La estatura influye en la salud del corazón

Las personas de baja estatura tienen un riesgo cardiovascular mucho mayor que los individuos más altos, según un estudio
Por Montse Arboix 23 de julio de 2010
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Imagen: cararr

Hasta ahora se conocía que la hipertensión arterial, la diabetes, altos niveles de colesterol, la obesidad y el sedentarismo eran factores de riesgo que influían en situaciones graves cardiovasculares. Recientemente, un grupo de investigadores de la Universidad de Tampere (Finlandia) ha realizado una revisión que concluye que la poca altura sería un factor de riesgo cardiovascular, aunque aseguran que estos datos deben comprobarse. No obstante, queda claro que ser alto no otorga una protección coronaria “per se”; hay que seguir con el control de los factores de riesgo tradicionales.

Junto la hipertensión y el colesterol, la altura de una persona es uno de los factores de riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. Así lo aseguran científicos de la Universidad de Tampere, en Finlandia, tras realizar una revisión sistemática de todos los estudios disponibles, que cumplían los requisitos, que relacionaban baja estatura y alto riesgo cardiovascular. Las conclusiones se publican en la revista de la Sociedad Europea de Cardiología, la «European Heart Journal».

Altura media

Los investigadores, tras revisar los estudios al respecto, demostraron que hay una estrecha correspondencia entre una baja estatura en adultos y el riesgo de morbimortalidad por enfermedad cardiovascular de hasta 1,5 veces mayor que en la población más alta. No obstante, los mismos autores revelan que los estudios escogidos son muy heterogéneos y no han podido fijar cuál es la estatura a partir de la que el riesgo cardiovascular se incrementa, ni cuál es el mecanismo que sostiene tal relación.

Mantener una correcta tensión arterial, bajas cifras de colesterol, no fumar y no ser diabético disminuye la probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular

Para este estudio se fijó como personas bajas a los hombres por debajo del 165,4cm y a mujeres que medían menos de 153cm. Y en cambio, si los hombres medían más de 177,5 y las mujeres 166,4cm se los consideró personas altas. Para explicar esta asociación se lanzan diversas hipótesis. Una de ellas es que las arterias de las personas de baja estatura tienen un menor calibre y, por este motivo, es más fácil que se obstruyan.

Sin embargo, algunos especialistas reclaman más estudios para aclarar estos resultados, que no son determinantes, y que no arrojan la suficiente evidencia científica como para incluirlos dentro de todos los factores de riesgo, ya que la revisión se ha realizado sobre estudios observacionales. Sobre todo, insisten, que las personas altas deben controlar los factores de riesgo como el resto de la población.

Controlar los factores de riesgo

La principal causa de muerte de los países desarrollados o en desarrollo es la enfermedad cardiovascular, y la muerte súbita es la culpable en más de un tercio de los fallecimientos. Por este motivo se hace necesario hacer hincapié en las medidas de prevención, ya que está demostrado que la actuación sobre los factores de riesgo cardiovascular disminuye o demora la incidencia de nuevos casos. Las actividades preventivas se basan en dos pilares: la promoción de la salud sobre estilos de vida saludables dirigida a toda la población y la identificación de los individuos con factores de riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

Este último aspecto se realiza en las consultas de atención primaria o durante las revisiones médicas en las empresas. o mediante el cribado de personas con alto riesgo si tienen antecedentes familiares, por haber sufrido ya alguna enfermedad cardiovascular, o por tener muchos factores de riesgo o uno, en concreto, muy elevado.

Los expertos consideran que una persona a partir de los 50 años con tensión sistólica -máxima- de menos de 120mmHg y una diastólica -mínima- menor de 80mmHg y con cifras de colesterol total menor de 180mg/dl, no fumador y no diabético tiene baja probabilidad de desarrollar una enfermedad cardiovascular. Y, por el momento, a pesar de los resultados previos del estudio finlandés, la altura no se considerará ni factor de riesgo ni, por el contrario, factor protector.

LA SALUD DEL CORAZÓN EN VERANO

La Fundación Española del Corazón, FEC, lanza unos consejos para mantener la salud cardiovascular en verano, sobre todo, en las personas con antecedentes de cardiopatía:

  • Mantener una buena hidratación para compensar la pérdida de líquidos con el sudor. Las personas con insuficiencia cardiaca deben evitar la retención de líquidos.
  • Seguir una dieta sana, con frutas y verduras, y controlar la ingesta de sal, grasas y azúcares. Una de las principales causas de ingresos hospitalarios por descompensación de una cardiopatía son los excesos dietéticos.
  • Practicar ejercicio físico lejos de las horas de más calor.
  • Si se toma medicación prescrita por el médico, hay que evitar que el cambio de horarios y hábitos no interfiera en su toma.
  • Viajar siempre con los informes médicos que informen de la patología y de todos los tratamientos médicos que se siguen.
  • No realizar viajes largos sin descansar. Llevar ropa cómoda y caminar de forma periódica para estirar las piernas. Evitar permanecer demasiado tiempo inmóvil.
  • Evitar los cambios bruscos de temperatura.
  • Resguardarse del sol las horas de máxima insolación (entre las 12:00 horas y las 16:00 horas) y utilizar un factor solar adecuado, sobre todo, las personas mayores y los niños.
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