Paredes vivas

Fachadas con todo tipo de elementos y diseños vegetales son cada vez más numerosas en edificios de todo el mundo
Por Alex Fernández Muerza 4 de febrero de 2009
Img paredes vivas listado
Imagen: treehugger

Ponga un jardín en su fachada. Éste podría ser el lema de los sistemas de “paredes vivas”, que permiten dotar a los edificios de una cobertura vegetal vertical totalmente integrada en su diseño. Y no es algo anecdótico: cada vez más responsables de edificios públicos y privados de todo el mundo hacen gala de estas “paredes verdes”, convencidos de sus ventajas medioambientales, económicas y estéticas. Las ciudades necesitan más espacios verdes, y no sólo a lo ancho, sino también a lo alto.

La idea básica de las paredes vivas no es nueva; de hecho, las enredaderas y demás especies trepadoras han sido utilizadas tradicionalmente en numerosos edificios como elemento adicional. Sin embargo, en este nuevo uso, comenzado de forma pionera en Suiza y Alemania, el elemento vegetal es visto como una parte esencial del diseño del edificio. En la actualidad, los ejemplos de este tipo de estructuras verdes son cada vez más diversos en todo el mundo.

El elemento vegetal es visto como una parte esencial del diseño del edificio
El francés Patrick Blanc ha desarrollado un estilo que denomina «muro vegetal», con el que logra que una densa capa de vegetación crezca en cualquier superficie, incluso en el aire. Sus diseños incluyen formas y colores muy llamativos y únicos, gracias al uso de miles de plantas y una gran diversidad de especies vegetales. Por ello, se ha convertido en uno de los referentes de estos sistemas: sus trabajos no sólo se pueden disfrutar en Francia (hotel Pershing Hall, museo del muelle Branly, ambos en París, etc.), sino también en países como la India (embajada de Francia en Nueva Delhi), o España (museo CaixaForum de Madrid).

Por su parte, otros diseñadores apuestan por el concepto de «fachadas verdes». En este caso, la instalación se inserta en el suelo para que permita el crecimiento de plantas y árboles. Uno de los principales exponentes de este estilo es Edouard François, que trabaja en Eden Bio, una empresa que crea también todo tipo de jardines y coberturas vegetales para edificios.

Img paredesImagen: treehuggerDe manera similar, el grupo de diseñadores «Gas Design» ha creado el «topiade», una mezcla de paredes vivas y topiario (jardín con árboles y arbustos podados en formas imaginativas). El estilo ha gustado a Louis Vuitton, que lo ha llevado a varias de sus tiendas, y también podrá verse en la avenida Spadina de Toronto (Canadá) o en la calle Canal de Nueva York (EE.UU.).

Los centros de trabajo, donde se pasan también muchas horas, son otro lugar idóneo para estos jardines verticales. Por ejemplo, la compañía Triptyque ha construido un edificio de oficinas en Sao Paulo (Brasil) de estética industrial pero que según sus creadores funciona como una «piel», ya que las paredes están cubiertas por una capa externa vegetal y un sistema humidificador. Y en la ciudad chilena de Concepción, el estudio Enrique Browne Arquitectos ha creado un espacio de oficinas que utiliza materiales producidos localmente y fachadas cubiertas de plantas como buganvillas o jazmines.

También en casas particulares

Img paredesImagen: treehuggerEl uso de paredes verdes no se reduce a edificios monumentales o públicos. La empresa ELT (tecnologías de paisajes elevados en sus siglas inglesas) ha diseñado diferentes modelos, y con una estructura de plástico reciclable, para adaptarse a las necesidades y presupuestos de los consumidores particulares. Por su parte, la empresa Green Living Technologies, creadora de unos paneles de aluminio reciclado para su uso como jardín vertical, colabora con el grupo Urban Farming en un proyecto que pretende llevar estos sistemas a un barrio marginal de Los Ángeles (EE.UU.).

Algunas empresas vislumbran un gran negocio en la instalación de estas paredes verdes en viviendas residenciales
Algunas empresas incluso vislumbran un gran negocio en la instalación de estas paredes verdes en viviendas residenciales, y un complemento ideal para los tejados ajardinados que también causan furor en muchos lugares del mundo. Así lo cree por ejemplo la compañía canadiense G-Sky. Sus responsables ofrecen ambas posibilidades, y afirman haber quintuplicado sus pedidos de paredes vivas. Además, consideran que el sistema de compensación de emisiones de dióxido de carbono (CO2) también puede beneficiarles, ya que la vegetación de estos muros absorbe este gas de efecto invernadero.

Img paredesImagen: treehuggerIncluso hay empresas que proponen llevar estas paredes vivas dentro de las viviendas. La compañía alemana Indoor Landscaping considera que la naturaleza no se debería reducir al exterior de los edificios, por lo que sus diseños también incorporan paredes verdes interiores, con plantas que cambian con las estaciones. Por su parte, la empresa argentina Ustatic ha creado el sistema «muro de hierba», que consiste en unos paneles rectangulares con un sustrato estructural y un sistema que distribuye homogéneamente el agua en su superficie, de manera que la hierba puede mantenerse en su base.

Ventajas de las paredes vivas

Los beneficios medioambientales, económicos y estéticos de estos jardines verticales son muy diversos:

  • Purifican el aire, produciendo oxígeno y absorbiendo el CO2 y otros contaminantes volátiles emitidos por el tráfico o la industria, como el plomo o el cadmio.
  • Actúan como un sistema de aislamiento natural, regulando la temperatura del edificio, lo que permite disminuir el consumo de los sistemas de climatización. Algunos expertos aseguran que la fluctuación de temperaturas diarias se reduce en un 50%, especialmente si son ubicadas en paredes expuestas al sol. Asimismo, la demanda de calefacción se reduce en un 25% sólo por su capacidad de evitar en un 75% el frío causado por el viento. Por ejemplo, según la compañía G-Sky, un edificio de oficinas de diez plantas con un tejado ajardinado y unas paredes verdes podría ahorrar unos 62.000 euros anuales en electricidad y extraer 40 toneladas de CO2 del aire.
  • Reducen el impacto del ruido externo, y de fenómenos atmosféricos intensos como chaparrones o granizadas.
  • Constituyen un hábitat para invertebrados como insectos y arañas, que se convertirán a su vez en el alimento de pájaros; en definitiva, permiten llevar la naturaleza a las ciudades.

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