Holter para control de riesgo cardiovascular

El registro continuado de la actividad eléctrica del corazón que se obtiene mediante el monitor Holter permite detectar anormalidades y prevenir riesgos cardiovasculares
Por Montse Arboix 26 de junio de 2006

El monitoreo Holter se utiliza habitualmente para determinar la respuesta del corazón a la actividad normal. No obstante, existen otras situaciones en las que se precisa conocer la respuesta eléctrica del corazón, ya sea para valorar el efecto de medicamentos cardíacos, en especial antiarrítmicos, después de un infarto de miocardio, o para diagnosticar un ritmo cardiaco peligroso o anormal. El objetivo de su uso es obtener una película de la actividad del corazón durante un periodo de tiempo determinado.

Determinadas alteraciones cardíacas, como las arritmias, están asociadas a la actividad eléctrica del corazón. Para establecer si están presentes o no se recurre a una representación gráfica, el electrocardiograma (ECG o EKG). Este registro es útil para estudiar la conducción cardiaca y para apuntar el origen de la dificultad cuando el corazón falla.

Durante el ciclo cardíaco de bombeo y llenado, un patrón conocido de impulsos eléctricos muestra exactamente la acción del corazón. Estos pulsos pueden recogerse mediante electrodos que se adhieren a puntos precisos de la superficie del cuerpo. De ahí surge una imagen gráfica que muestra la actividad del corazón representada por ondas características. La imagen puede ser evaluada instantáneamente en un monitor o ser impresa sobre papel milimetrado para su posterior estudio por el especialista.

Monitor cardiaco holter

El monitor cardiaco Holter es un dispositivo de grabación que registra el ritmo cardíaco durante la actividad normal de la persona, de forma continua durante 12 o 24 horas. Esta prueba diagnóstica es conocida también como electrocardiografía ambulatoria.

Para realizar el examen se colocan unos electrodos, que son unos pequeños parches conductores, en el tórax y se conectan a un pequeño monitor por medio de unos cables, entre 5 a 7, denominados derivaciones. El monitor de registro cardíaco opera con baterías, y se guarda cerca al cuerpo en una bolsa colgada alrededor del hombro o en un bolsillo. Las derivaciones se conectan a electrodos, los cuáles son sensibles a los impulsos eléctricos del corazón. El monitor Holter graba los impulsos, realizando un registro de la actividad eléctrica del corazón durante las 24 horas.

El monitoreo Holter está pensado para obtener información en continuo de la actividad eléctrica del corazon
La actividad eléctrica cardiaca que se registra es muy similar a la que se obtiene con un electrocardiograma con la diferencia de que los resultados se obtienen mientras la persona desarrolla un ritmo de actividad más o menos normal durante el periodo preestablecido. Luego, se analiza el registro, se tabula el informe de la actividad cardiaca y se correlaciona la actividad irregular del corazón con la actividad de la persona. La lectura de estos datos permite determinar la naturaleza del problema cardíaco.

El éxito de la monitorización depende de la colaboración del paciente. Es importante que lleve siempre consigo un dietario para anotar de forma precisa cualquier tipo de actividad o síntoma, para que, más tarde, pueda ser correlacionado con los hallazgos del registro.

El paciente debe anotar la hora del día en que experimente alguna emoción fuerte, cuando toma la medicación (incluso aquella que no estaba prevista), o bien cuando realiza algún tipo de actividad: comer, beber (principalmente si son bebidas alcohólicas o que contengan cafeína), el momento de defecación, micción, actividad sexual, realización de ejercicios físicos o periodo de descanso. También es primordial que se apunte el momento exacto en que se presente algún síntoma físico, como vértigo, cefalea, dolor torácico o alteración en la respiración. Si el dolor es agudo o va acompañado de sensación de ahogo (disnea), es imprescindible que se acuda inmediatamente al servicio de urgencias más cercano para su valoración.

Preparación para el examen

No hay una preparación especial para este tipo de examen y tampoco existe ningún tipo de molestia asociada con el examen. La única precaución es informar si existe algún tipo de alergia a los materiales de la cinta con la que se adhiere el dispositivo al cuerpo o a los que componen los adhesivos. El profesional especializado pone en marcha el monitor de registro y enseña al paciente cómo colocar de nuevo los electrodos en caso de que se aflojen y cómo registrar la actividad en el control diario personal. En algunos hombres puede darse el caso que se deba rasurar el vello del tórax para poder colocar los electrodos y evitar que se despeguen. En cualquier caso, nada impide que se puedan desarrollar las actividades normales mientras se está usando el dispositivo.

Los electrodos deben estar adheridos firmemente al tórax para permitir el registro preciso de la actividad cardiaca. Y mientras se utilice el dispositivo, se debe evitar la exposición a la humedad. Por este motivo es conveniente bañarse o tomar una ducha antes de comenzar el examen, ya que no podrá hacerlo mientras esté usando el monitor Holter. También hay que evitar exponerse a los imanes, a los detectores de metal, a las mantas eléctricas y a las áreas de alto voltaje.

LA ACTIVIDAD ELÉCTRICA DEL CORAZÓN

Img EKG1

El bombeo normal del corazón debe ser continuo y constante. Si hay alguna alteración en estas características, el corazón es incapaz de llevar la sangre que requieren todos los tejidos del organismo para vivir. El corazón es un conjunto de dos bombas que consisten en sendas cámaras huecas formadas por músculo involuntario. La contracción de dicho músculo hace que la sangre sea bombeada. Una de las cámaras, la aurícula derecha, contiene un grupo de células llamadas el nódulo sinusal, que actúa produciendo impulsos eléctricos que hacen que el músculo del corazón se contraiga y relaje en cada ciclo cardíaco (latido cardíaco).

Cada latido cardiaco depende de un proceso eléctrico que se conoce como polarización. La primera fase de este proceso eléctrico, la despolarización, estimula los músculos de la pared del corazón. Durante la segunda fase, la repolarización, los músculos se relajan. Este proceso convertido en un trazado de onda da como resultado un electrocardiograma (ECG). A los diferentes puntos de esta onda se les denomina P, Q, R, S y T. La onda P corresponde a la despolarización de las aurículas. Las ondas QRS reflejan la despolarización ventricular.

La frecuencia cardiaca que determinan estos impulsos eléctricos depende de la actividad de un momento dado, desde 60-80 en reposo hasta más de 200 en ejercicio, de modo que en cada situación se asegure el suministro de nutrientes y oxigeno necesario a todo el organismo. Cuando la conducción de estos impulsos es anómala se producen arritmias, que pueden variar desde ritmos lentos (bradicardia) a ritmos demasiado rápidos (taquicardia). Estas arritmias, que no son más que una alteración del patrón de conducción eléctrica del corazón pueden indicar que éste no está recibiendo suficiente oxígeno y también se pueden correlacionar con dolor torácico.

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