Caza de focas

El aumento de la cuota de capturas y la mala calidad del hielo amenazan a miles de estos mamíferos
Por Alex Fernández Muerza 19 de abril de 2010
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Imagen: Antonio Gillo

La caza de focas en 2010 podría alcanzar una cifra récord. El Gobierno de Canadá ha aumentado la cuota legal hasta 388.200 ejemplares de focas arpa, grises y de casco, 100.000 más que el año pasado. Las autoridades canadienses aseguran que ni los animales sufren ni la especie está en peligro. Sin embargo, los grupos ecologistas lo consideran una matanza inhumana. Además de la caza, la reducción cada vez mayor del hielo y su espesor amenaza a estos mamíferos, de los que se aprovecha todo. España recibe algunos pocos productos, como suplementos vitamínicos y de Omega-3, pero por poco tiempo: la Unión Europea (UE) ha aprobado la prohibición de comercializar cualquier producto derivado de las focas.

Cazadores y ecologistas: versiones contrapuestas

Imagen: Antonio Gillo

Con el inicio de la primavera, las focas acuden en masa al Golfo de San Lorenzo y Terranova, en aguas del Ártico, a alumbrar a sus crías. Y como cada año, miles de cazadores las convierten en su presa.

Las versiones de los responsables institucionales y las organizaciones ecologistas sobre esta práctica son antagónicas. El Gobierno canadiense subraya que desde 1987 prohíbe cazar bebés foca de pelo blanco y obliga a los cazadores a dar un final rápido e incruento a sus presas, así como asegurarse de su muerte antes de desollarlas. El reglamento que regula esta caza permite la utilización de porras, rifles y hakapiks (una especie de vara tradicional con un gancho), siempre que el primer golpe o disparo sea mortal, para evitar su sufrimiento. Para controlar que la cacería se realiza conforme a lo establecido, las autoridades canadienses utilizan diversos sistemas de vigilancia, como aviones, satélites y patrullas marinas.

El Gobierno de Canadá ha aumentado la cuota legal hasta 388.200 ejemplares, 100.000 más que el año pasado
Por ello, los cazadores y responsables institucionales canadienses afirman ser objeto de un alarmismo social internacional injustificado. A las declaraciones públicas de personajes famosos se les suman los incidentes con grupos ecologistas que tratan de grabar a los cazadores, o la llamada al boicot de los productos de aquel país.

Las organizaciones ecologistas no piensan igual, al afirmar que muchas focas continúan heridas y conscientes, debido a que los cazadores evitan más de un disparo para que no pierda valor. Tras su captura, las focas son despellejadas para aprovechar su piel. Los detractores de esta práctica creen que muchas de ellas siguen vivas durante el proceso. Y aseguran que las cifras oficiales de capturas se sobrepasan de forma amplia, ya que en algunos casos los animales caen heridos al fondo del mar y mueren de manera lenta.

¿Caza provechosa o injustificada?

ImgImagen: aschaefferEl aumento de la cuota de capturas parece más una cuestión de orgullo que una necesidad real. La UE aprobó el 20 de noviembre de 2009 un reglamento que veta la comercialización de cualquier producto derivado de las focas, salvo los procedentes de la caza tradicional de los esquimales. Rusia también ha prohibido en 2009 la captura de crías de menos de un año.

Los precios del mercado ya no son tan buenos como antes. Frente a los más de 100 euros que se pagaba en 2006 por la piel de estos animales, hoy en día no se llega a los 15 euros. El volumen de capturas refleja también una situación no demasiado boyante: el año pasado se obtuvieron 74.581 focas arpa (la cuota legal era de 280.000). El sector ha empezado a mirar a otros mercados, como China y otros países emergentes.

Frente a los más de 100 euros que se pagaba en 2006 por la piel de estos animales, hoy en día no se llega a los 15 euros

El producto más valioso de la foca es su piel, en especial, la de las crías, que se considera un producto de lujo. Según la organización Sea Shepherd, firmas como Prada, Gucci o Versace venden prendas de piel de foca. Sin embargo, las progresivas prohibiciones de la captura de los ejemplares más jóvenes han limitado este comercio.

El sector aprovecha hoy en día la carne y la grasa para elaborar piensos animales, aceites, jabones, en el curtido de pieles de animales, como lubricante. Algunas empresas comercializan hamburguesas o una especie de salchichón seco, así como su pene, muy valorado en algunos países asiáticos por sus supuestas propiedades afrodisíacas. Incluso se investiga utilizar sus válvulas del corazón en la cirugía humana. España recibe algunos pocos productos, como suplementos vitamínicos y de Omega-3.

¿Focas en peligro?

ImgImagen: jim crossley

El Ejecutivo canadiense no considera que las focas arpa del Atlántico Noroeste (la especie más buscada) se hallen en peligro, ya que estima su población en unos siete millones de ejemplares, tres veces más que hace cuatro décadas. Sus responsables aseguran incluso que la caza evita su proliferación excesiva y destacan que da empleo directo ocasional a 6.000 personas de este país.

Los responsables de la industria pesquera afirman que las focas han acabado casi por completo con el bacalao que daba trabajo a los pescadores de la zona. Por ello, las autoridades canadienses subvencionan esta práctica para ayudar a los pescadores que se quedaron sin faenar tras el desplome de esta pesquería en los años noventa.

Los grupos ecologistas responden que el número de focas ha aumentado gracias a la prohibición de Estados Unidos de importar productos de la foca en 1972 y de la UE, una década después, del comercio de las pieles blancas de crías de foca. Si la cuota de presas aumenta, razonan los ecologistas, la especie podría estar en peligro como en los años ochenta. Recuerdan que la sobreexplotación de los recursos pesqueros ha acabado con el bacalao, no las focas.

Pero la caza no es el único problema de las focas. Las zonas de hielo y su espesor en esta zona del Ártico han alcanzado unos valores mínimos históricos desde que hay registros meteorológicos. Las crías no saben nadar hasta el mes de vida, necesitan estar sobre una superficie o, de lo contrario, se ahogan. Este problema, que algunos expertos asocian a las consecuencias del cambio climático, podría acabar este año con gran cantidad de ejemplares.

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