Falta de sueño y problemas de conducta

Según la Asociación Española de Pediatría, un tercio de los niños españoles duerme poco o mal, en muchas ocasiones debido a la falta de un horario fijo para acostarse
Por José Andrés Rodríguez 18 de noviembre de 2012
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Imagen: SergiyN

Dormir las horas necesarias es uno de los pilares de la salud mental y física de los niños, sobre todo en edad escolar. Sin embargo, según los especialistas, este aspecto no se tiene demasiado en cuenta. En este artículo se argumenta por qué los menores que descansan bien mejoran su rendimiento académico; y, por el contrario, si los escolares no duermen lo necesario, están más irritables y somnolientos, lo que dificulta la concentración en clase. Además, de la mano de expertos, se aportan unas sencillas recomendaciones para conseguir una buena pauta de descanso.

Dormir es fundamental para el desarrollo de los niños. Mientras lo hacen, su cerebro y su cuerpo descansan. Y si duermen lo suficiente, se comportan mejor y están más activos al día siguiente. Así lo asegura un estudio realizado por el Instituto Douglas de la Universidad de McGill, en Quebec (Canadá), sobre dos grupos de 34 escolares de entre 7 y 11 años de edad. Los participantes de un grupo se fueron a la cama una hora más tarde de lo habitual durante una semana, así que durmieron 54 minutos menos por noche, de media. Los del otro grupo se fueron antes, descansando 27 minutos más por noche.

Aunque por norma general se aconseja que los niños de esta edad duerman entre 10 y 11 horas, los participantes lo hacían solo nueve horas de media antes de iniciar la investigación. Por tanto, la mitad de los menores descansaron menos de nueve horas durante la semana de la investigación; la otra mitad se acercó al número de horas óptimas que deberían hacer por su edad.

Los investigadores pidieron que los maestros evaluaran el comportamiento de los pequeños durante el día. Analizaron su conducta en función de diversas variables, como la impulsividad, entre otras. Y los resultados fueron concluyentes: los niños que durmieron más tenían mejores niveles de alerta, regulaban mejor sus emociones y, además, se comportaban mejor en clase. Y, como es obvio, tenían menos somnolencia diurna. Los que lo hicieron menos se mostraban más irritables e impulsivos.

Un tercio de los niños españoles no duerme lo suficiente

El problema es que muchos menores descansan por la noche menos de lo que necesitan. Según un estudio del Grupo de Sueño de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), un tercio de los niños españoles duerme poco o mal.

Muchos niños pierden horas de sueño con algún programa de televisión, videojuegos o con las redes sociales

Uno de los principales motivos de que no descansen lo suficiente es que muchos no tienen un horario fijo para irse a la cama. Asimismo, la multitud de pantallas (televisión, videojuegos, ordenador, etc.) que hay en la actualidad es una fuente de distracción importante. Muchos pequeños tienen algunas de estas pantallas en su habitación e hipotecan horas de sueño para ver un programa de televisión, jugar a videojuegos o comunicarse con sus amigos en las redes sociales de Internet. No es de extrañar, por tanto, que, como señala el estudio del Grupo de Sueño de la AEP, los niños de 11 y 12 años de la actualidad duerman de media 30 minutos menos que los pequeños de la misma edad en el año 1985.

Aparte de los problemas de conducta, otra de las consecuencias de la falta de sueño es el empeoramiento del rendimiento escolar, ya que los menores están más somnolientos e irritables, sobre todo durante las primeras horas de clase, lo que dificulta la concentración. Un estudio conjunto de la Universitat Autònoma de Barcelona y la Universitat Ramon Llull, de Barcelona, demuestra que los niños de entre seis y siete años que duermen menos horas de las necesarias y tienen hábitos de sueño incorrectos obtienen peores resultados académicos.

Dormir poco: un problema de fácil solución

Dormir poco puede tener consecuencias graves para el desarrollo de los menores. Pero, en la mayoría de los casos, es un problema que tiene una solución relativamente sencilla. Como señala Reut Gruber, director del estudio del Instituto Douglas, «incluso pequeños cambios en la vida diaria que puedan permitir a los niños añadir más o menos media hora de sueño podrían tener un impacto significativo«. Los cambios que sugiere este experto se basan en:

  • Establecer un horario fijo para irse a la cama y para levantarse.
  • Ayudar a que los niños empiecen a relajarse como mínimo una hora antes de ir a la cama (ayuda apagar la tele o darle un baño).
  • No dejar que tengan televisores u ordenadores en su habitación.
  • Asegurarse de que la cama y la almohada sean cómodas y que no haya ruidos en su dormitorio.
Falta de sueño e hiperactividad

El déficit de sueño podría tener consecuencias más graves que un bajo rendimiento en la escuela o problemas de conducta. Según un estudio de la Universidad de Michigan (EE.UU.), los niños que sufren un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) suelen tener problemas para dormir. Aunque no se ha demostrado que la falta de sueño sea la causa del trastorno, los especialistas señalan que los menores que duermen poco suelen estar “acelerados” durante el día. Así que no dormir lo suficiente agravaría el TDAH. No obstante, los expertos señalan que si se tratan de manera adecuada las alteraciones del sueño en estos pequeños, mejoran de forma sustancial los problemas de conducta asociados al trastorno.

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