Tecnología virtual y discapacidad

Un nuevo programa ayudará a los discapacitados a moverse en un entorno virtual como si tuvieran plenas facultades
Por Núria Llavina Rubio 10 de agosto de 2009

La tecnología de seguimiento de la mirada es habitual en el desarrollo de aplicaciones educativas y de integración destinadas a personas con discapacidad. Se utiliza, entre otras cosas, para ayudarles a teclear palabras con el movimiento de los ojos o navegar por Internet. Un nuevo producto permitirá a los discapacitados moverse e interactuar en un entorno virtual como si tuvieran plenas facultades. Es un gran avance para personas con parálisis cerebral, enfermedades de las neuronas motoras o síndrome del cautiverio.

Img tecladoImagen: Kai Hendry

La comunidad científica europea trabaja en el desarrollo de nuevas tecnologías virtuales con propósitos educativos y de integración para personas con discapacidad. Éste es el objetivo del proyecto COGAIN (siglas inglesas de «Communication by Gaze Interaction», comunicación mediante interacción con la mirada). Con una financiación de 2,9 millones de euros, se busca un sistema que permita controlar con el movimiento de los ojos las funciones de un programa informático destinado a personas con problemas motores graves.

Una de las aplicaciones más recientes de esta tecnología es «Gaming-with-gaze» (jugar con la mirada), que puede adquirirse de forma gratuita. «Para quienes sufren males como la parálisis cerebral, enfermedades de las neuronas motoras o síndrome de enclaustramiento, ser capaz de moverse por un espacio e interactuar en un entorno virtual constituye una experiencia de verdadera liberación», asegura Howell Istance, de la Universidad De Montfort (Reino Unido) y uno de los informáticos participantes en el proyecto.

Por su parte, Aulikki Hyrskykari, de la Universidad de Tampere (Finlandia), declara que este programa «podría cambiar la vida del gran número de personas paralizadas que sólo pueden valerse de sus ojos para comunicarse».

Nuevas funcionalidades

Se puede controlar el cursor con los movimientos de la cabeza y seleccionar una opción con sólo abrir y cerrar los ojos o la boca

Hasta ahora, la tecnología de seguimiento de la mirada se ha aplicado para utilizar teclados visuales, navegar por Internet y otros usos basados en texto. El nuevo programa se traslada a un ámbito nuevo porque usa los movimientos oculares en un entorno virtual.

Los especialistas creen que, con él, el avatar de un usuario discapacitado será casi idéntico, en su comportamiento y habilidades, al de otro usuario sin discapacidad. El programa funciona a través de «oculómetros» o rastreadores de ojos, ya a la venta en el mercado, que detectan mediante cámaras el movimiento ocular del usuario mientras contempla la pantalla de un ordenador. La limitación: éste no podrá realizar más de una acción de forma simultánea, pero sí escoger las actividades en las que desea participar, una opción que antes no tenía.

Para desarrollar el producto, los investigadores examinaron los movimientos oculares de usuarios sin discapacidad y crearon un mapa térmico visual que activara órdenes específicas en función de dónde se mirase. «En la configuración actual, hemos programado doce secuencias de gestos que activan distintas acciones relacionadas con el teclado o el ratón», señala Istance.

Crecientes usuarios potenciales

En España, unas 120.000 personas padecen parálisis cerebral. El grado de afección en el 80% de los casos es severo, permanente y no progresivo. Los avances en la medicina, que prolongan las expectativas de vida, y el aumento de los embarazos y nacimientos de riesgo son las principales causas de esta cifra. Por ello, al ser una enfermedad irreversible, resulta esencial intentar mejorar la calidad de vida de los afectados.

El síndrome del enclaustramiento o cautiverio es un cuadro clínico que se manifiesta cuando la persona está despierta y consciente, pero no puede moverse debido a la parálisis de casi todos los músculos voluntarios del cuerpo. Sus causas pueden ser diversas y se caracteriza porque el paciente sufre anartria (trastorno de la articulación de la palabra). A menudo se ha comparado con «lo más parecido a ser enterrado vivo», ya que el enfermo ve, oye, siente, huele y piensa, pero es incapaz de comunicarse.

Algunos pacientes con síndrome del cautiverio, sin embargo, conservan el movimiento de determinados músculos de los ojos y de los párpados, por lo que pueden llegar a establecer cierta comunicación con los demás. Aplicaciones como el «Gaming-with-gaze» son puertas a la esperanza para estas personas.

TECLADO VIRTUAL

La tecnología informática destinada a mejorar la calidad de vida de las personas discapacitadas está de actualidad. La Universidad de Lleida ha creado hace poco un teclado virtual para personas con movilidad reducida. Esta nueva aplicación, bautizada como “VirtualKeyboard”, se descarga de forma gratuita desde la web del departamento de robótica de la Universidad, reduce hasta en un 40% las pulsaciones necesarias para escribir un texto. El sistema añade de manera automática las palabras que faltan.

El teclado permite la escritura de textos mediante cualquier dispositivo de control del cursor de la pantalla, ya sea un ratón, un “joystick”, un soplador o un controlador a través de la vista o de los movimientos de la cabeza. Un sistema de predicción completa las palabras que empieza a escribir el usuario o descubre cuál será la siguiente. Esta función ahorra la escritura de 8.000 palabras en textos de 20.000.

Para crear el teclado se han empleado diccionarios en castellano, catalán, inglés, francés e italiano, aunque puede utilizarse en cualquier lengua basada en el alfabeto latino. Esta nueva aplicación responde al éxito del ratón virtual “Headmouse”, desarrollado en 2008 por los mismos investigadores para controlar el cursor con los movimientos de la cabeza y seleccionar una opción con sólo abrir y cerrar los ojos o la boca. El ratón virtual ya ha tenido 225.000 descargas en todo el mundo, por lo que ahora se ha apostado por un nuevo teclado, para el que se habían recibido numerosas demandas.

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