Una «superpíldora» para el corazón

Una nueva polipíldora facilitá la adhesión al tratamiento de los pacientes con problemas cardiovasculares
Por Teresa Romanillos 22 de mayo de 2009
Img pastillas

Después de un infarto de miocardio, hay que seguir un estricto tratamiento que engloba distintos medicamentos. Sin embargo, con el paso del tiempo, algunos se dejan de tomar. En el último congreso del American College of Cardiology, se ha presentado una nueva píldora para el corazón que incluye diferentes sustancias: para el colesterol, la tensión arterial, para evitar la formación de coágulos y para disminuir las pulsaciones del corazón. Se prevé que esté disponible a finales del 2010.

Imagen: David-Kingsley Kendel

Cada día fallecen en España más de 300 personas por una enfermedad cardiovascular. Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad. Además de ser la principal causa de muerte en España, con 124.126 defunciones en el 2007, son un problema sanitario de primer orden que comporta en torno a 600.000 altas hospitalarias al año, cinco millones de estancias así como una fuente importante de discapacidad, con una gran repercusión en los costes sanitarios. Se calcula que la atención a las enfermedades cardiovasculares cuesta anualmente 7.000 millones de euros, de los cuales unos 4.000 corresponden al gasto del tratamiento de la enfermedad, mientras que los 3.000 millones restantes se reparten entre pérdidas de productividad debido a enfermedad o mortalidad prematura y cuidados prestados a enfermos cardiovasculares por familiares y amigos.

Después de sufrir un infarto de miocardio, por norma general, el paciente debe seguir un estricto tratamiento con diferentes medicamentos. Esto hace que, con el tiempo, algunos fármacos se dejen de tomar. Sin embargo, se ha encontrado la manera de facilitar la adhesión a la prescripción médica de los pacientes con problemas cardiovasculares: una nueva píldora para el corazón que incluye varios fármacos. Esta polipíldora contiene una sustancia para reducir el colesterol (simvastatina); un diurético que ayuda a reducir la tensión arterial y que actúa sobre la retención hídrica y salina (hidroclorotiazida); ácido acetilsalicílico para evitar la formación de coágulos; un hipotensor (ramipril); y atenolol, un compuesto que, además de actuar sobre la tensión arterial, tiene un efecto protector reduciendo las pulsaciones del corazón. Además, contiene ácido fólico.

La polipíldora

La presentación de la «superpildora» ha sido una de las novedades más destacadas en el reciente congreso del American College of Cardiology. De forma casi simultánea, se ha publicado la investigación que la avala en la revista «The Lancet».

Para el estudio, que se realizó en 50 centros de la India, se reclutaron 2.053 personas de entre 45 y 80 años sin enfermedad cardiovascular pero con algún factor de riesgo, como diabetes tipo 2, hipertensión, tabaquismo, índice cintura-cadera elevado o niveles anormales de triglicéridos en sangre. De estas personas, 412 tomaron la polipíldora, y otros ocho grupos con 200 personas cada uno tomaron sólo aspirina, sólo simvastatina, sólo hidroclorotiazida, las tres posibles combinaciones con dos de estos fármacos antihipertensivos, sólo estos últimos tres fármacos, o los tres fármacos más aspirina.

Se registraron los niveles de LDL colesterol (el más perjudicial) de estas personas, la tensión arterial, las pulsaciones y un metabolito en orina para medir la actividad de la aspirina. Asimismo, se determinaron los efectos secundarios. Como cabía esperar, los fármacos de la polipíldora resultaron eficaces para los efectos concretos para los cuales están indicados; es decir, que los hipotensores redujeron la tensión arterial y el betabloqueante, las pulsaciones.

A pesar del mejor control sobre los factores de riesgo, el envejecimiento comporta unas elevadas tasas de enfermedades cardiovasculares

El tratamiento hipolipemiante se mostró más eficaz cuando se administró solo que cuando se hizo en combinación con otros componentes de la píldora. La polipíldora se toleró bien sin que apareciera un mayor número de efectos secundarios por la asociación de los fármacos. La firma india Cadila Pharmaceuticals ha desarrollado está píldora (Polycap). En España, el grupo farmacéutico Ferrer está trabajando en una polipíldora similar, con la salvedad que incluye sólo tres fármacos: aspirina, una estatina -hipolipemiante- y un IECA -hipotensor. La píldora podría ser una realidad a finales del 2010.

Problema de salud de primer orden

Las enfermedades cardiovasculares son un problema de salud de primer orden en todo el mundo. En los países desarrollados, a pesar de los avances de la medicina y de que cada vez hay un mejor control sobre los factores de riesgo, la mayor longevidad comporta unas elevadas tasas de estas afecciones. La aterosclerosis es el substrato principal de la enfermedad cardiovascular. Los conocidos como factores de riesgo (tabaco, hipertensión, diabetes, obesidad y colesterol) deterioran el endotelio vascular (capa interna de los vasos sanguíneos), provocando las llamadas placas ateroscleróticas.

Estas placas, resultado del depósito de colesterol y de células inflamatorias, pueden romperse desprendiendo pequeños fragmentos que provocan embolias que obstruyen otros vasos de menor tamaño o bien dando lugar a trombosis (formación de un coágulo), que es el fenómeno que ocurre durante un infarto. En España, la prevalencia de los factores de riesgo cardiovascular es elevada. Se estima que el 15% de la población es obesa y que el 20% de los adultos tienen niveles de colesterol superiores a 250 mg/dl.

El 24% de los mayores de 18 años fuma (según datos de un estudio del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo referentes a 2006) y el 40% de la población adulta española sufre hipertensión arterial. La ateroesclerosis se desarrolla lentamente desde las primeras décadas de la vida. Por este motivo, es primordial que las medidas preventivas formen parte de nuestro estilo de vida, sin esperar a que surjan los problemas para instaurarlas.

MEJORAR LA SALUD CARDIOVASCULAR

Cuidar la alimentación con una dieta equilibrada. Potenciar las frutas, verduras, hortalizas (se recomiendan cinco dosis diarias). No olvidarse de las legumbres y no abusar de las proteínas, prefiriendo los pescados y las carnes magras. Limitar las grasas, sobre todo las de origen animal. La sal y el alcohol, sólo en pocas cantidades.

Hacer ejercicio. 30 minutos diarios son suficientes. No hace falta ir al gimnasio; basta con elegir la actividad que resulte más agradable y que mejor se adapte a la condición física como caminar o bailar.

No fumar. El tabaco, incrementa de forma muy importante el riesgo cardiovascular. Los fumadores tienen más problemas coronarios y accidentes vasculares cerebrales. Para abandonar el hábito con éxito puede ser importante buscar apoyo.

Controlar el peso. El Índice de Masa Corporal (IMC) es la medida más exacta para saber si hay sobrepeso. Para calcularlo se divide el peso en kilos entre la altura en metros elevada al cuadrado. Si el resultado es mayor de 25 kg/m² se considera sobrepeso. Por encima de 30 kg/m² hablamos de obesidad. Además del sobrepeso hay que vigilar la grasa acumulada en el abdomen, ya que resulta perjudicial. En la mujer, el perímetro abdominal medido a la altura del ombligo debe estar por debajo de 88 cm y en los hombres por debajo de 102 cm.

Controlar la tensión arterial. En las personas sanas, puede ser suficiente medir la tensión cada seis meses, teniendo en cuenta que las cifras deben mantenerse por debajo de 140/90. Si se ha padecido algún problema cardiovascular o se es diabético, los valores ideales están por debajo de 130/80.

Mantener a raya el colesterol y la glucosa. La dieta sana y el ejercicio son los mejores aliados. El nivel de colesterol total en una persona sana debe estar idealmente por debajo de 190 mg/dl y la glucosa por debajo de 110 mg/dl.

Controlar el estrés y la ansiedad ya que también afectan a la salud cardiovascular y la calidad de vida.

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