Entrevista

José Antonio López Trigo, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG)

Los mayores y los niños pequeños son quienes tienen más riesgo de sufrir un golpe de calor
Por Clara Bassi 13 de agosto de 2013
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Imagen: CONSUMER EROSKI

El golpe de calor no avisa. Cuando una persona o su entorno se dan cuenta de que lo está sufriendo, puede ser demasiado tarde. Lo más eficaz es prevenirlo. Por ello, la Sociedad Española de Gerontología y Geriatría (SEGG) da una serie de recomendaciones para evitar estos incidentes sobre todo en ancianos, que son los más vulnerables a sufrir deshidratación: beber aunque no se tenga sed; no salir a la calle en las horas de más sol; no realizar tareas domésticas ni de otra índole que aumenten las necesidades de líquido; vestir ropa adecuada de fibras naturales, colores claros y holgada; y mantener la casa fresca. Todos estos consejos también los recuerda en esta entrevista José Antonio López Trigo, nuevo presidente de la SEGG, médico especialista en Geriatría, profesional del Área de Accesibilidad del Ayuntamiento de Málaga y jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Quirón Málaga.

¿Qué es el golpe de calor?

El golpe de calor es un conjunto de alteraciones que afectan al organismo, cuando experimenta altas temperaturas y cuando fracasan todos los mecanismos de compensación del cuerpo para defenderse de la canícula.

¿Qué pasa en el organismo durante el golpe de calor?

El cuerpo no tiene tiempo de enfríar la piel. El enfriamiento es uno de sus mecanismos de defensa intrínseco. En este caso, aumenta la temperatura, se puede producir una disminución brusca de la tensión arterial y se sufre una sensación de mareo -en el mejor de los casos- o de síncope, que es un cuadro o pérdida brusca de conciencia que conduce a una caída.

¿Hay algún síntoma que avise, o es un cuadro fulminante y de ahí la denominación “golpe”?

“Los ancianos no deben exponerse a altas temperaturas entre las 12:00 y las 19:00 horas”

En realidad un golpe de calor repercute en el organismo en poco tiempo, y hay pocas señales de aviso de que se esté produciendo. Ocurre de forma brusca. Con este nombre es fácil entenderlo, aunque en términos médicos, “golpe de calor” es uno de los más genéricos que hay.

¿Se sabe cuántos casos por golpe de calor se producen al año en España?

No, porque se refiere a muchos datos que están en un cajón de sastre. Hay que tener en cuenta que, dentro de este cuadro, figura la pérdida de conciencia brusca (síncope); pero esta también puede ser consecuencia de muchos otros procesos. No hay, por ahora, estudios que determinen a qué número de personas o porcentaje de la población afecta; no se dispone de cifras exactas.

¿Es cierto que los golpes de calor están en aumento entre las personas mayores?

Los mayores y los niños pequeños son quienes tienen más riesgo de sufrir un golpe de calor. Lo que ocurre es que se tiene más sensibilidad a las altas temperaturas cuanto mayor o menor se es, en los dos extremos de la vida. Si por algo se caracteriza nuestra sociedad, es por el envejecimiento: cada vez hay un sector mayor de población que está envejecida. Ahora se dan más eventos de este tipo, porque hay más personas mayores susceptibles a sufrirlo, no porque haga más calor.

¿Por qué son más sensibles las personas mayores a sufrir un golpe de calor?

“El golpe de calor es mucho más frecuente en las personas que no están bien hidratadas y en las mayores, porque tienen alterada la sensación de sed”

Los ancianos son más sensibles al golpe de calor porque, con el envejecimiento, los mecanismos de compensación del frío y el calor se enlentecen. El cerebro no recibe todo el oxígeno que necesita en un momento determinado y protesta; y una forma de hacerlo es el mareo, y otra, el síncope. Además, es mucho más frecuente en las personas que no están bien hidratadas y en las mayores, porque tienen alterada la sensación de sed, de manera que, o la tienen muy baja o no la perciben, por lo que tienden a no beber. Al exponerse a la canícula estival, el organismo aún se deshidrata más. Este se compensa a través del mecanismo de sudoración. Pero, en verano, como se suda más y no se toma líquido por falta de sed, el organismo se deshidrata de manera más fácil. Y se entra en un círculo vicioso que podríamos comparar al sistema de refrigeración de un vehículo, donde el depósito necesita agua cada cierto periodo para irse enfriando. De la misma forma, cuando el metabolismo está disminuido e ingresa poco líquido, no puede refrigerarse de manera adecuada, el organismo falla, aumenta la temperatura y las consecuencias pueden ser fatales.

¿Qué medidas, además de una buena hidratación, pueden seguirse para evitarlo?

En primer lugar, mantener una hidratación apropiada. En segundo, vestir de forma adecuada, ya que los ancianos tienden a ir abrigados en exceso. En algunos ámbitos, las mujeres llevan medias oscuras, a veces por luto, y de invierno, aunque sea verano, y tienden a ir cubiertas con ropa oscura, que absorbe más los rayos solares que la ropa clara. En tercer lugar, no deben exponerse a altas temperaturas en las horas del día en las que los rayos del sol inciden de manera perpendicular, es decir, entre las 12:00 y las 19:00 horas. A esas horas, hay que evitar la calle y estar a pleno sol y no realizar ningún tipo de actividad, como arreglar la casa, que aumente las necesidades de líquido.

En cuanto a la indumentaria, ¿tampoco se debe llevar ropa ajustada?

Tampoco, porque da más calor y hace que se sude con más facilidad. La piel de las personas mayores se seca más, se descama, sufre rozaduras, etc. Y hay que utilizar ropa de tejidos naturales en vez de fibras sintéticas, aunque en estos momentos de crisis resulta difícil hacer esta recomendación. Pero lo adecuado es evitar la ropa oscura y usar tejidos naturales como el algodón, porque hacen sudar menos que la sintética o ajustada.

¿Cómo deben actuar la familia o los cuidadores de un anciano cuando ven que está sufriendo un golpe de calor?

“Los ancianos deben permanecer en casa, utilizar una fuente para tener el hogar fresco y ventilado y, en las horas de mayor insolación, bajar las persianas”

Tienen que conseguir el efecto contrario que ha conducido a esta situación: desabrocharle la ropa, para que transpire e intercambie la temperatura del organismo con la del medio, sobre todo si pasa corriente; intentar que beba líquido, aunque no demasiado frío, a menos que el afectado esté inconsciente, que no hay que intentar darle nada; refrescarle los puntos del cuerpo más sensibles a la temperatura, como las muñecas, la nuca o el abdomen; y aplicar paños húmedos, pero solo con agua (no hielo). El objetivo es que el organismo vuelva a autorefrigerarse.

Pero no todos los ancianos tienen quien los vigile. ¿Qué recomendaciones daría a los mayores que viven solos?

Que se pongan una notita en el frigorífico que diga “tengo que beber y comer fruta frecuentemente, que no se me olvide”. Y que no salgan a la calle en las horas centrales del día, sino entre las 9:00 y las 12:00 horas y entre las 19:00 y las 21:00 horas; deben permanecer en casa, utilizar una fuente para tener el hogar fresco y ventilado y, en las horas de mayor insolación y en las que no pasa el aire, bajar las persianas.

Atención a personas inconscientes por un golpe de calor

A veces, el golpe de calor no solo no puede evitarse, sino que la persona que lo sufre, se desmaya y pierde por completo la conciencia. ¿Cómo hay que actuar cuando está inconsciente? “Hay que colocarla en posición lateral de seguridad, es decir, sobre un lado, por si al volver en sí vomita, para evitar que pase a las vías respiratorias; garantizar la apertura de la boca, para que pase el aire; y tratar de recuperarla con paños fríos. Y mientras con una mano se aplica el paño, con la otra se debe marcar el 112”, explica José López Trigo.

Además, “es posible que estas personas sufran una pérdida de electrolitos, sodio y potasio, que se pueden reponer mediante suero. El médico tiene que valorarlas. Normalmente, ingresan en el hospital y se recuperan de forma rápida cuando se les administra líquido. Una vez recuperadas, vuelven a su domicilio. Pero esta situación también puede provocar la muerte, si no se actúa a tiempo. Por eso, lo más importante es la prevención“, advierte López Trigo.

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