Preguntas con respuesta sobre la gripe aviar

CONSUMER EROSKI te ofrece las claves para que sepas en qué consiste y cuáles son los riesgos de la gripe aviar
Por EROSKI Consumer 20 de octubre de 2005

¿Qué es la gripe aviar?

La gripe aviar es una enfermedad infecciosa de las aves, causada por cepas A del virus de la gripe (Influenzavirus tipo A). Su gravedad depende del subtipo de virus causante de la infección. Hasta la fecha se han descrito diferentes subtipos que se clasifican de acuerdo con la presencia de dos proteínas en la membrana del virus. Son la hemaglutinina (H) y la neuraminidasa (N). Para la primera hay 16 variantes (que abarcan desde la H1 hasta la H16) y de la segunda 9 (de la N1 a la N9).

¿La gripe aviar es siempre igual de grave?

No. La enfermedad puede cursar de forma leve, provocando un simple erizamiento del plumaje de las aves o una disminución del número de huevos por puesta, o incluso pasar desapercibida y sin apenas síntomas. La forma más grave, que es la que ha desatado la alarma en todo el mundo, es fatal para las aves, y altamente contagiosa entre aves y de curso rápido. Se describe como «gripe aviar altamente patogénica». Las aves pueden morir el mismo día en que aparecen los síntomas. Los subtipos H5 y H7 son los habitualmente implicados en las formas más graves.

¿Existe riesgo de contagio a personas?

Entre la comunidad científica está extendida la idea de que todas las gripes conocidas son de origen aviar. Pero de los tres tipos de virus de la gripe que se conocen, A, B y C, sólo el primero puede desatar grandes epidemias. Los dos subtipos que suelen infectar de forma regular al ser humano son el H1N1 y el H3N2. El primero fue el responsable de la llamada «gripe española» que, en 1918, causó miles de muertes en todo el mundo. El segundo ha sido el responsable de la gripe común en los dos últimos inviernos. La forma «altamente patogénica», para la que se han descrito varios casos de contagio humano, corresponde al subtipo H5N1.

¿Cómo se produce el contagio?

Los virus de la gripe se transmiten habitualmente por vía aérea, es decir, por la respiración. No obstante, en el caso de la gripe aviar hay dudas de que se transmita de igual forma. Se sabe que las aves se infectan unas con otras, que las personas en contacto con aves enfermas pueden enfermar (el contagio hasta ahora no se produce entre personas) y que hay especies más susceptibles que otras. Pese a ello, la única vía de contagio de la cepa H5N1 conocida es el contacto reiterado de personas con animales enfermos, con sus excrementos o con sus vísceras. Comer carne cocinada de aves infectadas no representa riesgo de contagio, aunque sí su manipulación en condiciones higiénicas inadecuadas.

¿Por qué es noticia la gripe aviar?

Los virus son organismos con una estructura muy simple. En esencia, están formados por una membrana y material genético. Dada la velocidad con que se multiplican, es relativamente sencillo que aparezcan variaciones de forma continua que pueden dar lugar a nuevos virus. Ocurre así con la gripe común, por eso la vacuna de un año no es efectiva al siguiente. El principal temor que el virus de la gripe aviar recombine su material genético con el virus de la gripe humana y se convierta en un nuevo virus que se transmita de persona a persona, algo que por el momento no ha sucedido.

Si el riesgo de contagio a personas es tan limitado y no se han dado casos de transmisión de persona a persona, ¿está justificada la alarma?

Las medidas preventivas están justificadas por dos motivos: de un lado porque los virus, por definición, son imprevisibles. La aparición de una variante surgida de la combinación de los virus humano y aviar es previsible, según la Organización Mundial de la Salud. Si ello sucediera, habría que determinar cuáles son los mecanismos de contagio y la gravedad de la enfermedad. El peor escenario de todos los posibles sería el de una pandemia de alcance mundial en el que la enfermedad se contagie de persona a persona (algo que hasta ahora no ha sucedido). De ahí que se insista en las políticas preventivas y en la investigación de posibles soluciones. Por otro lado, el impacto económico y ambiental de una gripe aviar altamente patogénica sería enorme. En los países del sudeste asiático donde se dieron los primeros brotes se han sacrificado millones de aves. La llegada del virus a Europa ha provocado pérdidas económicas importantes en el sector avícola.

¿Desde cuándo se conoce este virus?

Su descripción se remonta a prácticamente un siglo y, aunque son conocidos algunos brotes de cierta virulencia, los efectos de esta gripe animal suelen pasar desapercibidos porque no afectan a las personas. Sin embargo, el impacto de los brotes aparecidos a lo largo del último decenio y la demostración en 2003 de que el virus puede saltar la barrera de las especies y afectar a personas que tienen contacto directo con los animales infectados ha aumentado el nivel de alerta.

Si el problema se ha generado en Asia, ¿cómo puede llegar a nuestro país?

Cuando las aves domésticas se crían sin un control adecuado en la explotación y comparten el suministro de agua con las aves salvajes, aumenta riesgo de que la infección se transmita a aves migratorias que diseminen la enfermedad entre animales de todo el mundo. Además, el comercio internacional de aves de corral vivas también es un foco probable de infección.

¿Qué medidas de prevención se están tomando?

Una de las medidas básicas es la restricción del movimiento de aves entre países, así como la eliminación de forma rápida y segura de los grupos de aves infectadas y de los que hayan entrado en contacto con ellas. Con estas medidas se pretende frenar la propagación de la enfermedad.

¿Y si se da la mutación y la gripe aviar se acaba contagiando de persona a persona?

En el caso de que se dé la mutación y el virus se transmita en el futuro entre personas, lo que hay que hacer es detectarla lo antes posible para crear una vacuna (como se hace en la actualidad cada año con las diferentes variedades de la gripe humana común) y evitar así su propagación.

¿Cuál es el nivel de alerta actual?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha modificado el nivel de alerta ante una posible pandemia de gripe en humanos, que sigue en la fase 3. Esto significa que existe un nuevo virus que infecta al ser humano pero que no se transmite de una persona a otra.

Y, ¿qué hay de las medicinas de las que se ha hablado?

Diversos países, entre ellos España, han hecho acopio de tratamientos antivirales de uso común. Con su administración se pretende inactivar el virus de la gripe humana y, por consiguiente, evitar que pueda combinar su material genético con el virus de la gripe aviar. Por otro lado, diversas compañías farmacéuticas se han puesto manos a la obra. Sanofi Pasteur, la compañía más importante del mundo en vacunas, está desarrollando un producto propio por encargo del gobierno francés contra la gripe aviar y sus posibles mutaciones. Novartis acaba de invertir 5.000 millones de dólares con el mismo objetivo, mientras que Glaxo Wellcome ha destinado 1.500 millones y Wyeth otros 2.000. La previsión es que en el espacio de un año pueda haber vacunas efectivas en el mercado.

¿Y no podrían vacunarse directamente las aves?

Francia e Italia son dos de los países que han optado por esta solución. Pero hay problemas de índole económica para su administración y dudas fundadas sobre su efectividad. Además, sólo sería aplicable a aves de corral, y no a las silvestres, y resulta muy difícil distinguir entre un animal enfermo y el vacunado.

¿Cuál es entonces la solución?

El confinamiento de las aves y la implementación de medidas higiénicas severas en las granjas y durante los procesos de sacrificio y manipulación, son las mejores y más seguras medidas preventivas.

Si compro pollos o huevos en una explotación familiar, ¿existe algún riesgo?

El actual nivel de alerta sanitaria obliga a extremar las medidas de confinamiento, higiene y de manipulación. Por tanto, cuanto más seguros estemos de que la granja familiar cumple escrupulosamente con ellas, menor será el riesgo.

¿Y si los adquiero en una pollería?

Los animales deben llegar a la pollería en condiciones seguras de consumo. Si se diera una contaminación accidental que hubiera pasado desapercibida, la correcta manipulación doméstica y un cocinado adecuado eliminan el riesgo.

Por tanto, ¿es seguro comer carne de pollo, huevos o productos derivados?

Basta con cocinar adecuadamente los alimentos. Para inactivar el virus es suficiente con que la temperatura de cocción alcance los 70ºC durante al menos un minuto. En frituras, hervidos y horneados domésticos esta temperatura se super con facilidad. Si los productos tienen un origen industrial, como sería el caso de pollos troceados envasados, huevos o mayonesas, los controles de calidad deben impedir su llegada al consumo en caso de contaminación. Y en comedores escolares, colectivos o restauración, la correcta manipulación y cocinado elimina el riesgo.

¿La pasteurización asegura la eliminación del virus en mayonesas, huevo líquido o productos de pastelería?

La inactivación del virus H5N1 se produce a una temperatura cercana a los 70ºC. El mecanismo de pasteurización basa su eficacia en el choque térmico que se produce al calentar rápidamente un alimento durante un tiempo determinado y su rápido enfriamiento. Están descritas varias técnicas. La denominada pasteurización baja o lenta la temperatura alcanza entre los 62ºC y los 72ºC y la duración del calentamiento de 8 a 40 segundos. El efecto germicida es alto, del orden del 95% al 99%. La pasterización rápida es la empleada con mayor frecuencia. La temperatura alcanzada se mueve entre 71ºC y 74ºC y el calentamiento suele durar de 40 a 45 segundos. El efecto germicida medio es del 99,5%. La pasterización alta es la preferida por su elevado efecto germicida (99,9%). La temperatura que se alcanza es de 85ºC durante un periodo de 8 a 15 segundos. La forma extrema de este sistema es la ultrapasteurización, con temperaturas de entre 135ºC y 150ºC y un tiempo de exposición de 2 a 8 segundos. El efecto germicida supera igualmente el 99,9%.

¿Qué ocurre con la carne de caza?

Las aves silvestres son las más expuestas a una posible infección. La extensión de la enfermedad de Asia a Europa y África se atribuye precisamente a aves migratorias, capaces de desplazarse miles de kilómetros, además de al comercio descontrolado de aves de corral. De ahí que se hayan extremado las medidas de control en humedales y otras zonas de paso de las aves en sus migraciones. Aunque el número de aves infectadas que se han localizado en distintos puntos de Europa es bajo, conviene extremar las precauciones puesto que la manipulación de un animal enfermo es un factor de riesgo. El cocinado a las temperaturas adecuadas, en todo caso, eliminaría el riesgo de contagio.

¿Y con las mascotas?

En el caso de aves domésticas basta con mantener unas condiciones higiénicas adecuadas. En cuanto a gatos, perros u otros animales que puedan cazar aves silvestres, conviene extremar la atención. Ante la aparición de síntomas anómalos en estos animales conviene recurrir a un servicio veterinario de inmediato, además de vigilar escrupulosamente las medidas de higiene.

Si me encuentro con un animal muerto en la calle o en el monte, ¿qué debo hacer?

Ante la sospecha de que el animal pueda estar infectado, debe ponerse en contacto con las autoridades locales para que procedan a su retirada y a la aplicación del protocolo de detección de la infección. En estos momentos ya están a disposición de especialistas kits de diagnóstico rápido de la enfermedad.

¿Y si en lugar de un ave se trata de un gato o de otro animal doméstico?

Debe hacer exactamente lo mismo. Hasta la fecha sólo se ha comunicado el caso de un gato infectado en Alemania, además de otros felinos en parques zoológicos (tigres y panteras que habían comido aves enfermas) e incluso de cerdos. No obstante, no se ha verificado ningún caso de transmisión de la enfermedad de un mamífero a otro. En todo caso, conviene extremar la precaución.

¿Existe riesgo si se visitan instalaciones avícolas, parques zoológicos o zonas naturales como humedales?

Las granjas avícolas y los parques zoológicos han incrementado sus niveles de protección para evitar posibles contagios. En cuanto a zonas rurales o incluso áreas urbanas, basta con actuar con sentido común: evitando el contacto con los animales, en especial los muertos, y comunicando cualquier situación anómala a las autoridades sanitarias.

¿Qué medidas se están adoptando para evitar posibles contagios?

La Organización Mundial de la Salud, junto con la FAO y los gobiernos de distintos países, incluida España, han elaborado una guía de recomendaciones para la población que deben seguirse a rajatabla. El objetivo es que no entre ningún ave enferma a la cadena alimentaria humana y, si eso ocurriera, evitar el consumo de carne ni huevos crudos, ni parte alguna de un ave de corral procedente de zonas con brotes de enfermedad. Asimismo, desde estos organismos se ha instado a las autoridades sanitarias de los distintos países a establecer mecanismos de alerta anticipada y reforzar la evaluación de riesgos. Si la enfermedad progresara, se han previsto mecanismos para contener o retrasar la propagación del virus, como incrementar la reserva de antivirales y la producción de nuevos fármacos. Todas estas medidas forman parte del protocolo a aplicar en España.

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