Aves electrocutadas

Más de un millón de pájaros mueren al año por tendidos eléctricos en España, un problema que puede combatirse con la ayuda de los consumidores
Por Alex Fernández Muerza 20 de octubre de 2007

En muchas ocasiones, se pueden observar pequeños pájaros posados en el cable de un tendido eléctrico, o una rapaz encaramada en un poste, sin que les ocurra nada. Sin embargo, el problema surge cuando tocan a la vez dos cables o un cable y el propio poste. En ese momento, se produce una derivación de corriente eléctrica a través del cuerpo del animal, que lo mata al instante. De esta manera, millones de aves mueren todos los años en el mundo por este motivo, así como por la colisión contra los propios tendidos. Para algunas aves en peligro de extinción, como el águila imperial, constituye una de sus principales amenazas.

Una amenaza que mata millones de aves

Según datos de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), los tendidos eléctricos causan en España la muerte de más de un millón de aves. Aunque no hay cifras a nivel mundial o europeo, se cree que acaban con la vida de millones y millones de estos animales. En los países en vías de desarrollo, con una creciente instalación de tendidos de diseño muy peligroso, se trata además de un problema en aumento.

Una amenaza que mata millones de avesLa electrocución afecta especialmente a las aves que utilizan los apoyos de los tendidos como posaderos, principalmente rapaces, córvidos y cigüeñas. Por ejemplo, en los últimos 15 años, más de 120 águilas imperiales han muerto electrocutadas en España, cuando en la actualidad el número total de parejas reproductoras es sólo de 220.

Por ello, los expertos consideran que se trata en la actualidad de una de las causas de mortalidad más importantes para rapaces amenazadas, como el águila imperial, el águila perdicera, el águila pescadora, el alimoche (tanto el canario como el de la península), el milano real y el cuervo canario. La electrocución afecta también a las águilas reales, culebreras, calzadas, buitres, milanos negros, azores, cernícalos, ratoneros, búhos reales y lechuzas, aunque la lista es mucho más larga.

En los últimos 15 años, más de 120 águilas imperiales han muerto electrocutadas en España, cuando en la actualidad el número total de parejas reproductoras es sólo de 220

Jorge Lozano, responsable de Conservación de Especies y Espacios de SEO/BirdLife, afirma que el problema puede ser muy grave en algunas especies en peligro de extinción. Por ejemplo, en Hungría se culpa directamente a los tendidos eléctricos de la práctica extinción del milano real, de la que sólo quedan tres o cuatro parejas.

En España, se trata también de una de las principales amenazas para algunas especies clave en peligro. Por culpa de la electrocución, por ejemplo, en Cataluña se pierden entre una y tres parejas de águila perdicera al año, mientras que en Canarias los pocos ejemplares de guirre (alimoche canario) y cuervo canario pueden llegar a desaparecer. Asimismo, este problema puede impedir también la recuperación de especies en peligro, matando a los pollos del año, como sucedía en Doñana hasta la mitad de los años 80 en el caso del águila imperial.

Además de la electrocución, la colisión contra los cables es otro de los principales problemas que causan los tendidos eléctricos. Las aves, al no ver el obstáculo en pleno vuelo, chocan contra él con consecuencias irreparables. Las especies más vulnerables a este peligro son las aves de vuelo rápido, como palomas, patos y gangas, así como las especies gregarias y de vuelo no muy ágil, como grullas, flamencos y aves esteparias. De esta manera, especies amenazadas como la avutarda común, la hubara canaria, el sisón común, el urogallo, el lagópodo alpino o el quebrantahuesos incrementan las posibilidades de desaparecer a causa de estas colisiones.

Zonas y tendidos más peligrosos

Zonas y tendidos más peligrososDiversos estudios afirman que los lugares especialmente críticos corresponden con las áreas de dispersión de las aves inmaduras en fase de dispersión. Según Joaquín Reina, responsable de Conservación de la Naturaleza de Ecologistas en Acción, se trata de individuos inexpertos, localizados en gran número en una pequeña porción de territorio y con el sentido de la territorialidad aún no marcado.

En España, el problema de la electrocución es especialmente grave en las regiones con buenas poblaciones de rapaces, sobre todo en zonas de cría y dispersión de águila imperial y de águila perdicera. Suelen ser zonas de cortados fluviales o de monte, con buenas poblaciones de presas, como el conejo, y en el caso de rapaces que crían en roquedos, como el águila perdicera y real, alimoche, búho real, etc. Jorge Lozano, de SEO/BirdLife, considera que Castilla-La Mancha, Andalucía y el levante español son las regiones donde el problema es más grave por las especies a las que afecta, si bien matiza que las electrocuciones se producen en todas partes.

Castilla-La Mancha, Andalucía y el levante español son las regiones donde el problema es más grave por las especies a las que afecta

Para tratar de combatir el problema, algunas comunidades autónomas han adoptado medidas normativas específicas cuyo objetivo es sustituir total o parcialmente los tendidos más peligrosos en los espacios naturales protegidos. En Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura, Madrid, Navarra y La Rioja se exige que los tendidos eléctricos de nueva instalación cumplan unas prescripciones técnicas para que se puedan considerar seguros para las aves.

En cuanto a los tipos de tendidos eléctricos, los más peligrosos son los de apoyo metálico con cruceta y aisladores rígidos, si bien se dan varias circunstancias. En las líneas de transporte con torretas de gran altura el problema fundamental es la colisión contra el cableado, mientras que en los tendidos de distribución, de más baja tensión y pequeños apoyos, además de colisiones el mayor número de muertes se produce por electrocución.

Asimismo, la ubicación de los tendidos y determinados diseños peligrosos también aumentan los riesgos. Los cables por encima de las zonas de posada presentan un grave peligro de electrocución, mientras que los ubicados en lugares de mayor concentración de aves, como pasos migratorios, áreas esteparias, zonas de invernada, humedales, etc., presentan los mayores problemas de colisión.

Posibles medidas contra el problema

Posibles medidas contra el problemaLas muertes por electrocución o colisión podrían impedirse básicamente no instalando nuevos tendidos peligrosos por su diseño o ubicación, y modificando los ya colocados que pudieran constituir algún riesgo.

Para ello, hay distintas opciones económicamente viables. Según Lozano (SEO/BirdLife), la opción ideal, si bien la más cara, es el enterramiento del tendido, que no sólo elimina el riesgo para las aves, sino también la producción de incendios forestales y el impacto sobre el paisaje. Otra opción consiste en desviar el tendido hacia otro lugar menos peligroso, o sustituir el tendido por otro con los cables totalmente aislados, como el cable seco trenzado, que impide la electrocución.

La aplicación de la normativa contra este problema supondría una inversión para los ministerios de Medio Ambiente y de Industria de 46 millones de euros

En cuanto a la opción más barata, se trata de aislar fragmentos de cables, con fundas especiales y cintas aislantes, pero esto no ofrece total seguridad y su eficacia desaparece en unos pocos años al estropearse con el tiempo el material aislante. Otra solución que apenas genera costes, en opinión de Reina (Ecologistas en Acción), es sustituir los apoyos con aislados fijos o rígidos por suspendidos, cuya financiación cuenta en muchos casos con ayudas de las Administraciones públicas.

Asimismo, la aprobación de un Real Decreto que regule las instalaciones eléctricas seguras para las aves es otra de las reclamaciones de las organizaciones ecologistas. De esta manera, además de evitar la instalación de tendidos peligrosos, se permitiría una mayor dotación económica para la corrección urgente de líneas eléctricas de riesgo, y conllevaría unos mínimos comunes para las legislaciones autonómicas, algo que no sucede en la actualidad.

En este sentido, el borrador del texto legal está aprobado por la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza y la Comisión Nacional de Energía, y el Ministerio de Medio Ambiente prometió su aprobación para finales de 2005. Sin embargo, los responsables del Ministerio de Industria han bloqueado en última instancia la aprobación de esta normativa aduciendo cuestiones económicas. Según los responsables de WWF/Adena y SEO/BirdLife, la aplicación de esta normativa supondría tan sólo una inversión para los ministerios de Medio Ambiente y de Industria de 46 millones de euros.

Por su parte, los consumidores también pueden ayudar a combatir este problema de diversas maneras:

  • Colaborando con las organizaciones que trabajan en este sentido. Por ejemplo, SEO/BirdLife cuenta con una campaña específica, denominada “Tendidos Eléctricos“, que trata de adoptar medidas temporales, básicamente aislamiento de cables, o de corregir los apoyos peligrosos para Águila Imperial Ibérica, Águila Perdicera, y otras especies gravemente amenazadas.
  • Aportando información sobre tendidos peligrosos, de manera que puedan elaborarse posteriormente denuncias para que puedan ser modificados. En el caso de localizar aves muertas por este motivo, avisando, sin tocar el ejemplar, al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) (teléfono 062) o a los agentes medioambientales o forestales.
  • Escribiendo y exigiendo tanto a las administraciones como a las propias compañías eléctricas que hagan todo lo posible para eliminar esta amenaza, bien de manera personalizada o a través de las organizaciones que trabajen en ello.
  • Si se va a instalar en una casa de campo un tendido eléctrico, eligiendo el de tipo subterráneo, y si la opción aérea es la más viable, seleccionar un diseño anti-electrocución y anti-colisión.

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