Anestesia con guindillas

La capsaicina es útil para producir anestesia sin la parálisis asociada con la mayoría de las anestesias locales, según investigadores estadounidenses
Por Teresa Romanillos 19 de noviembre de 2007

Una sustancia derivada de las guindillas, la capsaicina, podría revolucionar las técnicas anestésicas, ya que reduce la sensibilidad sin afectar a la parte motora. Esta técnica podría ser especialmente útil en situaciones en las que interesa suprimir el dolor preservando las funciones motoras, como en el caso de los partos. Además, expertos reunidos en la conferencia anual de la American Society of Anesthesiologists, señalan a la capsaicina y la nicotina como buenas herramientas para aliviar el dolor postoperatorio.

ImgImagen: Chris Chidsey

La marihuana, la nicotina y toxinas de caracoles y peces son algunos de los elementos naturales a partir de los cuales se obtienen nuevos fármacos. Ahora, expertos de la Universidad de Medicina de Harvard, en EE.UU., concluyen que la combinación de una molécula que actúa desde el interior de las neuronas con la capsaicina, presente en las guindillas, puede bloquear el dolor y producir anestesia. En la investigación, realizada en ratas, se administró capsaicina junto a un derivado de la lidocaína, anestésico local de uso común. Las inyecciones hicieron efecto en 30 minutos y el alivio del dolor duró varias horas.

Para el dolor

El estudio, publicado recientemente en la revista ‘Nature’, revela que la capsaicina actúa como facilitador para que un derivado de la lidocaína, que actúa bloqueando los canales de sodio (el QX-314), pueda penetrar en las neuronas. La anestesia local convencional actúa de forma global, tanto a nivel de la sensibilidad como del movimiento, lo que genera entumecimiento y parálisis, como sucede después de una intervención odontológica.

Este nuevo tipo de anestesia actúa sólo a nivel de la sensibilidad sin alterar la función motora por lo que podría ser especialmente útil en aquellos casos en que interesa bloquear el dolor, preservando las funciones motoras, como en el caso de los partos. Según Clifford Woolf, del Hospital General de Massachusetts, el nuevo método podría transformar la cirugía como lo hizo en su momento el éter. Asimismo, se mostró optimista con la posibilidad de que en dos o tres años se realicen las primeras pruebas en seres humanos. Las propiedades de la capsaicina ya eran conocidas y se utilizaba como anestésico local en pomadas para tratar el herpes zóster.

Capsaicina y nicotina

La capsaicina ya se utiliza como anestésico local en pomadas para tratar el herpes zóster

La capsaicina, aplicada de forma local, y los parches de nicotina alivian el dolor después de la cirugía, según rezan dos estudios presentados en la reunión anual de la American Society of Anesthesiologists, realizada recientemente. En uno de ellos, realizado en Copenhague, se aplicaron 1000 microgramos de capsaicina directamente sobre la herida de 20 pacientes sometidos a cirugía de hernia. Se comparó el grado de dolor postoperatorio con un grupo control tratado con placebo. Los resultados se mostraron favorables para los pacientes del grupo de la capsaicina, que manifestaron menos dolor durante los tres días siguientes a la cirugía.

En la otra investigación se administró, a 90 hombres no fumadores antes de ser intervenidos de cirugía prostática, un parche de nicotina de 7 miligramos o un parche idéntico libre de nicotina. Tras la cirugía, cada paciente podía controlar el dolor con un gotero de morfina. Los hombres que recibieron el parche de nicotina tuvieron una menor necesidad de morfina durante las 24 horas siguientes a la cirugía que los hombres que tenían el parche sin el alcaloide.

Los investigadores anotaron que la nicotina parecía aliviar el dolor sin producir los efectos secundarios narcotizantes asociados con la morfina. Las náuseas fueron el único efecto secundario relevante aunque, según los autores del estudio, podrían minimizarse administrando fármacos antieméticos antes de la intervención. «El uso de nicotina en la analgesia perioperatoria también necesita estudiarse en fumadores, que probablemente no sufran el efecto secundario de las náuseas», afirmó Ashraf Habib, autor principal y profesor asociado de anestesiología del Centro médico de la Universidad de Duke, durante el congreso.

Los parches de nicotina se utilizan desde hace tiempo en la deshabituación al tabaco y algunos estudios ya la habían señalado útil en el alivio del dolor. En uno de ellos se administró nicotina en forma de aerosol nasal a mujeres a las que se había efectuado una histerectomía, con buenos resultados, aunque se desconoce el mecanismo por el cual la nicotina posee efecto analgésico, ya que existen receptores de esta sustancia tanto en el sistema nervioso central como en el periférico. Su uso, en cortos periodos de tiempo, no resulta adictivo, según puntualizó Habib.

UNA TÉCNICA PARA CADA NECESIDAD

ImgImagen: Lisa Setrini-Espinosa

Existen distintos tipos de anestesia que pueden agruparse en tres categorías: general, regional y local. En la anestesia general, el paciente permanece inconsciente. Es un proceso que se consigue con un número variable de fármacos. Algunos se inyectan por vía intravenosa o intramuscular y otros se inhalan en forma de gas. Durante el procedimiento se emplean técnicas para mantener la respiración y la circulación dentro de limites normales. Una vez finalizada la intervención, se revierte el efecto de la medicación y el paciente recobra la conciencia y el control de sus funciones vitales.

En la anestesia regional se actúa sólo en una zona corporal concreta, inyectando una solución anestésica cerca de los nervios que reciben la sensibilidad de dicha zona. El paciente permanece despierto, o con una sedación ligera que le mantiene relajado, y sin sensación de dolor. Hay diversas técnicas que dependen de la zona que se intervenga. Las más empleadas son la epidural y la espinal (raquianestesia), en las cuales el anestésico se inyecta en el canal medular y se anula la sensibilidad de la parte baja del cuerpo. En otras ocasiones se insensibiliza sólo una extremidad mediante anestesia loco-regional, con la administración de anestésico en la raiz de la extermidad, en la zona del plexo nervioso que la sensibiliza. Por otra parte, la anestesia local se aplica directamente sobre los tejidos de la zona que se va a intervenir. Se emplea para intervenciones menores sobre partes muy circunscritas.

Gran parte de la inquietud que se siente al enfrentarse a una intervención quirúrgica está causada más por la anestesia que por la propia intervención. Tanto las intervenciones quirúrgicas como las técnicas anestésicas conllevan algún tipo de riesgo, que depende del tipo de intervención y del estado físico previo del paciente. Afortunadamente, los problemas importantes son excepcionales, aunque tengan una gran repercusión social. Se calcula que el riesgo de muerte directamente causada por la anestesia es de un caso por cada 200.000 procesos, bastante inferior al riesgo de sufrir un accidente grave de circulación.

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