Verdades y falsedades en cirugía estética

Algunos tratamientos quirúrgicos están ligados a falsas creencias, a menudo sin evidencia que las sustente
Por Teresa Romanillos 24 de abril de 2009
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Imagen: FDA

En las últimas décadas, la cirugía plástica ha dejado de ser un lujo exclusivo para convertirse en una alternativa al alcance de un gran número de personas de todas las edades y sexos. No obstante, numerosas dudas y falsas creencias en torno a algunos tratamientos provocan inseguridad. En esta línea, un estudio publicado recientemente refuta la idea de que las mujeres con implantes mamarios tienen mayor riesgo de sufrir cáncer.

El aumento de mamas es la intervención estética más solicitada en España. Según datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, se contabilizan más de 50.000 operaciones de mamoplastia de aumento al año. La demanda de este tipo de intervenciones se ha duplicado en la última década, al ser más accesibles desde el punto de vista económico. Los implantes mamarios plantean algunos temores, por ejemplo a un mayor riesgo de padecer cáncer. Sin embargo, un estudio reciente cconfirma que, lejos de incrementar los tumores, las mujeres portadoras de implantes presentan una menor tasa de cáncer de mama.

Disminución del cáncer de mama

En esta investigación han participado 6.200 mujeres suecas y danesas portadoras de implantes. Sus autores concluyen que las mujeres que han sido sometidas a una intervención de aumento de pecho tienen un riesgo de desarrollar cáncer de mama menor de lo habitual, mientras que el riesgo de otros tipos de cáncer es similar al del resto de la población femenina. El equipo halló que sólo el cáncer de pulmón registró una tasa más alta, aunque este punto parecía explicarse por una índice de tabaquismo más elevado. Este trabajo, dirigido por Loren Lipworth, del Instituto Internacional de Epidemiología en Rockville (EE.UU.), aporta como novedad el largo seguimiento que se ha hecho de las mujeres, ya que más del 50% fueron controladas una media de 15 años y el 13% durante 25 años.

Otros estudios ya habían demostrado que las mujeres portadoras de implantes tenían una menor incidencia de cáncer de mama, considerándose que varios factores pueden ser los responsables de este hecho. Uno de los motivos podría ser que las mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama son menos proclives a desear implantes. Otra de las razones es que las mujeres que optan por implantes suelen ser más delgadas y tienen hijos a edad más temprana, y ambas circunstancias reducen el riesgo de padecer cáncer de mama. A pesar de que parece claro que los implantes no suponen un mayor riesgo de cáncer, sí que hay que tener en consideración que en las mujeres portadoras de prótesis puede resultar más difícil la evaluación de lesiones en las mamografías (que requieren una serie de maniobras de posicionamiento y compresión que son más difíciles de lograr).

Más sobre implantes mamarios

Las prótesis mamarias no impiden una lactancia normal ni implican ningún riesgo para el bebé

Algunos tratamientos de cirugía estética están ligados a falsas creencias, a menudo asociadas a historias relacionadas con personajes públicos. Una de ellas se refiere a la posibilidad de que los implantes mamarios puedan explotar en los aviones. Aunque pueda parecer un poco ridículo, es una de las preguntas más frecuentes en las consultas. La supuesta explosión de los senos artificiales sería en este caso debida a los cambios presión que se experimentan en el avión. Esta afirmación es pura especulación, pues mucho más frágiles son nuestros oídos y órganos internos que las prótesis de silicona, con lo cual estos se dañarían mucho antes que los implantes.

Sí es cierto que, con el tiempo, el material de la prótesis puede deteriorarse hasta llegar a ocasionar algún problema, por lo que se recomienda someterse a controles periódicos. Antes se aconsejaba renovar los implantes cada 10 años y aun hoy se considera una opción plausible. Sin embargo, cada vez las prótesis son de mayor calidad y resistencia, de modo que su durabilidad es más prolongada.

Otro error es creer que las mujeres que llevan implantes pueden tener dificultades para amamantar a sus hijos o que deberán operarse de nuevo si se quedan embarazadas. Las prótesis mamarias no implican ningún riesgo para el bebé ni impiden una lactancia normal. Sí es cierto, sin embargo, que las mujeres con implantes colocados por delante del músculo pueden sufrir una mayor tendencia a que las mamas caigan un poco después del embarazo y la lactancia, pero no hasta el punto de operarse de nuevo.

Mitos de la cirugía plástica

Un mito ligado a la cirugía plástica es el que plantea la posibilidad de extirparse costillas para parecer más delgado. Es cierto que existen casos en los que se requiere cartílago costal para reconstruir una nariz o una oreja pero ésta no es una opción para lograr reducir la cintura. Las costillas no ensanchan la cintura. Para lograr este efecto se acostumbra a quitar una fracción de grasa y piel de la parte inferior del ombligo con el fin de crear una figura más delgada, pero nunca se extirpan las costillas.

Por último, también se ha extendido la creencia de que se utilizan pequeñas placas de platino para la reconstrucción de tabiques nasales. Como es de suponer, el tratamiento es bastante más complejo que utilizar un molde de metal; se basa en la utilización de microcirugía para la reconstrucción del tejido dañado con otros tejidos del propio individuo.

La liposucción a debate

Con la llegada del buen tiempo empiezan a multiplicarse los anuncios de productos y tratamientos de lo que se ha bautizado oportunamente como «operación bikini y bañador». Dietas, cremas reductoras y, ¿por qué no?, una liposucción. Además de la cirugía de mamas, es uno de los procedimientos quirúrgicos más demandados en las consultas de cirugía estética. Aunque existen distintas denominaciones para esta técnica (liposucción, lipoaspiración o lipoescultura), se trata del mismo procedimiento, que consiste en la extracción de tejido graso a través de una cánula conectada a un sistema de aspiración que se introduce en un pequeño orificio practicado en la piel.

Una de las principales preocupaciones de las personas que se someten a una liposucción es la de si al cabo de cierto tiempo los acúmulos de grasa volverán a depositarse en las zonas tratadas. Ésta es una de las falsas creencias que circulan alrededor de esta técnica; si se cuida la dieta y se evita el aumento de peso, dichos acúmulos no se reproducen aunque si la persona no se controla, pueden aparecer otros. No hay que olvidar que la liposucción no es un sustituto de la reducción de peso, sino un método que ayuda a eliminar depósitos localizados de tejido graso que no responden a la dieta o el ejercicio. Tampoco elimina la celulitis, aunque pueda ayudar a combatirla y mejorarla.

No se trata de un tratamiento estético sin más, sino de una intervención que debe realizarse en el quirófano y por un médico especialista para evitar las posibles complicaciones. Los buenos resultados se hacen esperar un poco ya que tras la aspiración se produce una inflamación que hay que combatir con compresión (fajas y medias), masaje de drenaje linfático y ejercicio. Transcurridas algunas semanas (entre 8 y 12), los esperados efectos empiezan a notarse, aunque los resultados son diferentes en función de las características propias de cada paciente: edad, tipo de piel y flacidez de la misma o vascularización, entre otros factores.

CONSEJOS ANTES DE UN TRATAMIENTO

Los expertos insisten en que es muy importante, antes de someterse a un tratamiento de cirugía estética, seguir una serie de recomendaciones:

1. Tener claros los motivos que llevan a recurrir a la cirugía para solucionar el problema, así como qué beneficios se espera obtener, tanto desde el punto de vista físico como psicológico. 2. Buscar información de calidad y las recomendaciones de las sociedades médicas; un anuncio en una revista o en televisión no es garantía de profesionalidad.

3. No dejarse llevar por el precio de la intervención sino guiarse por el especialista que la realiza; un buen cirujano no siempre es el más caro.

4. Es importante que el cirujano se encuentre avalado por una sociedad científica.

5. Antes de tomar una decisión se debe ser prudente y hacer preguntas.

6. Durante la primera entrevista hay que informarse sobre la formación del cirujano: dónde estudió y su experiencia profesional.

7. Con el fin de evitar sorpresas desagradables o alcanzar falsas expectativas, es recomendable hablar con personas que se hayan sometido a este tipo de intervención.

8. Tener más de una opción para poder elegir con mayor criterio.

9. No se recomiendan las intervenciones de aumento de mamas antes de los 18 años ya que debe esperarse a que la glándula se haya desarrollado por completo.

10. Tampoco hay que olvidar que los resultados finales de la cirugía dependen de la calidad final de la cicatriz, en la que influye la propia naturaleza del paciente.

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