Entrevista

Luis Andrés Orive, experto en paisaje e impulsor del Anillo Verde de Vitoria-Gasteiz

El Anillo Verde tiene muchos déficits de funcionamiento ecológicos
Por Alex Fernández Muerza 4 de diciembre de 2010
Img luisorive
Imagen: Luis Orive

El reciente nombramiento de Vitoria-Gasteiz como capital verde europea se suma a los reconocimientos de esta ciudad vasca por su cuidado de los valores ecológicos y, en particular, por su Anillo Verde. Este espacio natural que rodea a la ciudad tiene unas características únicas en el mundo, que van más allá de un simple parque, como explica uno de sus impulsores, Luis Andrés Orive. No obstante, este experto destaca algunos aspectos que no funcionan bien en este espacio natural y señala que el estado de los paisajes en toda Europa -España no sería una excepción- están mal debido a los rápidos procesos de transformación que sufren.

¿Cómo ha conseguido ganar Vitoria-Gasteiz a las otras potentes candidaturas al premio?

“Los especuladores son uno de los mayores enemigos de la sostenibilidad en la actualidad”
Se ha trabajado desde hace 25 años en una línea muy consistente con los valores de sostenibilidad antes de que fuera acuñado el concepto. Por ello, está mejor colocada que otras ciudades en los parámetros considerados ahora importantes en la calidad urbana: si el aire es limpio, hay áreas para peatones y para los ciclistas, la gestión del agua es impecable, hay servicios públicos para todos los ciudadanos, etc., es porque se han tomado decisiones con ese objetivo.

¿Para qué le servirá a la ciudad haber ganado este premio?

Va a servir para ser más autocríticos, porque habrá muchas miradas exteriores puestas sobre la ciudad y se van a tener que hacer bien las cosas. Los especuladores, uno de los mayores enemigos de la sostenibilidad en la actualidad, lo tienen más difícil.

Usted fue uno de los principales impulsores del Anillo Verde. ¿Qué tiene de particular?

“No se trata de hacer anillos verdes como churros, porque es algo más que hacer parques”
El Anillo Verde es una iniciativa muy especial que se ha explicado muy poco. Lo más sustancial es su funcionamiento como sistema ecológico: es mucho más que un conjunto de parques más o menos bonitos y variados. Es un conjunto natural formado por los montes de Vitoria-Gasteiz y los ríos que nacen en ellos, de tal manera que este flujo de nutrientes fluye a la ciudad. Entre los humedales al este y unos bosques isla al oeste se cierra un círculo simbiótico. Por ello es un sistema autónomo, natural, no recreado, que desarrolla varias funciones claves para la vida y para la ciudad. Gracias a ello, las tasas de biodiversidad son altísimas, tiene capacidad para controlar las inundaciones que se producían antes en Vitoria-Gasteiz de forma frecuente, es un sumidero de carbono, produce oxígeno, es un lugar para el disfrute de los ciudadanos, que lo tienen al lado de casa, y es un espacio identitario que la gente reconoce como propio. Para ello hay que agradecer a nuestros abuelos que mantuvieron estos espacios, y a los responsables institucionales, cuyas decisiones para impulsarlo no fueron fáciles en su día. Ha sido por tanto el estandarte de la candidatura, porque es dificilísimo encontrar algo de estas características en un entorno urbano.

Es más parecido a un parque natural.

Sí, muy pocas ciudades tienen al lado una zona de humedales, como la de Salburua, incluida en el convenio Ramsar, que respalda su conservación. O un río, el Zadorra, perteneciente a la Red Natura 2000 de protección de espacios naturales europeos.

¿Alguna ciudad ha intentado seguir el modelo del Anillo Verde?

“Ciudades como Londres o Nueva York pretenden desarrollar sistemas integrados verdes”

Hay incluso campañas de partidos para hacer anillos verdes. Pero no hay que hacerlos como churros, porque como decía, es algo más que hacer parques.

Usted ha afirmado que el Anillo Verde podría morir de éxito. ¿Por qué?

El Anillo Verde todavía no está terminado y tiene muchos déficits de funcionamiento ecológicos. Sin embargo, la gente está encantada porque ve esos parques y no exige otros aspectos necesarios, como la recuperación del río o el cerro de las neveras, que están mal desde hace cinco años, o la conectividad entre el este y el oeste. Si esto no se tiene en cuenta, corre el riesgo de cambiar su esencia y de que sea un espacio más parecido a un parque urbano.

¿Qué deberían incorporar las ciudades para ser más verdes?

“Los paisajes europeos se transforman a gran velocidad y pierden calidad y valores sustanciales con la identidad europea”
Estrategias fuertes para la mejora de la biocapacidad urbana. Las ciudades son artefactos que interfieren funcionamientos naturales. Es verdad que tenemos que vivir en algún sitio, pero debemos intentar que la huella ecológica sea lo menor posible. Hay muchas posibilidades de trabajar en sistemas integrados verdes, no solo en los bordes, como el Anillo Verde, sino también dentro de la misma. Puede parecer una utopía, pero algunas ciudades ya están en ello. El plan de biodiversidad de Londres, promovido por el alcalde anterior, se compromete a aumentar los espacios verdes y la biodiversidad de la ciudad como fuente de progreso. En Nueva York, su actual alcalde también ha presentado un plan en la misma línea.

¿Qué ciudades españolas considera buenos ejemplos?

Hay algunas cuestiones que me gustan de Girona y Segovia, y no mucho más, porque se hace muy poco en esta línea.

¿Por qué Girona y Segovia?

“Los indicadores señalan que los paisajes españoles están mal”
Girona tiene el río bien integrado, la zona histórica muy bien conectada con el resto de la ciudad, la relación con la naturaleza y la huerta me parece respetuosa. En Segovia, me parece excepcional el tratamiento de los bordes de los ríos que envuelven el casco urbano.

Usted trabaja ahora en unos Ciclos sobre el Paisaje. ¿Cómo se enfoca en la actualidad este tema?

Hay un marco referencial, el Convenio Europeo del Paisaje del año 2000, que todos los países se comprometen a impulsar. Por su parte, UNESCO, a través de su Federación Internacional de Arquitectos del Paisaje, pondrá en marcha el año que viene una Convención Global del Paisaje.

¿Por qué este interés por el paisaje?

“Los ciudadanos pueden exigir que los paisajes sean espacios saludables, bellos y que funcionen”
El Convenio surge porque hay un reconocimiento de que los paisajes europeos se transforman a gran velocidad y pierden calidad y valores sustanciales con la identidad europea. Es un articulado breve y sencillo que define el paisaje como un territorio producto de acciones naturales y humanas y tal como lo percibe la población que convive con él. Por lo tanto, el paisaje no es solo una estampa bonita, sino que se identifica con todo el territorio y es un salto cualitativo muy importante. El Convenio insta a ordenarlo y a cumplir objetivos de mejora en todos los paisajes, y en especial en los urbanos y periurbanos.

¿En qué estado de conservación se encuentra el paisaje en España?

Los indicadores señalan que mal. Los paisajes vivos tienen una pérdida de valor importantísima. Los espacios agrarios y naturales tienen una naturaleza que hace muy difícil continuar con su carácter actual. Por otro lado, los espacios urbanos y de borde, después de este boom especulativo, no los ha dejado en buen lugar, y ya no digo nada de los espacios costeros.

¿Qué pueden hacer los consumidores para conservar y recuperar los paisajes?

“Varias comunidades autónomas han sacado leyes de paisaje interesantes”
El Convenio habla del derecho a unos paisajes de calidad. Los ciudadanos pueden exigir que sean espacios saludables, bellos, que funcionen, y debería ser algo normal. El Convenio promueve que estas cuestiones se incluyan en los nuevos preceptos legales de planteamientos urbanísticos.

¿Cómo influye la conservación del paisaje en el bienestar humano?

Hay muchos estudios. Algunas escuelas de pensamiento, como la Sapiencia italiana o la de Chicago señalan que los paisajes de calidad son propios de nuestra naturaleza humana. Sin embargo, en la actualidad la mayoría de la población europea está en paisajes que no están en buen estado.

¿El Convenio se cumple?

“Vitoria-Gasteiz ha trabajado desde hace 25 años en valores de sostenibilidad”

En el ámbito estatal no se ha aceptado, pero varias comunidades autónomas han sacado leyes de paisaje interesantes, como la catalana, hace cinco años.

Usted ha acuñado el concepto de “biorregiones”. ¿A qué se refiere?

Lo creé hace poco para definir ese envolvente de espacios naturales que marca la llanada alavesa. Si el actual Anillo Verde tiene 35 kilómetros de perímetro, esta zona sería un segundo anillo verde con 400 kilómetros. Todo ese espacio biorregional, como en cualquier parte del planeta, debería ser ejemplar. Los entornos urbanos periféricos deberían reconocer el impacto de su huella y tratar de impulsar un desarrollo armónico. Pero es lo contrario a lo que sucede. En esta época de crisis, no estaría mal conocer las potencialidades y valores de todos estos espacios agrícolas y naturales, como los acuíferos que dan de beber a la gente o las potencialidades agrícolas que pueden dar de comer. Corea y China compran suelo africano por los espacios capaces de generar este tipo de riqueza.

Perfil biográfico de Luis Orive

Luis Andrés Orive (Vitoria-Gasteiz, 1958) es Ingeniero de Montes y Doctor en análisis territorial del paisaje. Desde 1989 hasta febrero de 2008 fue director del Centro de Estudios Ambientales de Vitoria-Gasteiz. Entre otras funciones y proyectos, este organismo coordina el Proceso de Agenda-21 y planifica, proyecta y gestiona el Anillo Verde de la ciudad. Estas dos líneas de trabajo han recibido numerosos galardones nacionales e internacionales. Además del reciente nombramiento como capital verde europea, cabría destacar la selección por parte de Naciones Unidas como una de las ciudades signatarias de la “Declaración de ciudades verdes de San Francisco” en 2005 y la elección del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) como primera ciudad en desarrollar el proyecto Geo-Ciudades (Global Environmental Outlook) en Europa. En la actualidad, coordina los proyectos de creación del Master Internacional de Paisaje y de la Cátedra UNESCO de Planificación y Arquitectura del Paisaje desde la Universidad del País Vasco (UPV-EHU). Desde 2008 es profesor adjunto del Máster de Arquitectura del Paisaje de la Universidad de Nueva York.

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