Colmatación

Produce graves efectos sobre los ecosistemas y las actividades humanas en lagos, lagunas o embalses
Por Alex Fernández Muerza 30 de enero de 2006

La colmatación de lagos, lagunas o embalses se produce cuando la cantidad de restos sólidos que reciben colma la capacidad de estos humedales, convirtiéndose en barrizales. De esta manera, las zonas afectadas por la colmatación sufren la alteración de sus ecosistemas, quedando además inservibles para actividades humanas como la pesca o el turismo.

La colmatación produce en primer lugar una importante pérdida en la capacidad del lago, la laguna o el embalse, al quedarse con poca agua libre, generalmente además turbia y poco oxigenada, debido a la presencia de gran cantidad de materia orgánica disuelta y a los procesos de descomposición de dicha materia. Además, pierden también la capacidad reguladora de las crecidas, al no ser capaces de aceptar un gran volumen de agua, lo que se convierte en un grave riesgo de inundación en caso de fuertes precipitaciones. Asimismo, el arrastre erosivo de suelo fértil supone otra grave pérdida.

La colmatación es un fenómeno natural que se ha visto acelerado en los últimos años por los procesos causados por el ser humano, como la deforestación, las prácticas agrícolas incorrectas, el sobrepastoreo o la sobreexplotación de acuíferos. La extensión de los suelos agrícolas en aquellas superficies que anteriormente eran ocupadas por vegetación que impedía la colmatación, o la construcción de infraestructuras viarias, fundamentalmente los caminos que dan acceso a las fincas, actúan en este sentido de forma desfavorable.

Asimismo, los procesos de urbanización y extracción de recursos que no han tenido en cuenta sus consecuencias en los ecosistemas en donde se desarrollan, suponen otro grave factor de alteración de los humedales a medio o largo plazo. Un ejemplo cercano de colmatación se está produciendo en la Albufera de Valencia. Algunos científicos han cifrado en unos 140 años el tiempo restante para su completa colmatación, provocada por los sedimentos aportados por las avenidas de diversos barrancos.

Otro problema importante asociado a la colmatación es la reducción de la capacidad de recarga de los acuíferos, formaciones geológicas subterráneas que permiten el flujo y la extracción de agua del subsuelo. La recarga artificial de acuíferos permite, a través de una serie de técnicas, la introducción de manera directa o indirecta de agua en un acuífero, con lo que se incrementa la disponibilidad de recursos hídricos y se mejora su calidad. Sin embargo, si se produce una acumulación de materiales sobre la superficie de infiltración del agua el acuífero pierde su capacidad de recarga. Por ello, es necesario contar con sistemas de limpieza y descolmatado de las instalaciones.

Cómo evitar la colmatación

La atención del problema de la colmatación es complicada, puesto que a su existencia contribuyen elementos difíciles de solucionar. En este sentido, para evitar la colmatación habría que tomar medidas como las siguientes:

  • Construir trampas que retengan los depósitos antes de llegar al embalse, aunque tienen como inconveniente que deben ser dragados periódicamente. En cualquier caso, lo mejor sería atacar el problema en su origen, es decir, protegiendo el suelo de la erosión.
  • Combatir la deforestación, especialmente en las cuencas de los ríos, luchando contra los incendios, el sobrepastoreo, las talas abusivas y la destrucción de vegetación.
  • Realizar un consumo razonable y ecológico del agua de los acuíferos, lo que permite que el suelo conserve gran parte de su humedad natural y aumente su cohesión.
  • Introducir prácticas respetuosas con el medio ambiente en las actividades humanas. Un modo de trabajar el campo de manera ecológica, planificar las obras públicas sin que supongan grandes trastornos para la vegetación y suelos, o reducir los vertidos que puedan dañar a la vegetación de las riberas, son medidas que pueden ser determinantes a la hora de evitar la colmatación.
  • Reducir o eliminar actividades que alteren el clima o el ciclo hidrológico, de manera que pueda evitarse el aumento de las sequías y las lluvias torrenciales.
  • Desarrollar programas de reforestación con especies propias de las lagunas para frenar la colmatación y posibilitar además el asentamiento de distintas especies de aves.

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