Prevenir la neumonía

Esta enfermedad puede responder a una infección originada a partir de una gripe, con mayores posibilidades de afección en grupos de riesgo, como personas mayores, con EPOC e inmunodeprimidas
Por Clara Bassi 26 de noviembre de 2009
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Imagen: El Alvi

La vacunación antigripal es la mejor forma para prevenir tanto la neumonía bacteriana asociada a la gripe estacional como la reciente neumonía vírica, causada por la gripe A. Los grupos de riesgo, que varían en el caso de cada gripe, deben tomar nota y vacunarse frente a ambas infecciones. Además de estas medidas para los adultos, en el caso de los niños, la OMS y UNICEF acaban de publicar el Plan de Acción Global para la Prevención y el Control de la Neumonía.

Imagen: Wikimedia

Los términos neumonía y pulmonía significan lo mismo. Se refieren a una infección del aparato respiratorio, que puede estar causada por distintos gérmenes y que se caracteriza por síntomas como fiebre alta, escalofríos, expectoración, malestar general, cansancio y dolor torácico. Además de estos síntomas, que pueden ser comunes a los de otras enfermedades, para confirmarla se realiza una radiografía de tórax. Gracias a esta prueba de imagen y a la auscultación que efectúa el médico, se aprecia si hay acumulación de secreciones y de material purulento, como respuesta pulmonar a la infección provocada por distintos patógenos.

La neumonía es una de las infecciones más frecuentes entre la población. Con la reciente aparición de la gripe A, también ha irrumpido en los hospitales un tipo nuevo, vírico, causado por el virus H1N1. Su comportamiento es diferente al de la neumonía bacteriana habitual y puede ser grave, pero será posible prevenirlo con la vacuna de la gripe A.

Pacientes de riesgo: vacunarse es imprescindible

Las personas más proclives a sufrir una pulmonía deben acudir de forma regular a los controles de sus especialistas. También ante el menor síntoma compatible con esta enfermedad. Los grupos de riesgo, si la neumonía está causada por alguna bacteria, son los pacientes a partir de 65 años con problemas de alcoholismo, fumadores, que padecen dolencias respiratorias como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y las bronquiectasias, y los inmunodeprimidos por un trasplante o por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

Para estos pacientes son muy importantes las medidas preventivas, como la vacunación antigripal, ya que la gripe común o estacional puede implicar una neumonía en invierno. Entre el 30% y el 40% de los casos se relaciona con un agente desconocido.

La respuesta al tratamiento de la neumonía adquirida en la comunidad es «excelente» con antibióticos de amplio espectro

Este año se detecta un número elevado de casos de neumonías víricas debido al virus de la gripe A, casi siempre, en pacientes que pertenecen a algún grupo de riesgo: mujeres embarazadas, personas obesas, asmáticas y jóvenes, según información del Registro Europeo de casos graves de la gripe A, que coordina Jordi Rello, del Hospital Joan XXIII, de Tarragona.

Esta neumonía gripal es a menudo severa y difusa (afecta a los dos pulmones) y se asocia con un índice de mortalidad más elevado (entre un 10% y un 50%). «Es recomendable la vacunación de los grupos de riesgo, aunque, en la mayoría de los casos, esta infección por H1N1 se comporta como una gripe clásica», precisa Carles Bravo, neumólogo adjunto del Servicio de Neumología del Hospital Universitario del Valle de Hebrón, de Barcelona, y especialista en infecciones respiratorias y trasplante pulmonar.

Tratamiento y evolución

Cuando una persona desarrolla una neumonía debida a un proceso gripal, el promedio de tiempo que permanece ingresada en el hospital es de 9 ó 10 días. Se considera que está curada cuando lleva al menos tres días sin fiebre. La respuesta al tratamiento de la neumonía adquirida en la comunidad (fuera de un hospital) es «excelente», especifica Bravo, con los actuales antibióticos de amplio espectro. El tratamiento debe seguirse durante unos 10 días.

La situación terapéutica con respecto a la infección viral, debida al H1N1, es distinta. El antivírico oseltamivir (Tamiflú) previene la infección por gripe A si se ha estado en contacto con alguna persona infectada por este virus y, si se confirma la infección, controla y resuelve sus síntomas. Para el tratamiento específico de la neumonía vírica se utiliza una combinación de antibióticos antibacterianos y antivíricos. «Prevenir la gripe A, con las medidas difundidas por las autoridades sanitarias y con la vacuna, será la mejor forma de protegerse contra ella», declara Bravo.

Gérmenes culpables e impacto

Los principales microorganismos causantes de la neumonía en el adulto son el neumococo, el «Mycoplasma» y la «Legionella», seguidos de «Haemophilus influenzae» y «Staphiloccocus aureus». Todos ellos son bacterias. En invierno, los agentes que causan las neumonías son, sobre todo, el neumococo y la Influenza (A o B), mientras que en verano destacan la «Legionella «y el «Mycoplasma». En los niños, los gérmenes de mayor riesgo son el virus respiratorio sincitial, adenovirus, «Mycoplasma» y el mismo neumococo.

En España, la incidencia de la neumonía adquirida en la comunidad es de 1,6 casos por 1.000 adultos al año. De estos, el 60% ingresan y sólo el 5% precisa hacerlo en una Unidad de Cuidados Intensivos. La tasa de mortalidad es del 6%. La neumonía de la gripe A se relaciona con una tasa de mortalidad del 30%, afirma Bravo.

La neumonía es también la causa más frecuente de mortalidad infantil por infección en países en desarrollo. Se estima que cada año fallecen unos dos millones de niños en todo mundo. Entre los menores de cinco años, la neumonía se cobra más vidas que el sarampión, la malaria y el sida juntos. Cada 15 segundos muere un niño de neumonía. Ésta es la causa del 20% de las muertes de este subgrupo en el mundo. Por zonas, aunque la neumonía afecta a niños y familias de todo el planeta, su impacto es mayor en el sur de Asia y en África subsahariana, donde se registran el 98% de las muertes por esta enfermedad, según datos del Hospital Clínic y del Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (CRESIB).

ATAQUE A LA NEUMONÍA INFANTIL

ImgImagen: El Alvi

Este año, el 2 de noviembre, cerca de cien organizaciones líderes en salud global, entre las que figuran el CRESIB y el Hospital Clínic, impulsaron el primer Día Mundial de la Neumonía, que se celebrará a partir de ahora cada año. El objetivo de esta jornada es llamar la atención sobre el hecho de que la neumonía es la principal causa de muerte en niños de todo el mundo, a pesar de las estrategias preventivas (vacunas) y de tratamiento de fácil aplicación (antibióticos de bajo coste), que podrían evitar muchas muertes.

El primer paso en la lucha contra la neumonía es el Plan de Acción Global para la Prevención y el Control de la Neumonía, que han publicado la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF. Este plan se ha diseñado a escala internacional, a seis años vista, y contempla varias intervenciones exhaustivas para controlar la enfermedad. Se insta a los países afectados por la neumonía en niños a implementar una estrategia de control de esta enfermedad, basada en tres etapas.

Estos tres pasos son: proteger con la promoción de la lactancia materna exclusiva en los primeros meses de vida y asegurar su adecuada nutrición e higiene; prevenir la enfermedad con la vacunación contra los microorganismos más comunes de neumonía, como “Streptococcus pneumoniae” (enfermedad por neumococo) y “Haemophilus influenzae” tipo b (Hib); y proporcionar tratamiento apropiado a los menores.

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