mielga se ha impuesto una cuota de casi 3.500 toneladas.

Asimismo, Oceana llama la atención sobre el papel de España en el declive del tiburón en todo el mundo. Según esta organización, aunque diversos países europeos como Reino Unido, Francia, Portugal o Italia contribuyen significativamente a la pesca y comercio mundial de tiburones, España es, «con mucho», la nación europea más importante en este sentido. En 2003, España fue el líder mundial en importación de productos de tiburón, acaparando el 15% de este comercio, además de ser el segundo mayor exportador y el cuarto con mayor volumen de capturas. En 2004, España copó el 45% del total de capturas de tiburones de la UE, con 51.071 toneladas.

En este sentido, la organización conservacionista recuerda que el pasado septiembre algunos eurodiputados, liderados por la eurodiputada socialista Rosa Miquélez y la popular Carmen Fraga, presentaban una propuesta al Parlamento Europeo para debilitar la prohibición de comerciar con las aletas de tiburón, que fue finalmente rechazada.

Cercenamiento de las aletasLas aletas, utilizadas en la gastronomía asiática para la famosa sopa, suelen tener un valor mucho más alto que el resto del cuerpo, pudiendo superar los 100 euros por kilo. Por ello, los pescadores suelen practican el «cercenamiento», que provoca la muerte anual de unos cien millones de tiburones. Consiste en cortar las aletas y tirar los cuerpos muertos o moribundos de vuelta al agua, utilizando sólo entre un 2% y un 5% del animal, e incluyendo tiburones jóvenes.

El tiburón azul (Prionace glauca) es la especie más afectada por esta práctica. Algunas autoridades estiman que el 90% de las aletas pertenecen sólo a esta especie, lo que le está llevando a un grave declive en todo el mundo. Por ejemplo, en el noroeste del Atlántico ha descendido un 60%.

Sin embargo, esta práctica ha sido prohibida por Canadá en 1994, por Estados Unidos en 2000 y por la UE en 2003. La mayoría de las prohibiciones utiliza una correspondencia entre el peso de las aletas y el del cuerpo, para garantizar que se aproveche todo el animal. Los cálculos más restrictivos, basados en criterios científicos, señalan una correspondencia del 2%.

A pesar de ello, el reglamento actual de la UE estipula un máximo de un 5%, y el Comité de Pesca del Parlamento ha recomendado aumentarlo al 6,5%. De esta forma, según Oceana, se permite el cercenamiento de por lo menos tres tiburones por cada tiburón desembarcado. En este sentido, Shark Alliance, una nueva coalición de ONGs internacionales dedicada a la preservación de tiburones, presentaba recientemente un informe en el que subraya los peligros para las poblaciones mundiales como resultado de la política comunitaria.

Asimismo, los ecologistas destacan la dificultad de controlar estas prohibiciones, especialmente porque los tiburones emigran regularmente a través de las fronteras internacionales, y porque en lugares como Sudamérica o Australia la caza de aletas se practica libremente.

Además de las aletas, el tiburón ha originado una gran industria de diversos productos, como el aceite de su hígado, o el cartílago, siguiendo la creencia, sin base científica, de sus propiedades para impulsar el sistema inmunológico o incluso para prevenir el cáncer. A pesar de ser ilegal en muchos países, es frecuente la venta de productos como dientes y mandíbulas: En Estados Unidos pueden pagarse más de 7.000 euros por un conjunto completo de un tiburón grande.

Tiburones: Una fobia injustificada

ImgImagen: WikipediaLos primeros tiburones que se conocen evolucionaron hace unos 400 millones de años, más de 200 millones de años antes que los dinosaurios. Clasificar a los tiburones (superorden Selachimorpha) no es sencillo, aunque los científicos apuntan ocho órdenes, que incluyen desde variedades pequeñas de las profundidades marinas, hasta el tiburón ballena, el mayor de los peces, que puede crecer hasta los 18 metros alimentándose de plancton.

La “selacofobia” o miedo anormal a los tiburones, afloró como trastorno psicológico tras el estreno de “Tiburón”. Algunos científicos consideran a esta película responsable indirecta del incremento mundial de matanzas de tiburones desde 1975. Sin embargo, sólo cuatro de las más de 300 especies de tiburón conocidas han causado alguna vez la muerte de personas, y entre 15 y 20 han atacado o herido sin matar a seres humanos. Se calcula que al año suele haber 100 ataques de tiburón, de los cuales 30 resultan fatales. El tiburón toro, y no el gran blanco, es la especie responsable del mayor número de ataques a humanos, debido en parte a que viaja a menudo por río en distancias cortas. Además de estas dos especies, las otras dos causantes de muertes en humanos son el tiburón tigre y el tiburón oceánico de punta blanca, implicados en ataques usualmente en el Pacífico tropical, incluyendo Hawai.

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