Dolor en el pubis, un problema del deportista aficionado

La pubalgia afecta sobre todo a quienes practican fútbol porque desarrollan de forma notable los músculos de las extremidades inferiores, y menos los abdominales
Por Clara Bassi 21 de febrero de 2010
Img futbol
Imagen: Little Baby G

El desarrollo desequilibrado de la musculatura puede pasar factura. Una de las consecuencias posibles es la pubalgia o dolor en el pubis. Los principales afectados por este problema físico son los deportistas aficionados, sobre todo, quienes practican fútbol, ya que desarrollan de forma notable los músculos de las extremidades inferiores y no tanto los abdominales. Por fortuna, esta descompensación es prevenible. Y si el problema se cronifica, se puede corregirse en el quirófano.

Poco frecuente entre profesionales

Imagen: Little Baby G

El dolor en el pubis es un problema de salud habitual entre los deportistas aficionados y poco frecuente entre los profesionales. Afecta, sobre todo, a quienes practican deportes de contacto y de choque en equipo, como el fútbol, el voleibol, el balonmano o el baloncesto, y a algunos deportistas individuales de esgrima y equitación. No obstante, puesto que el fútbol es el deporte preferido en España, el mayor número de afectados se halla entre los futbolistas aficionados, expone José Aragón, jefe del Servicio de Traumatología y Ortopedia de la Fundación Hospital del Espíritu Santo (FHES), de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), y del grupo de la Mutualidad de Futbolistas de Cataluña.

«Afecta más a los aficionados porque los profesionales tienen una preparación física y un seguimiento por parte de especialistas que hace muy difícil este tipo de lesión», explica Aragón. Se ha comprobado que los afectados suelen ser futbolistas amateur, de entre 20 y 25 años, que juegan en la liga regional «pero que no son profesionales al 100%, sino jóvenes que trabajan y, además, juegan a fútbol». Entrenan un par de días y juegan un partido a la semana.

Este experto ha participado en las VI Jornadas de Fisio-Cot, organizadas en Barcelona por la FHES, la Mutualidad de Futbolistas de Cataluña y la colaboración de otras instituciones. En este evento, al que han asistido más de 250 profesionales, fisioterapeutas y traumatólogos, se ha aprovechado para hacer una puesta al día sobre la pubalgia. Esta lesión es una de las patologías más frecuentes en la consulta de los especialistas de medicina del deporte. «Respecto a las lesiones del ligamento cruzado anterior, que se operan con más frecuencia en futbolistas, representan dos de cada diez», dice Aragón. Sin embargo, es poco conocida tanto por la población en riesgo de sufrirla como por los traumatólogos que no se dedican a la medicina del deporte.

La causa: el desequilibrio muscular

Tienen más riesgo las personas de poca estatura, con una musculatura vigorosa y unas extremidades inferiores muy potentes

También conocida como osteopatía dinámica del pubis o síndrome del aductor en la parte anterior de la pelvis, la pubalgia se desarrolla por una descompensación de la musculatura a consecuencia de la práctica deportiva que refuerza el trabajo con las extremidades inferiores, de forma que los muslos y las piernas son muy potentes y fuertes, mientras que la musculatura abdominal, en ocasiones, queda fláccida. Los músculos abdominales, que comienzan en el tórax, y los aductores, que cumplen una función estática y que forman el contenido del muslo, se insertan en el pubis. Una descompensación muscular entre la parte superior del tronco y la parte inferior genera dolor en la zona de la pelvis, informa Aragón.

Lluís Puig, fisioterapeuta del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología de FHES y organizador de las jornadas, explica que «el origen de la pubalgia es poco claro», pero reconoce que «numerosos autores» coinciden en que se debe a un desequilibrio muscular. Además, la acción antagonista entre aductores y abdominales puede afectar a las articulaciones adyacentes.

Los músculos abdominales son fásicos o dinámicos y, ante una lesión o inactividad, tienden a la hipotonía y debilidad. Mientras, los aductores son músculos tónicos o estáticos que, con patología o inacción, tienden a la hipertonía y retracción. Esto significa que «el reposo no está indicado en la pubalgia, sino que se debe realizar un descanso activo, porque si no, la flacidez de unos y la retracción de otros se acentúa y agrava el cuadro», añade el especialista.

De la prevención al tratamiento

Para prevenir este problema, los preparadores físicos, sea de fútbol o de cualquier deporte en equipo en el que se ejecuten saltos con recepción -voleibol, balonmano o baloncesto-, han de procurar planes de desarrollo armonioso de la musculatura. Primero deberían fijarse en el biotipo del deportista, ya que las personas de poca estatura, con una musculatura vigorosa y unas extremidades inferiores muy potentes podrían tener más riesgo de sufrirla.

Tras estudiar la estructura de cada jugador, se debería aplicar un programa de ejercicios con pautas de estiramientos adecuadas a cada uno, a fin de evitar que la musculatura se descompense durante la práctica deportiva, explica Aragón. Este traumatólogo recalca que se deberían hacer esfuerzos para que las pistas donde se practiquen los deportes que entrañan más riesgo sean idóneas, puesto que las superficies duras, embarradas y con irregularidades favorecen la lesión.

Con fisioterapia también se puede prevenir la pubalgia. Según precisa Puig, en este caso, los objetivos del tratamiento son los mismos tanto para prevención, como para tratamiento conservador o posquirúrgico (después del período de cicatrización), «siempre según el momento y el estado del deportista». Esta terapia consiste en realizar un trabajo dinámico y cardiovascular, tonificar la musculatura abdominal y trabajar la flexibilización y estiramiento de la musculatura aductora, entre otros.

CIRUGÍA DE LA PUBALGIA

La pubalgia es muy difícil de revertir; de ahí la importancia de la prevención. En los casos en que se hace crónica, sólo queda pasar por el quirófano. La cirugía consiste en practicar una sutura del tendón (tenorrafia) de la pared anterior de la musculatura abdominal y seccionar el tendón (tenotomía) de los aductores; es decir, hacer un refuerzo de la pared abdominal y conseguir que el tendón aductor mediano del pubis descienda dos centímetros y se pegue al resto de los planos musculares en el muslo, para que rebaje la tensión en la zona púbica, detalla José Aragón.

Esta operación se practica con anestesia epidural, de modo que sólo se duerme el cuerpo a partir de la cintura, la mitad inferior. El paciente puede recuperar su ritmo habitual dos semanas más tarde y volver a practicar deporte transcurridos dos o tres meses. En una operación de este tipo colaboran un traumatólogo, un anestesista, personal de enfermería y, en ocasiones, un fisioterapeuta, quien entra en quirófano para conocer la lesión del paciente, la sección realizada por el cirujano y el modo en que se han suturado los músculos. Es él quien debe implicarse tanto en el preoperatorio como en el posoperatorio de los pacientes con pubalgia. Sólo si conoce todos los detalles de los casos, podrá aplicar un tratamiento específico para cada uno, defiende Aragón.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube