Casas pasivas: mayor ahorro energético

Países como Alemania o Estados Unidos cuentan con miles de viviendas que ahorran hasta el 90% en climatización gracias a sus sistemas no mecánicos
Por Alex Fernández Muerza 18 de mayo de 2009
Img passivhaus listado
Imagen: Sarah Parker

Las “casas pasivas” reciben este calificativo porque su climatización se basa en diversas estrategias de diseño, como la ventilación natural, la orientación solar o los materiales de aislamiento eficientes. Sus impulsores aseguran ahorros de hasta un 90% en la energía que se utilizaría con un sistema de calefacción convencional. Asimismo, calculan que se han construido en el mundo entre 15.000 y 20.000 de estas viviendas, siguiendo las tendencias normativas y de consumo más ecológicas y de ahorro energético, y que se edificarán aún más en los próximos años.

Además de la reducción del gasto energético, las casas pasivas presentan otra serie de ventajas, según sus defensores. Gracias a su diseño y sus sistemas de ventilación, el aire de su interior es más limpio. Asimismo, la temperatura de todas las habitaciones es homogénea y no se producen cambios bruscos. Por otra parte, al no utilizar radiadores, las paredes son más diáfanas y se aprovecha mejor el espacio.

En cuanto a los costes de construcción, sus impulsores reconocen que una vivienda de estas características puede llegar a ser, de forma general, un 14% más cara que una vivienda convencional. Ahora bien, matizan que la gran variedad de elementos posibles implica que los precios puedan oscilar considerablemente. Además, razonan, la generalización y optimización de estos sistemas permitirá reducir sus costes. Por ejemplo, en el barrio ecológico de Vauban, en Friburgo (Alemania), las edificaciones construidas con los estándares germanos de casas pasivas (Passivhaus) han logrado equipararse en costes a las casas convencionales.

En el mundo hay entre 15.000 y 20.000 casas pasivas, principalmente en Alemania Austria, Suiza, los países escandinavos y Estados Unidos
Los expertos en estos sistemas estiman que en el mundo hay entre 15.000 y 20.000 casas pasivas, principalmente en Alemania Austria, Suiza, los países escandinavos y Estados Unidos. Asimismo, diversas empresas de dichos países ofrecen la posibilidad de construir viviendas con estos sistemas y certificados.

En España no hay un registro para este tipo de viviendas, si bien algunos constructores aseguran haber creado edificios pasivos. Por ejemplo, el estudio Eneseis Arquitectura ha diseñado la Casa Llorenç, en Mutxamel (Alicante). El edificio cuenta con diversas técnicas «pasivas solares», como la orientación sur, la ubicación en una colina, la ventilación natural y la utilización del agua de lluvia.

ImgImagen: inhabitatEn cualquier caso, las perspectivas para este tipo de sistemas son muy positivas. Las normativas de edificación son cada vez más exigentes en el aspecto medioambiental y la eficiencia energética. Por ejemplo, la Unión Europea desarrolla una directiva para que los edificios públicos sean de energía cero y el resto de edificaciones en 2020. En España, normas como el Código Técnico de Edificación, aprobado en 2006, o la Ley de Eficiencia Energética, en actual fase de borrador, se mueven en la misma línea. Por su parte, el aumento de la concienciación de los consumidores, al asumir que una vivienda con criterios ecológicos sirve para ahorrar dinero y conservar el medio ambiente, resulta también fundamental para su generalización.

Consejos para construir una casa pasiva

Algunos expertos recuerdan que este tipo de conceptos de construcción «pasiva», «ecológica», «bioclimática«, o «de energía cero» se pueden interpretar de diversas maneras. En el caso concreto de las «casas pasivas» hay quien diferencia entre el calificativo «pasivo», más genérico, para atribuirlo a construcciones que utilizan alguno de estos sistemas para ahorrar energía, y los estándares de «casa pasiva» que certifican una serie de normas para lograr edificios con bajo consumo energético.

No valdría el diseño de una casa pasiva pensado para el frío clima alemán en una zona del Mediterráneo, donde el sistema sobrecalentaría la vivienda
En definitiva, a la hora de levantar una de estas viviendas, o de incluir alguno de estos sistemas en un edificio ya edificado, conviene asesorarse con un buen profesional que cuide los detalles y sospechar de promesas demasiado idílicas. Lo mejor sería que este experto realizara un estudio previo de las condiciones climáticas del lugar donde se ubicará el edificio y dominara los diferentes sistemas y materiales que se fueran a emplear. Para ello, se pueden utilizar simulaciones informáticas específicas y conjugar de la manera más óptima y económica la gran variedad de técnicas y tecnologías disponibles. Por ejemplo, no sería válido el diseño de una casa pasiva pensado para el frío clima alemán en una zona del Mediterráneo, donde el sistema sobrecalentaría la vivienda. En este caso, habría que pensar en conjugarlo con un buen sistema de refrigeración.

ImgImagen: Jeremy LevinePor otra parte, la orientación del edificio es clave, porque permitirá aprovechar el sol lo mejor posible. Asimismo, los sistemas pasivos se basan en principios físicos para captar y acumular el calor solar. Las posibilidades son muy diversas: superficies vidriadas orientadas en función de las necesidades de calor del edificio; muros Trombe para mejorar la captación de la luz solar y muros de acumulación ventilados para facilitar el intercambio de calor; techos de acumulación de calor; colectores solares de aire o agua caliente para acumular el calor; materiales superaislantes y transpirables para las paredes y el techo; ventanas de tecnología pasiva; sistemas eléctricos y de iluminación de alta eficiencia, etc. Y a la inversa, se pueden usar diversos sistemas de refrigeración pasiva para los días calurosos. Por otra parte, para cubrir posibles carencias puntuales, se pueden utilizar sistemas de energía renovable domésticos, como paneles fotovoltaicos o térmicos.

Enric Aulí, ambientalista y experto en bioconstrucción, asegura que «lograr que una casa sea ecológica en un 60% tiene un coste bastante bajo», pero para ello insiste en la labor de un buen profesional, porque «hay gente que hablando es fantástica». Aulí propone como consejo preguntar a los dueños de la última casa en la que ha intervenido la persona a la que se vaya a confiar la obra.

Origen del concepto y el estándar

El concepto de “casa pasiva” aparece por primera vez en un libro publicado en 1979 en Estados Unidos (EE.UU.). Su autor, el arquitecto Edward Mazria, explica la idea de reducir en los edificios los sistemas convencionales de climatización. Asimismo, en la década de los 80, el Departamento de Energía de EE.UU. realizó un estudio para que los arquitectos estadounidenses asumieran este tipo de técnicas. Para ello, dividió el país en 16 zonas climáticas para que los diseños se adaptaran lo mejor posible.

ImgImagen: Sarah ParkerPor su parte, el estándar “Passivhaus” se crea en 1988 por los profesores Bo Adamson, de la Universidad sueca de Lund, y Wolfgang Feist, del Instituto alemán de Edificación y Medio Ambiente. En 1990 se construye en la localidad alemana de Darmstadt el primer edificio del mundo con este estándar, y en 1996 se funda en dicha ciudad el Instituto Passivhaus para dotar de un carácter oficial al sistema y promocionarlo.

El certificado “Passivhaus” fue comercializado en cinco países de la Unión Europea dentro del proyecto CEPHEUS entre 2000 y 2001, y un estándar similar, el MINERGIE-P, es utilizado en Suiza. En EE.UU. también se han construido diversos edificios con el estándar “Passivhaus”. Estos certificados se han utilizado no sólo para la construcción de viviendas, sino también en edificios de oficinas, colegios o supermercados.

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