Casas naturales

La madera, el barro, la paja o el bambú son cada vez más utilizados para construir viviendas ecológicas
Por Alex Fernández Muerza 1 de octubre de 2009
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Imagen: Colin Rose

Las casas naturales utilizan materiales como la madera, el barro, la paja o el bambú para reducir el elevado impacto ambiental y económico del sistema convencional de construcción de viviendas. Sus defensores aseguran que gastan menos en su edificación, consumen menos recursos naturales y energía, contaminan menos y viven de forma más saludable. Diversas asociaciones y colectivos en todo el mundo ofrecen asesoramiento y ayuda para contribuir a la generalización de estas casas naturales.

El Consejo de Construcción Verde de España apunta las principales ventajas de construir una casa de madera: bajo costo, utiliza poca energía y unas herramientas sencillas para su producción y elaboración, y se basa en un recurso natural más resistente que el acero y el hormigón. Una vez edificada, ofrece un ambiente más saludable a sus inquilinos. El reumatismo o las dolencias respiratorias se quedan fuera, ya que la madera absorbe y expulsa la humedad.

A pesar de las apariencias, las casas de madera son muy resistentes. El Centro de Investigación japonés Hyogo simuló un terremoto de 7,5 grados en la escala Richter con un edificio de madera de siete plantas. Salvo algunos daños superficiales menores, el bloque aguantó sin problemas.

Noruega construirá el rascacielos de madera más alto del mundo, con 16-17 pisos
En Noruega están convencidos de estas ventajas. El Secretariado de Barents ha anunciado la construcción de un centro cultural que será el rascacielos de madera más alto del mundo, con 16-17 pisos. Se ubicará en Kirkenes y superará al que ostenta este récord en la actualidad, un edificio de 13 plantas situado en Arkhangelsk, en el noroeste de Rusia. Sus impulsores pretenden que sea un edificio sostenible modélico: contará con sistemas de eficiencia energética y de energías renovables, materiales reciclados, etc.

Los defensores de la madera recuerdan que puede utilizarse en edificios ya construidos con otros materiales. Los arquitectos José Ulloa y Delphine Ding han transformado una envejecida casa de playa en una hermosa construcción angular con vistas al Pacífico Sur en Casablanca, Chile.

Construir con barro y paja

Las casas naturales son una vuelta al pasado, aunque se aprovechan los conocimientos actuales sobre construcción sostenible. Las viviendas de barro y paja se han fabricado desde hace siglos. En algunos países de Europa hay edificios con estos materiales que siguen habitados. En Reino Unido, se estiman unas 100.000 casas de barro y paja («cob» en inglés), algunas de ellas con 200 años de antigüedad.

Img casaEl barro y la paja permiten la edificación rápida, económica y ecológica de una vivienda. Como en el caso de la madera, no es necesario un equipamiento de construcción muy complejo. Al ser materiales naturales y abundantes, se puede trabajar de forma local. Sus constructores evitan la contaminación que supone el transporte de materiales.

En cuanto a sus propiedades, el barro y la paja son buenos aislantes térmicos y son muy resistentes a las inclemencias meteorológicas. La paja suelta se quema con facilidad, pero la prensada y embalada que utilizan estas viviendas, no. Para que una casa de paja se deteriore por la acción del agua, tiene que ubicarse en un lugar con mucha humedad y lluvias constantes.

En Reino Unido, se estima que hay unas 100.000 casas de barro y paja, algunas de ellas con 200 años de antigüedad

Otra opción que gana cada vez más adeptos son las casas de fardos o balas de paja. La embaladora manual, creada en EE.UU. en 1850, dio la posibilidad de construir este tipo de viviendas. Las primeras documentadas se realizaron en Nebraska en 1896. La idea era construirlas como casas temporales, pero al resultar baratas, fáciles de edificar, resistentes y aislantes, pronto se volvieron muy populares como primeras viviendas.

En la década de los años cuarenta del siglo XX, la generalización de los materiales convencionales de construcción relegó a los fardos de paja. Pero a partir de los años setenta, este estilo ha renacido y son cada vez más las casas en todo el mundo que se construyen de esta forma.

Casas de bambú

El bambú es un material ideal para construir un hogar natural, según sus defensores. Una hectárea de bambú puede absorber nueve toneladas de dióxido de carbono (CO2), una capacidad vital en la lucha contra el cambio climático. Su crecimiento es muy rápido: oscila entre tres y cinco años, sin necesidad de fertilizantes o pesticidas. Su recolección no mata la planta entera, de manera que vuelve a crecer. El bambú aflora en todos los continentes, excepto en los polos, y en suelos dañados por la erosión (evita además que se produzca este problema).

En cuanto a sus características, es duradero, flexible, fuerte y más ligero que el acero o el cemento: algunas casas han resistido huracanes y terremotos. Estas ventajas lo han convertido en uno de los materiales de construcción más utilizados en el mundo. Se calcula que más de mil millones de personas viven en casas de bambú.

En los países occidentales, su uso es minoritario, pero diversas asociaciones y eco-diseñadores empiezan a construirlas. En España, se pueden encontrar viviendas de este material o edificios que lo utilizan en alguno de sus elementos, como el techo de la terminal cuatro del aeropuerto de Barajas.

Estas casas pueden dar lugar a acciones solidarias. Cinco estudiantes de arquitectura han construido en Tailandia seis cabañas de bambú en forma de mariposa para que sean utilizadas como orfanatos.

Dónde acudir para hacerse una casa natural

Según sus defensores, no es necesario ser un consumado constructor para levantar una casa natural. Ahora bien, reconocen que hacen falta ciertas habilidades y que es más gratificante si se edifica con la ayuda de varias personas. Recomiendan ponerse en contacto con las asociaciones y colectivos que impulsan la construcción de estas viviendas.

En algunos países, como EE.UU., Reino Unido o Alemania, las casas naturales son cada vez más numerosas, respaldadas por diversas asociaciones y grupos de trabajo. En España, la Asociación de Fabricantes y Constructores de Casas de Madera (AFCCM), la Red Ibérica de Ecoaldeas o la Red de Construcción con Balas de Paja ofrecen asesoramiento y ayuda para este objetivo.

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