Terapias para dejar de fumar

En el mercado existen terapias de eficacia comprobada para ayudar a combatir el sindrome de abstinencia que se presenta en la deshabituación tabáquica
Por Teresa Romanillos 2 de junio de 2006

Estudios realizados durante los últimos años concluyen que el consejo médico para dejar de fumar es el motivo más importante para iniciar el proceso de abandono del tabaquismo. Sobre todo si la decisión se asocia con un problema de salud concreto. El éxito y el mantenimiento del abandono del hábito tabáquico dependen también del nivel de dependencia nicotínica por lo que es necesario buscar aliados que ayuden a sobrellevar las primeras semanas, que suelen ser las más duras y donde más recaidas se producen.

El 31 de mayo es la fecha fijada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para celebrar el Día Mundial sin Tabaco, una iniciativa orientada a recordar los perjuicios del tabaco para toda la población (fumadores y no fumadores). No en vano, en España, como en la mayor parte de los países desarrollados, las dos patologías que más muertes ocasionan, el infarto de miocardio y el cáncer de pulmón, el tabaco es un factor determinante.

Para dejar de fumar la motivación personal es continúa siendo un elemento imprescindible pero, a menudo, los diversos intentos que se suceden en el tiempo se ven abocados al fracaso por un paquete de síntomas que aparecen al abandonar el hábito. Ansiedad, irritabilidad, nerviosismo, dificultad de concentración y trastornos del sueño, entre otros muchos, surgen durante los primeros días o semanas.

Para lograr y mantener la deshabituación, existen en el mercado terapias de reconocida eficacia que pueden ayudar a mitigar estos síntomas, mejorando las tasa de éxito. Entre ellas, fármacos que sustituyen los efectos de la nicotina en el organismo. La cantidad de nicotina que contienen estos productos es la necesaria para mitigar los síntomas de la abstinencia, pero insuficiente para que puedan también crear dependencia.

Terapias sustitutivas

La cantidad de nicotina que contienen productos como chicles o parches es la necesaria para mitigar la abstinencia pero insuficiente para crear dependencia
La terapia sustitutiva con nicotina consiste en administrar nicotina por una vía distinta a la del cigarrillo. El tratamiento más habitual consiste en disminuir de forma progresiva, a partir de una dosis inicial adecuada al consumo de tabaco, el aporte de nicotina sustitutiva hasta conseguir que el organismo puede prescindir de ella, lo que suele ocurrir en 12 semanas. La tasa de abstinencia conseguida a los seis meses del tratamiento alcanza entre un 25% y un 35%. O dicho de otro modo, uno de cada tres fumadores consigue mantenerse sin tabaco al medio año de finalizada la terapia.

En el mercado hay cuatro presentaciones disponibles de eficacia similar, como parches, chicles, comprimidos y espray nasal. Los parches son una alternativa cómoda y fácil de usar. Se presentan en diferentes dosis, según el grado de dependencia, y de dos tipos, dependiendo del tiempo de liberación: unos que liberan nicotina durante 24 horas y otros para usar sólo en horas de vigilia.

Los chicles se presentan en dos formatos, de 2mg y 4 mg. Durante las primeras seis semanas, se recomienda un chicle cada una o dos horas. Si aparecen irresistibles deseos de fumar, pueden mitigarse con un chicle extra. Se deben masticar despacio, ya que liberan la nicotina de forma gradual durante unos 30 minutos.

Por su parte, los comprimidos se presentan en tabletas de 1 mg, cantidad que equivale a los chicles de 2 mg. Se recomienda que se consuman como un caramelo, sin masticar. El espray nasal es otra alternativa útil. La dosis recomendada es de seis a 16 inhalaciones diarias. Puede producir irritación de vías altas y no se debe utilizar si existen problemas respiratorios como asma.

La terapia sustitutiva con nicotina, además de ser una terapia eficaz, es segura y no presenta apenas efectos secundarios. Para que estos productos resulten eficaces, deben emplearse a las dosis necesarias y durante el tiempo indicado. A pesar de ser fármacos de venta libre en farmacias, sin necesidad de receta, su administración debe atenerse de manrea estricta a las indicaciones de uso y no debe descartarse el consejo médico.

Fármacos no sustitutivos

El bupropion, al contrario que los productos anteriores, no tiene nada que ver con la nicotina aunque tiene efectos similares. Por esto resulta útil para disminuir los síntomas de la abstinencia. Su eficacia se sitúa entre un 18% y un 36% a los 12 meses de finalizar el tratamiento.

Una revisión efectuada por la Fundación Cochrane indica que el tratamiento con bupropión parece ser más eficaz en el mantenimiento de la abstinencia que los tratamientos derivados de la nicotina. Las llamadas «pastillas para dejar de fumar» son eficaces y seguras, aunque se recomienda que la prescripción y el seguimiento se haga por parte de un profesional médico, ya que pueden presentar efectos adversos e interaccionar con otros fármacos.

Las unidades especializadas en terapia de grupo ofrecen técnicas de apoyo psicológico y estrategias para prevenir las recaídas en el hábito tabáquico

Al contrario que en el caso de los sustitutos de la nicotina, el tratamiento se inicia sin dejar de fumar y, poco a poco, se van disminuyendo el número de cigarrillos.

Un nuevo fármaco, la vareniclina, ha demostrado también su utilidad en la deshabituación del tabaco, según un estudio hecho publico en el último congreso de la American Heart Association (AHA). Este fármaco actúa sobre los receptores cerebrales por un mecanismo distinto a otros medicamentos utilizados para este fin.

De acuerdo con los resultados presentados en el congreso de la AHA, los fumadores sometidos a tratamiento con vareniclina multiplicaron por dos las posibilidades de éxito en comparación con otros tratamientos disponibles. El estudio revela que a las 12 semanas, el 44% de los fumadores tratados con vareniclina habían conseguido abandonar el hábito frente al 30% que lo consiguieron con bupropion y al 17% con placebo. Al cabo de un año seguían sin fumar el 22% de los tratados con vareniclina, el 16.4% de bupropion y el 8.4% con placebo.

Terapias no medicamentosas

Img fumador3Las unidades especializadas en terapia de grupo ofrecen técnicas de apoyo psicológico y estrategias para prevenir las recaídas. El tratamiento se inicia con una sesión individualizada para diagnóstico y preparación, y se continua con sesiones de terapia de grupo a lo largo de un mes. Con posterioridad se realizan sesiones de seguimiento. Este enfoque consigue cerca de un 30% de abstinencia al año.

Durante los últimos años y en consonancia con la evolución de nuevas tecnologías, se han desarrollado también aplicaciones informáticas de apoyo para dejar de fumar. Se aplican los mismos principios de la terapia de apoyo especializada pero sin la presencia de un terapeuta. Son programas de auto-ayuda que proporcionan a los fumadores estrategias prácticas para lograr y consolidar la abstinencia.Las tasas de éxito oscilan entre un 10% a un 22% de abstinencia a los 12 meses. Una ventaja adicional es el hacer accesible el tratamiento a cualquier hora y en cualquier momento, y las veces que sea necesario.

La acupuntura es una técnica de medicina alternativa utilizada por su aparente capacidad de reestablecer el equilibrio en el supuesto «sistema energético vital» de un organismo vivo. Se han llevado a cabo diversas demostraciones de su utilidad como terapia complementaria y como efecto placebo aunque, a pesar de su popularidad, no existe evidencia científica de su efectividad, por dificultades inherentes a la investigación.

Otras opciones que se han intentado son los cigarrillos de hierbas, que no contienen tabaco ni nicotina y de los que se presumía que no eran perjudiciales para la salud. No obstante, los productos derivados de su combustión pueden resultar perjudiciales. Además, son productos que carecen de cualquier regulación con lo cual es muy difícil conocer sus componentes.

Una última alternativa es la técnica de la hipnosis, que sitúa al fumador en un estado de mayor receptividad a las sugestiones para dejar de fumar. Esta terapia no han demostrado de forma clara su eficacia, pero en algunos casos podría funcionar de forma indirecta, gracias a la mayor convicción que provoca en las personas que quieren dejar de fumar.

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