Fármacos derivados del cannabis permitirán luchar contra la obesidad y la anorexia, según un estudio

Científicos han logrado eliminar la actuación perniciosa de esa sustancia en las zonas cerebrales
Por EROSKI Consumer 13 de noviembre de 2002

Comer en exceso o muy poco es perjudicial para el organismo. El equilibrio en la ingesta de comida es fundamental para tener buena salud. De ahí la importancia de un estudio científico que revela que fármacos derivados del cannabis permitirán luchar tanto contra la obesidad como contra la anorexia y la bulimia.

En cinco años está previsto que se comercialice un fármaco, derivado del cannabis, que de forma específica se aplicará contra los trastornos de la alimentación, si no surgen contraindicaciones en la etapa de ensayos clínicos que manifiesten su toxicidad.

El estudio lo ha coordinado la Fundación Carlos Haya, con la participación de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad de California en Irvine. Las conclusiones obtenidas son fruto de tres años de trabajo.

Los científicos partieron de la base de que los principios activos del cannabis estimulan el apetito, por lo que en algunos países está autorizado su uso como tratamiento paliativo en el caso de enfermos terminales.

A pesar de ello, utilizar la marihuana como tratamiento médico indiscriminado no es la mejor opción posible, por los efectos secundarios que tiene, sobre todo en el cerebro, explicó ayer el director de Investigación de la Fundación Hospital Carlos Haya, Fernando Rodríguez de Fonseca.

Sin embargo, los científicos han conseguido modificar químicamente ese compuesto mediante un trabajo de laboratorio. De ese modo, se ha eliminado la actuación perniciosa de esa sustancia en las zonas cerebrales.

Nuevos tratamientos

La gran importancia del trabajo coordinado por la Fundación Carlos Haya es que abre las puertas al diseño de nuevas estrategias de tratamiento para personas que sufren patologías relacionadas con la alimentación, como son la obesidad, la anorexia y la bulimia.

Para ello se podrán utilizar fármacos derivados del cannabis que, una vez modificados convenientemente, no dañen al cerebro. La acción beneficiosa para el enfermo la realizarán esos medicamentos a nivel periférico (cavidad abdominal), con lo que se evitan los efectos psicotrópicos.

El estudio destaca que los compuestos activos de la marihuana actúan imitando a unos compuestos naturales (anandamida) que están presentes en el organismo. La anandamida, entre otras actuaciones, impulsa el apetito, retarda la saciedad y prolonga la sensación de hambre.

Un laboratorio, aplicando las conclusiones de los científicos, ha logrado elaborar una molécula que estimula el intestino sin que los efectos secundarios lleguen al cerebro. Este fármaco tendrá una gran utilidad para hacer frente a la anorexia y a problemas de inapetencia generalizada. No obstante, no todas las personas podrán beneficiarse del tratamiento.

Pero el estudio no se quedó ahí. Una vez comprobado que los derivados del cannabis favorecen el apetito, la investigación continuó. El siguiente paso permitió confirmar que una molécula antagonista de la marihuana (que tiene el efecto contrario), modificada químicamente para suprimir los efectos secundarios, reduce el apetito y provoca una sensación de saciedad permanente.

Ratas de laboratorio

Los experimentos llevados a cabo con ratones de laboratorio indican que las cobayas que fueron tratadas con un antagonista de la marihuana disminuyeron hasta un 20% su masa corporal. «Ese compuesto inhibe en general el apetito y ayuda a reducir drásticamente la ingesta de comida», apostilló el director de Investigación de la Fundación Carlos Haya.

Si en la etapa de ensayos clínicos que debe superar el fármaco no surgen contraindicaciones, el tratamiento supondrá una revolucionaria actuación contra los trastornos alimenticios. El inconveniente será que esos medicamentos serán bastante costosos, dijo Rodríguez de Fonseca.

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