Vehículos adaptados para minusválidos

Adaptar un vehículo para personas con minusvalías físicas puede suponer 4.500 euros
Por Yolanda A.C. 18 de febrero de 2004

¿Cómo acelera el coche una persona que no puede mover sus piernas? ¿Cómo cambia de marcha o frena? Las personas con discapacidades físicas también conducen, por supuesto, aunque para ello deban superar algunas trabas. Una de ellas es la adaptación que han de realizar de sus vehículos. En España existen numerosas empresas que se dedican a adaptarlos en función de las necesidades concretas de cada minusválido. El coste de esas modificaciones depende de muchos factores y puede ascender a 4.500 euros. Al respecto, aún se escuchan muchas voces que no consideran suficientes las subvenciones prestadas desde las administraciones.

Adaptaciones más demandadas

La Fundación de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) impulsó en 1992 la adaptación de vehículos a las necesidades de los discapacitados. Para ello, creó Fundosa Accesibilidad, una sociedad pionera en la adecuación de turismos, furgonetas y autocares para personas discapacitadas. Así, su director general, Luis Alonso, confirma que en 2002 realizaron 180 adaptaciones (119 para particulares y 61 para taxistas) y en 2003, un total de 288 (214 para particulares y 74 para taxistas).

En general, el montaje y la puesta a punto de estos sistemas de ayuda se llevan a cabo en talleres especializados que cumplen con todas las normativas de seguridad europeas. En prácticamente todas las provincias españolas hay lugares que se dedican a estas adecuaciones. El tiempo necesario para llevarlas a cabo ronda el mes. El número exacto de vehículos adaptados en España es difícil de concretar, aunque, a modo de ilustración, se puede decir que la Junta de Andalucía ha autorizado desde 1998 a 2003 más de 3.840 casos de reformas, según declara un portavoz del Gobierno andaluz.

Tal y como aclara Miguel Ángel Fernández, técnico de la empresa Fundosa Accesibilidad, “cada vehículo se adapta a las necesidades específicas en función del tipo de discapacidad de la persona que lo vaya a conducir”. Además, aunque dos individuos puedan tener la misma lesión, “cada uno contará con unos hábitos de conducción propios”. Asimismo, asegura que estos vehículos podrán ser conducidos también por una persona que no tenga ninguna minusvalía, únicamente deberá desconectar los mecanismos especiales.

Fernández explica que las adaptaciones más demandadas son aquellas que pasan por instalar los distintos mecanismos de conducción en el volante, sustituyendo así los pedales de los coches tradicionales. De este modo, una persona parapléjica podrá manejar con las manos el acelerador, el freno y el embrague. Asimismo, suele optar por un cambio de marchas automático.

Indica, al respecto, que el acelerador se acciona mediante un aro situado encima del volante, del mismo tamaño que éste último, lo que permite al conductor mantener la velocidad que desea sin soltar las manos de la dirección. “Empuja el aro hacia el volante original y de esta forma va aumentando la velocidad”, explica el técnico. Por su parte, el freno, que sale de uno de los lados del volante, bien el izquierdo o el derecho, tiene forma de palanca.

Este especialista precisa que entre las solicitudes más demandadas se encuentra, además, el acelerador electrónico, que puede ser de palanca, es decir, se adapta a uno de los lados del volante y tiene como ventaja el conservar el ‘airbag’, o de pomo, que es el que tiene la opción de programar la velocidad. Cualquiera de estas alternativas posibilita la conservación del volante original. Por otro lado, hay comandos en los que se aglutinan varios dispositivos, como luces, limpiaparabrisas, claxon, intermitentes, etcétera, lo que contribuye a hacer más fácil al minusválido la conducción de su vehículo.

En el caso de personas que van en silla de ruedas y no pueden desprenderse de ellas, existe la posibilidad de realizar un cajeado, es decir, mover los asientos según la necesidad. De este modo, no tendrían por qué ir siempre en la parte trasera del vehículo, sino que podrían situarse en la posición del copiloto e, incluso, en la del conductor sin tener que abandonar su silla. De todos modos, esta alternativa es bastante costosa (desde 9.000 euros hasta 20.000).

Una de las empresas dedicada a la creación e instalación de cajeados es Adapta-Auto, situada en Murcia y que cuenta con clientes en todo el mundo. Según su gerente, Juan Carlos Carrión, es una de las pocas firmas que vende automóviles de segunda mano adaptados de diferentes formas: lateral, trasera, central, para conductor o copiloto, así como adaptaciones totales. “Todas ellas dan completa funcionalidad al vehículo para ser utilizado por el discapacitado”. Se trata de una iniciativa a tener en cuenta, dado el alto precio de un coche nuevo, al que hay que añadir el coste de las reformas.

Precios y ayudas

Las adaptaciones que se realizan con más habitualidad en un vehículo para una persona discapacitada cuestan como máximo 4.500 euros, según Miguel Ángel Fernández. En los casos en los que la persona no tiene la fuerza suficiente en los brazos como para plegar su silla de ruedas e introducirla en el coche, se puede instalar una grúa especial, bien en el maletero o bien en el techo del vehículo, que es la que se encargará de hacerlo. No obstante, los precios son muy elevados (entre 6.000 y 9.000 euros), por lo que su demanda no es alta.

El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales establece unas bases que regulan la concesión, a través del Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (Imserso), de ayudas públicas a personas con discapacidad, que, no obstante y según la Cocemfe, no podrán exceder de las siguientes cuantías:

  • Para la obtención del permiso de conducir: 180 euros.
  • Para la adquisición de vehículos a motor: 1.800 euros.
  • Para la adaptación de vehículos a motor: 600 euros.

No obstante, conviene precisar que con el traspaso de competencias desde la Administración central a las diferentes comunidades autónomas, éstas tienen la capacidad de establecer una legislación propia en este sentido. Un ejemplo es la Comunidad de Madrid, que, a través de la Consejería de Servicios Sociales, establece una serie de ayudas incluyendo las siguientes cantidades:

Para la adquisición de vehículos a motor: 2.400 euros.

Para la adaptación de vehículos a motor: 600 euros.

Para la eliminación de barreras en vehículos a motor: 2.400 euros.

La Fundación ONCE también concede ayudas a las personas con movilidad reducida, tanto para la adquisición de vehículos como para su posterior adaptación, asevera el director general de Fundosa Accesibilidad. Además, agrega que las subvenciones no cubren todo el gasto al que tiene que hacer frente el interesado. “Como mucho se aporta el 50% del total”, afirma.

Una de las ventajas fiscales que se ofrece a los discapacitados cuyo grado de minusvalía sea igual o superior al 33%, es, según se recoge en la Ley reguladora de las Haciendas Locales, la exención del Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica. Esta subvención puede solicitarse tanto en los ayuntamientos como en las juntas municipales.

Pese a todo ello, la Cocemfe considera que estas medidas son “insuficientes” e “injustas”, en tanto que, a su juicio, “deberían establecerse actuaciones individuales y ajustadas a cada necesidad”. Resulta que una persona minusválida hace frente a la misma inversión a la hora de comprar un vehículo que otra sin discapacidad, cuando la primera tiene también que adaptarlo. En este sentido, exige que las modificaciones se subvencionen al “100%”, puesto que “tampoco parece muy lógico que tenga el mismo descuento una persona en silla de ruedas que otra con una discapacidad auditiva, ya que ésta puede comprarse el modelo de coche que quiera y no necesita realizar ninguna adaptación”.

Requisitos

En la tramitación de cualquier reforma en el vehículo, la Confederación Coordinadora Estatal de Minusválidos Físicos de España exige el cumplimiento de una serie de requisitos:

Un informe. Debe estar elaborado por el fabricante del vehículo, su representante legal o un laboratorio oficial acreditado en España. Ha de indicar que la realización de la modificación no supone un cambio determinante en el resto de las características del coche y que los cambios cuentan con la correspondiente homologación.

Un certificado del taller. En el que se especifiquen los componentes incorporados.

El proyecto técnico. Donde se ponga de manifiesto que las condiciones de seguridad vial y de protección del medio ambiente son equivalentes a las exigidas en los requisitos generales. Este proyecto deberá estar suscrito por un técnico competente y visado por el colegio oficial correspondiente.

Con toda esta documentación en su poder, el usuario del vehículo deberá realizar, en un plazo máximo de dos semanas después de llevar a cabo la adaptación, el último trámite: la Inspección Técnica del Vehículo (ITV). Ésta será realizada por un centro autorizado que verificará una serie de puntos, según la reforma, y cumplimentará la tarjeta referente a las características técnicas del coche con las correspondientes modificaciones.

Las personas con discapacidad se encuentran en una situación de desventaja frente a la población general ante la adquisición de su propio vehículo adaptado, denuncian desde la Cocemfe. Los trámites que se debe realizar para llevar a cabo las reformas necesarias impuestas por la Dirección General de Tráfico (DGT) conllevan, además del tiempo empleado, un incremento en el precio final del vehículo. Por otro lado, a la cantidad inicial de las adaptaciones hay que añadirle, en caso de ser necesario, el importe del proyecto técnico.

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