El apéndice: un refugio para la flora bacteriana

Una investigación estadounidense atribuye al apéndice la función de recuperar la flora bacteriana tras una enfermedad
Por Montse Arboix 26 de octubre de 2007

El apéndice es un órgano cuya función, hoy en día, es objeto de controversia en el campo de la fisiología. Son muchas las teorías que giran alrededor de su ‘ocupación’ en el organismo: desde una función linfática, hormonal o, incluso, neuromuscular. No obstante, y pese a que la mayoría de científicos, hasta ahora, estaban de acuerdo en que su función era irrelevante y no iba más allá de un vestigio de la evolución, recientemente un grupo de investigadores estadounidenses de la Universidad de Duke parece contradecirlo.

Las enfermedades del apéndice ocupan un lugar destacado en la práctica quirúrgica: la apendicitis es la enfermedad abdominal más frecuente que trata el cirujano. Cuando el apéndice, situado en el intestino grueso, se inflama hay que extirparlo ya que la situación, de agravarse, podría terminar en peritonitis, una inflamación aguda de la membrana que limita la pared del abdomen y recubre los órganos abdominales. Recientemente, un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke, en EE.UU. ha apuntado cuál sería la función de este órgano: un refugio bacteriano.

Los autores aseguran en el trabajo, publicado en ‘Journal of Theoretical Biology’, que su función básica es la producción y protección de los diferentes microorganismos que forman la flora bacteriana de nuestro intestino. Según esta conclusión, después de una enfermedad que implique destrucción de las bacterias beneficiosas que habitan en nuestro sistema digestivo, el apéndice permitiría recuperar su funcionabilidad.

Reserva bacteriana

Los expertos, coordinados por William Parker, insisten que esta afirmación no tiene razón de ser en los países desarrollados porque existen varias maneras de recuperar la flora, sea mediante una alimentación adecuada o con suplementos alimenticios. No ocurriría así en otras partes del mundo, incluyendo el subcontinente indio, Sureste Asiático, Latinoamérica y África Subsahariana, donde enfermedades como el cólera aún son comunes y hay escasez de medios en este sentido. También señalan que si el apéndice se inflama conviene seguir el tratamiento convencional y extirparlo, aunque posiblemente determine la aparición de algunas enfermedades en el futuro.

«Un sistema inmune sobrerreactivo podría desencadenar la inflamación intestinal asociada con la apendicitis»

Parker, en el artículo, señala que la alta incidencia de apendicitis en los países desarrollados está relacionada con la obsesión por la limpieza y la excesiva higiene que han contribuido a que el sistema inmunológico sea ‘perezoso’ y que reaccione ante sustancias que hace años eran completamente inocuas. De hecho, científicos de importantes laboratorios y centros de investigación, ya hace tiempo que advierten de que es imprescindible estar en contacto con bacterias en la infancia para que el sistema inmunológico genere anticuerpos.

Una limpieza demasiado abundante debilita el sistema inmunológico y favorece la aparición de dermatitis, alergias o crisis asmáticas por reacción excesiva de las defensas contra irritantes menores. «Un sistema inmune sobrerreactivo podría desencadenar la inflamación intestinal asociada con la apendicitis», puntualiza el investigador.

Raro pero letal

El tumor de apéndice no es habitual, su diagnóstico preoperatorio es poco frecuente y menos de la mitad de los casos son diagnosticados de forma intraoperatoria. El tumor apendicular es más frecuente en mujeres y suele localizarse en el extremo distal del órgano en cuestión. La perforación de estos tumores suele originar un pseudomixoma peritoneal, una forma poco común de cáncer que se inicia en el apéndice y que puede propagarse a todo el peritoneo.

En el caso de mujeres con pseudomixoma es importante diferenciar el origen tumoral porque tanto el tratamiento como el pronóstico dependen de ello. Suelen derivar de un tumor ovárico, a pesar de que se han dado casos de coexistencia de tumores simultáneos de apéndice y ovario con pseudomixoma peritoneal.

Pese a que los tumores del apéndice son raros, su aparición es potencialmente letal. Ésta es una de las conclusiones relacionadas con el cáncer de apéndice a las que han llegado investigadores del Centro Médico Bautista de la Universidad Wake Forest, Carolina del Norte, en EE.UU. Según los datos disponibles, solamente un 0,1% de los apéndices se extirpan por cáncer, aunque podrían ser los responsables de más casos. Los autores del estudio, coordinado por Robert F. Bradley, estudiaron a 101 pacientes con pseudomixoma peritoneal que se había originado en el apéndice y que fueron tratados en la Wake Forest entre 1993 y 2005.

Este tipo de cáncer se clasificaba, antes del estudio, en tres categorías: de alto grado, bajo grado y benignos, aunque a todos los pacientes se les trata con una intervención quirúrgica del apéndice y tratamiento con quimioterapia. Ahora, a tenor de los resultados que revelan nuevos factores relacionados con el diagnóstico y el tratamiento, se conoce que no existe una variante ‘benigna’ de la enfermedad.

APENDICECTOMÍA LAPAROSCÓPICA

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La técnica quirúrgica para tratar la apendicitis ha permanecido prácticamente sin cambios dada su eficacia terapéutica y baja morbimortalidad. Pese a que la cirugía convencional es la modalidad tradicional, cada vez es más frecuente la intervención mediante laparoscopia. Pero al contrario de lo que sucede en otros procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos, caracterizados por ser seguros y sencillos, su uso es controvertido.

Por este motivo, un grupo de investigadores de la University of Southern California, Los Ángeles, California (EE.UU.) realizaron un estudio, prospectivo y a doble ciego, con 250 pacientes, en la que comparaban las dos técnicas de extirpación del apéndice. Los resultados fueron sorprendentes. No hubo diferencias significativas en los parámetros estudiados excepto en la calidad de vida del paciente a las dos semanas de la intervención. El trabajo, coordinado por Namir Katkhouda y publicado en ‘Annals of Surgery’, destacaba que el tiempo empleado en la intervención era más largo mediante laparoscopia y no existían diferencias en la intensidad del dolor, ni en el inicio de la alimentación o de la actividad, ni tampoco en las complicaciones posteriores.

Según datos disponibles, la incidencia de apendicectomía en los países desarrollados gira en torno al 8%. Las complicaciones más habituales derivadas de una intervención de este tipo son la infección intraabdominal o de la herida. Los índices de infección de la herida posquirúrgica están entre el 3% y el 30% en casos de apendicitis aguda y se acercan al 78% en apendicitis gangrenosa o perforada.

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