Afrontar la inseguridad ante el futuro

Problemas psicológicos como la ansiedad o el insomnio son más frecuentes cuando se vive con incertidumbre, sin saber qué depara el futuro
Por José Andrés Rodríguez 8 de enero de 2012
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Imagen: mihai9 radu

La crisis económica ha provocado que se viva en una época de incertidumbre. Las dificultades para mantener o encontrar un empleo y la imposibilidad de saber cuándo pasará la crisis generan indecisión, inseguridad y malestar psicológico en muchas personas, que pueden radicalizar sus puntos de vista. Para intentar sobrellevar esta incertidumbre, los expertos insisten en echar mano de la capacidad de cada uno para sobreponerse al malestar psicológico, tejer una buena red social y afectiva, mantener en forma la autoestima y recuperar el pensamiento positivo.

La crisis económica hace que aumenten, año tras año, las consultas a psicólogos y psiquiatras. La incertidumbre reinante mina la salud psicológica de muchas personas que, ante la falta de recursos propios para hacerle frente, buscan la ayuda de un profesional. La ansiedad y el insomnio son dos de las fuentes de malestar que más directamente se relacionan con la incertidumbre. Se estima que uno de cada cinco españoles sufre insomnio y más de seis millones, ansiedad.

El psiquiatra Luis Rojas Marcos, profesor de psiquiatría de la Universidad de Nueva York (EE.UU.), señaló en la conferencia «Insomnio en 360 grados», celebrada en octubre del año pasado en Barcelona, que estos problemas se deben, en parte, «a un estado de incertidumbre, a no saber qué depara el futuro, de ponerlo en cuestión, que se ha agravado con la coyuntura económica actual».

Más preparados para la adversidad que para la incertidumbre

Durante la conferencia «¿Cómo superar la adversidad?», Rojas Marcos aseguraba que, en la actualidad, a pesar de que el ser humano está cada vez más preparado para resistir las adversidades, muchas personas tienen problemas para «lidiar con la incertidumbre». Esta falta de certeza afecta tanto porque «venimos al mundo pensando que tenemos derecho a una vida larga y completa y damos por sentado que el sentido del futuro forma parte de la definición de lo que somos», explicaba.

¿Qué hacer para sobrellevarla? Rojas Marcos propone apelar a la resiliencia (la capacidad para sobreponerse a las épocas y situaciones de malestar psicológico), tejer una buena red social y afectiva, mantener en forma la autoestima y recuperar el pensamiento positivo.

La inseguridad puede radicalizarnos

El ser humano está cada vez más preparado para resistir las adversidades, pero no tanto para lidiar con la incertidumbre

El hecho de que la incertidumbre haga temblar los pilares de la seguridad lo demuestran diversas investigaciones. En un experimento realizado por Michael How, de la Claremont Graduate University (EE UU), los voluntarios escribían sobre temas en los que no tenían certezas. Luego se les preguntaba su opinión sobre soluciones radicales a los problemas de la vida en el campus universitario. Se comprobó que estos voluntarios, que con anterioridad se habían mostrado moderados, optaban por soluciones radicales.

En otro estudio, pidieron a los voluntarios que escribieran textos, dirigidos a unos desconocidos, en los que expusieran sus opiniones sobre la experimentación con animales o sus preferencias dietéticas. Cuando a estos voluntarios se les hizo perder la seguridad en sí mismos (al recordarles experiencias pasadas dolorosas o pedirles que escribieran con su mano no dominante), escribieron textos más largos y con más ahínco para convencer a sus lectores sobre sus puntos de vista. Es decir, según los expertos, se radicalizaron.

LA INCERTIDUMBRE: ARMA DE SEDUCCIÓN

Cuando un hombre juega a no dejar claro a una mujer si siente atracción por ella, tiene más probabilidades de conquistarla. Por lo menos así lo aseguran los investigadores Erin R. Whitchurch y Timothy D. Wilson, de la Universidad de Virginia (EE.UU.), y Daniel T. Gilbert, de la Universidad de Harvard (EE.UU.). Para llegar a esta conclusión, realizaron un estudio de lo más curioso. Reunieron a un grupo de 47 estudiantes universitarias y les dijeron que participarían en una investigación para estudiar la viabilidad de la red social Facebook como lugar de citas.

Les dijeron que hombres de otras universidades habían consultado el perfil de cada una de ellas (información como la edad, las aficiones, etc.), pero en realidad, esos chicos no existían. A cada una de las chicas se le mostraron los perfiles de cuatro chicos. A algunas de ellas se les dijo que les habían mostrado a los chicos que más se habían interesado por ellas. A otras, que les habían mostrado a los chicos que se habían interesado algo. Y a otras, que les habían mostrado a chicos que podían estar o muy interesados o algo interesados. A todas les preguntaron si consideraban atractivos a esos chicos. Las mujeres que se sintieron más atraídas fueron las últimas, es decir, quienes no sabían si habían gustado a los chicos.

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