Desarrollan una terapia génica contra el sida que impide al VIH replicarse

Esta investigación abre la puerta al tratamiento de otras dolencias
Por EROSKI Consumer 8 de noviembre de 2006

Un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.), dirigido por Carl June y Bruce Levine, ha desarrollado una nueva terapia génica basada en virus del sida «desactivados» empleados para llevar una carga genética que impide que el VIH se replique.

El proceso es complicado, según relatan los investigadores norteamericanos en la revista de la Academia Nacional de las Ciencias de EE.UU., «Proceedings». Primero se extraen del virus del sida los aspectos que causan la enfermedad. De este modo, se logra un vehículo eficiente para transportar una carga genética contra el propio VIH. Después, el resultado se traslada a las células inmunes del paciente. Una vez superado este proceso, se inyecta en el paciente una infusión con diez mil millones de esas células modificadas. Cuando el VIH trata de atacar a estos linfocitos -las células que defienden el organismo, víctimas habituales del VIH- se encuentra con que, debido a la carga genética que contienen, no puede replicarse y su asalto fracasa.

En la primera aplicación de esta terapia en humanos, cinco pacientes con VIH crónico que no habían respondido, al menos, a dos tratamientos antirretrovirales, recibieron una infusión de sus propias células inmunes modificadas. La carga de VIH en los pacientes permaneció estable o descendió durante el periodo del ensayo y uno de ellos mostró una caída sostenida de la carga viral. Por otro lado, los niveles de linfocitos se mantuvieron estables o se incrementaron en cuatro de los pacientes durante los nueve meses de seguimiento.

El fin de esta primera fase de ensayos era comprobar si era seguro y factible el empleo del VIH como vector para la aplicación de terapias génicas. En anteriores pruebas de terapia génica, los problemas habían sido numerosos, e incluso algunos pacientes habían llegado a desarrollar cáncer. Según Carl June, este primer objetivo se ha cumplido, pero los resultados «dejan ver algo más».

Así, las conclusiones de este ensayo abren un nuevo campo para los vectores basados en lentivirus como el VIH, al mostrar que se pueden emplear con seguridad. Estos organismos permitirían evaluar el uso de terapias génicas en un espectro de enfermedades más amplio.

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