Entrevista

Joseba Zabala, representante de la iniciativa antitabaco «¿Por qué nosotros no?»

El humo del tabaco no es una molestia, sino una agresión al organismo
Por Clara Bassi 2 de febrero de 2010
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Imagen: CONSUMER EROSKI

La futura ley antitabaco española no debería dejar ningún resquicio. Fumar no es una molestia, sino una agresión tóxica al organismo, que mata a la mitad de los fumadores activos y también a una parte de los fumadores pasivos. Con la evidencia científica en la mano, se ha puesto en marcha la iniciativa popular “¿Por qué nosotros no?” que aspira a que la ley prohíba fumar en todos los espacios públicos. En poco tiempo ha logrado una gran adhesión. Justo antes de conceder esta entrevista, desde el Instituto de Inmunología de Colombia (Bogotá), el científico Manuel Elkin Patarroyo manifestaba su voluntad de sumarse a ella. Así lo confirma Joseba Zabala, médico de Salud Pública, representante de la iniciativa y delegado en el País Vasco del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), entre otros cargos.

Los objetivos de “¿Por qué nosotros no”? ¿son claros?

El objetivo principal es unir la evidencia científica y la voluntad de los ciudadanos, para que, como dice el lema, podamos caminar juntos hacia el cambio de la ley antitabaco, que creemos que es perentorio. Más que de tratarse de una iniciativa antitabaco, pretendemos un cambio en la regulación de dónde y cuándo se puede fumar.

¿Qué sociedades científicas están implicadas?

El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, que está integrado por cuarenta sociedades científicas, y asociaciones como la Asociación Española contra el Cáncer. Entre las sociedades científicas figuran algunas tan importantes como la Sociedad Española de Cardiología, la Sociedad Española de Psiquiatría, la Sociedad Española de Médicos de Familia, la Asociación Española de Pediatría o la Sociedad Española de Neurología. Entre todos tratamos de buscar una sinergia para caminar juntos hacia la nueva ley antitabaco, que regule el consumo en espacios cerrados.

¿Cuántas personas se han sumado ya a esta iniciativa?

“La ropa se puede lavar, pero los pulmones y la salud no”

El 27 de enero de 2010 el contador estaba en 933.007 personas adheridas y el 29, más de 934.375. Estamos contentos con la respuesta de los ciudadanos, si se tiene en cuenta que la presentamos el 14 de enero. A esta iniciativa se han sumado tanto personas individuales como asociaciones enteras.

¿Se inspira en algún proyecto de otro país?

Los países donde siempre ha habido alguna movilización ciudadana por la salud son los escandinavos o del norte. Entre ellos figuran Escandinavia, Canadá y otros anglosajones. Este año, por primera vez, la gente se moviliza en España.

¿Qué objetivos se han conseguido en otros países?

Se logra que toda la sociedad, la ciudadanía, conozca la evidencia científica que hay contra todo lo que dice la industria tabacalera, que no quiere una medida prohibitiva del tabaco. Hay quien está interesado en formar un debate entre los tolerantes y quienes apuestan por prohibir fumar en lugares cerrados.

¿Por qué?

La prohibición de fumar en lugares cerrados es un debate desigual entre la evidencia científica y el sentido común de la gente, por un lado, y los intereses de una industria tabacalera que intenta conseguir que se fume de forma masiva, por otro. Se intenta manipular la salud de los ciudadanos. Tres de cada diez personas en el mundo son fumadoras, es decir, la cifra mundial de fumadores es enorme.

¿Cuáles son las consecuencias de la exposición al humo del tabaco?

Las consecuencias a la exposición del humo del tabaco se conocen bien desde la década de los años cincuenta o sesenta, cuando se empezó a saber que no era algo tan glamouroso, sino un problema grave para nuestra salud. En los años ochenta, empezó a surgir evidencia científica de que el tabaco no sólo es una droga para quien fuma, sino que además mata a la mitad de los fumadores, que fallecen por patologías asociadas directamente con el hábito tabáquico, como un accidente cardiovascular o cerebrovascular, o por cáncer. Con independencia de todo ello, a partir de los años ochenta se comprueba lo pernicioso que resulta el tabaquismo pasivo apoyado con evidencia científica.

¿Es cierto que los fumadores pasivos pierden? ¿Es peor aspirar el humo de tabaco expelido por un fumador que el que se traga él mismo?

“Fumar mata a la mitad de los fumadores activos y también a una parte de los pasivos”

Al fumar un cigarrillo se inhala un 15% del humo del cigarro y el 85% restante pasa al ambiente. En ese humo ambiental, que inhalan de manera involuntaria las personas que se encuentran alrededor del fumador, hay multitud de sustancias tóxicas y cancerígenas tipificadas por la Unión Internacional del Cáncer sin umbral de exposición. Esto significa que considera que exponerse al humo del tabaco, desde el inicio, ya tiene más riesgos de cáncer que si no lo respiráramos; mientras que otras sustancias no causan ningún perjuicio al inicio pero sí tienen un umbral de exposición a partir del cual se considera que entrañan cierto riesgo.

¿Qué enfermedades se deben a la exposición al humo del tabaco ambiental en fumadores pasivos?

La exposición involuntaria al humo del tabaco aumenta el riesgo de contraer enfermedades como el cáncer, accidentes coronarios o cerebrovasculares, o asma, hasta el extremo de que hay fumadores pasivos que fallecen por respirar el humo del tabaco ambiental.

¿La mortalidad se relaciona con la exposición al humo de tabaco ambiental?

En España, se estima que hay una tasa de mortalidad atribuible al tabaquismo pasivo superior a 3.000 personas al año. Significa que, de todas las personas que fallecen por el tabaco, hay un número atribuible al que se respira de forma involuntaria, pero nunca se llega a diagnosticar el cáncer atribuible al tabaquismo pasivo.

Todo esto justifica que el fumador pasivo le pida al activo que no fume en su presencia.

Es un tópico habitual que el fumador le diga al no fumador “¿te molesta que fume?”. Pero desde el punto de vista científico, la pregunta es absurda y tendría que ser: “¿Te molesta que te intoxique o te molesta que te agreda?”. El humo del tabaco no es una molestia, sino una agresión que se realiza en el ambiente de ocio. Es un daño tóxico y, cuando venimos de noche de un ambiente en el que hemos estado expuestos al humo del tabaco, a muchos no les queda más que lavar la ropa.

¿Y esto sería algo que no se debería consentir como consumidor?

La ropa se puede lavar, pero los pulmones y la salud, no.

En España y a pesar de las evidencias científicas, ¿por qué cuesta tanto prohibir fumar en todos los locales y crear lugares libres de humo?

Por dos motivos fundamentales. El primero de ellos es que hemos interiorizado como “normalidad cultural” que una persona le eche el humo a otra. Y el segundo, porque la industria tabacalera tiene la voluntad de mantener esta normalidad y de que la gente no sea autocrítica. La industria tabacalera trabaja para manipular y ejercer presión a la hostelería y utilizarla para seguir con todo eso, para que nada cambie.

Según la iniciativa que representa, ¿cómo tendría que ser la nueva ley antitabaco?

Tendría que mirar hacia un futuro y considerar que en dos años, a lo sumo, la Unión Europea aprobará una directiva mucho más estricta que la que se baraja hoy en nuestro país.

REQUISITOS DE LA FUTURA LEY ANTITABACO
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Imagen: CONSUMER EROSKI

La futura ley antitabaco que se apruebe en España debería ser “una ley clara y que no deje lagunas”. El consumidor no entiende una ley que permite que en un bar de más de 100 metros cuadrados se fume y en otro de menor espacio, no. “Un bar es un espacio público cerrado y se tendría que prohibir fumar en él. Si una ley es comprensible, también es aplicable y se puede cumplir”, expone Joseba Zabala, en representación de la iniciativa “¿Por qué nosotros no?”.

En su opinión, debe ser una ley que entienda la iniciativa del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) y ciudadana, cuya filosofía es que los espacios públicos deben estar libres de humo y que defiende que no se habiliten salas para fumar en lugares públicos. No se deben crear distinciones entre los locales de más de 100 metros cuadrados y el resto, como ha ocurrido con la ley antitabaco vigente. Según Zabala, “este tipo de diferencias o supuestos especiales generan incumplimientos porque siempre puede haber más situaciones especiales”.

El otro aspecto clave que debería recoger la ley es la posibilidad de que el consumidor pueda denunciar de forma fácil y ágil puesto que, de nuevo, la lentitud en estos trámites genera incumplimientos. “Y estos potencian la ineficacia de la ley”, sentencia Zabala.

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