Pesca de descarte

La Comisión Europea da un primer paso hacia la eliminación de esta práctica en la UE, cuya flota derrocha anualmente millones de toneladas de peces
Por Alex Fernández Muerza 2 de abril de 2007

El Comisario de Pesca de la Unión Europea (UE), Joe Börg, anunciaba recientemente la publicación de una Comunicación que promoverá el desarrollo de reglamentos para la eliminación progresiva los descartes de las pesquerías comunitarias. Algunos países, como Noruega o Islandia, ya han incorporado esta medida a su legislación.

Algunos expertos afirman que la pesca de descarte podría llegar a desperdiciar hasta los 20 millones de toneladas
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) define el descarte como «aquella parte de las capturas que se devuelve al mar por cualquier motivo» y está muy extendida en todo el mundo: Más de 7,3 millones de toneladas de pescado (el 8% del total mundial de las capturas) se tiran anualmente por la borda cada año. No obstante, estas estimaciones se basan en las capturas declaradas, por lo que algunos expertos afirman que en realidad podrían llegar hasta los 20 millones de toneladas. Tanto la Asamblea General de Naciones Unidas como la FAO han reiterado la necesidad «inmediata» de minimizar esta práctica.

La organización conservacionista Oceana recuerda que la flota pesquera de la UE es una de las «más derrochadoras del planeta». En concreto, las aguas atlánticas europeas son una de las zonas que más descartes sufre, y junto a las pesquerías del Pacífico Noroeste, suponen un 40% del total mundial. En algunos casos, estos porcentajes son aun mayores, especialmente en las pesquerías de arrastre, como merluza, faneca, rape o langostinos, que pueden alcanzar hasta el 90% del peso total de las capturas.

ImgImagen: NOAAEl documento presentado por la Comisión Europea analiza los daños de esta práctica sobre el ecosistema y la amenaza para la conservación de los recursos pesqueros. A juicio de Oceana, el descarte sobreexplota los caladeros de forma absurda, e interfiere significativamente en el equilibrio de la cadena trófica.

Además, las diferentes prácticas de pesca inducen la muerte de distintas especies animales: las redes de enmalle afectan a delfines, marsopas y ballenas; la pesca con palangre a aves; y la pesca de arrastre puede devastar ecosistemas marinos. El descarte también provoca que los científicos no puedan calcular correctamente el estado de las pesquerías, al contar con datos erróneos o poco fiables.

Por otra parte, la Comunicación analiza las causas de esta práctica, derivada del enfoque actual en gestión de pesquerías. En este sentido, las capturas accidentales de especies no objetivas o no comerciales, las que exceden la cuota o son ejemplares inmaduros, o el interés por alcanzar un precio más elevado para el producto en el mercado son algunos de los motivos.

A juicio de Oceana, uno de los aspectos clave de la propuesta comunitaria es la consideración del Total Admisible de Capturas (TAC), o sistema de cuotas utilizado en la UE, en función de las capturas, y no por las descargas en puerto como hoy día. No obstante, los responsables de esta ONG advierten que la única forma de poner en práctica esta medida pasaría por la prohibición total de los descartes, de manera que las descargas en puerto fueran realmente equivalentes a las capturas totales. En la actualidad, se estima que 1 de cada 6 kilos de pescado capturado es devuelto al mar en la UE para evitar sobrepasar esta cuota, llegando en algunos casos hasta 5 de cada 6 kilos.

El documento contempla, además, otros aspectos de gestión, como el establecimiento de límites de capturas accidentales o «bycatch», cierres de las pesquerías en tiempo real, el desarrollo de un sistema de observadores pesqueros, o incentivos para los pesqueros que registren mínimos de «bycatch». Cabe recordar que la pesca accidental constituye el mayor volumen de especies descartadas. Algunas pesquerías llegan a descartar en aguas europeas hasta el 70% del total de sus capturas, al considerarlas especies «sin interés comercial».

Asimismo, otro de los cambios propuestos trataría de impedir la «legalización» de la captura y consumo de los conocidos «pezqueñines». Para ello, se aconseja la sustitución de las actuales Tallas Mínimas de Desembarco por Tallas Mínimas de Comercialización, incluyendo la posibilidad de establecer límites de talla entre el pescado destinado a consumo humano y el utilizado en la fabricación de harinas.

Medidas para reducir el descarte

ImgImagen: KraykerLos científicos están desarrollando diversas técnicas que pueden ayudar a reducir la pesca accidental. Por ejemplo, el año pasado, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMMA), desarrollado por la FAO, financiaba en doce países la utilización de nuevas redes de arrastre para la pesca de camarones que reducen las capturas accidentales hasta un 70%, a la vez que facilitan el procesamiento de este crustáceo, con el consiguiente ahorro de tiempo y dinero.

No obstante, aunque este tipo de tecnologías ayudar a disminuir el problema, no lo atajan en su conjunto. Para ello, según la FAO, harían falta tres tipos de medidas de gestión para reducir la captura accidental y los descartes: de orden técnico (mejorar la selectividad de la pesca), administrativo (reglamentar la pesca) y económico (ofrecer incentivos financieros).

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube