Enfrentarse a la crisis de manera saludable

La psicología y el coaching son dos vías para afrontar esta época de recesión económica e incertidumbre
Por José Andrés Rodríguez 1 de abril de 2012
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Imagen: Amir Darafsheh

La crisis económica actual no parece ser una situación pasajera. Las perspectivas económicas para los próximos años no auguran una mejora de la situación. Por este motivo, los expertos aconsejan ajustar cuanto antes la mentalidad a las nuevas circunstancias. ¿Pero cómo hacerlo? En este artículo, un psicólogo clínico y un coach apuntan algunas directrices para afrontar estos tiempos de incertidumbre económica.

Desde que empezó la crisis económica actual, a principios del año 2008, las noticias son cada vez más negativas en España. El paro, la caída del consumo o la difícil situación que viven países como Grecia o Portugal no permiten ver una luz al final del túnel. Es muy probable que durante los primeros meses o años de la crisis, muchas personas pensaran que, antes o después, la recesión acabaría y todo volvería a la normalidad. De hecho, es un mecanismo de defensa para afrontar con más energía la situación.

Pero como señala Mònica Fusté, que ejerce de coach en Barcelona, «no nos enfrentamos a una crisis, sino a un cambio de paradigma. Es difícil que las cosas vuelvan a ser como antes». Y toca adaptarse a los nuevos tiempos. Este es uno de los objetivos de Fusté en su trabajo diario. «Se trata de acompañar a la persona en su proceso de transformación, para que pueda pasar de su situación actual, que no le gusta, a su situación deseada». En el caso del coaching para personas que sufren la crisis, ese proceso puede consistir en encontrar el camino profesional que seguir, cómo establecerse de forma autónoma, cómo dejar atrás el paro…

Superar la crisis, un proceso de duelo

Las emociones negativas, como la rabia, se pueden usar como motor del cambio personal de manera útil y eficaz

Si pensar que las cosas serán como antes ya no sirve como estrategia psicológica, «es necesario hacer el duelo por ese paraíso perdido y reajustar nuestra mentalidad lo antes posible a las posibilidades reales que hay», explica José Ángel López, psicólogo clínico de Santa Cruz de Tenerife. Un duelo parecido al que hay que realizar tras una separación de pareja o cuando fallece un ser querido. Un proceso que requiere un tiempo y, además, una elaboración, ya que «pueden surgir emociones negativas como la rabia, que hay que aceptar y expresar, aunque al mismo tiempo conviene procesar de manera eficaz. Se puede utilizar esa misma rabia como motor del cambio personal de forma útil y eficaz».

La crisis como una oportunidad

La crisis puede ser la oportunidad para movilizar recursos positivos. El objetivo del coaching es, como explica Fusté en su libro «El mejor año de tu vida» (editorial Alrevés), conseguir que la persona pueda reprogramar su mente, huir de sus miedos y abrirse a nuevas oportunidades. «Permite ver quiénes somos realmente y poner en marcha todo nuestro potencial». Desde el coaching, se entiende la crisis económica como una oportunidad, ya que obliga a muchas personas a reinventarse a nivel profesional, a pensar en proyectos para las nuevas necesidades que surgen, a atreverse a cambiar de vida.

De la misma manera, cada vez se habla más de la resiliencia, definida por el psiquiatra Luis Rojas Marcos, profesor de psiquiatría de la Universidad de Nueva York (EE.UU.), como «la capacidad que tenemos la mayoría de las personas para encajar, resistir sin rompernos y, con el tiempo, volver al estado inicial en el que estábamos, ante las adversidades».

Cómo enfrentarse a la crisis: armarse de resiliencia

Para enfrentarse a una situación tan complicada como el paro, la dificultad para encontrar un trabajo tras acabar los estudios o mantener una familia con pocos recursos, hay que ajustar la percepción a la realidad. En una época negativa, es fácil verlo todo negro. Y algunas personas pueden caer en una espiral muy peligrosa. «Los varones, en concreto, pueden generar fuertes tendencias de autoinculpación, impotencia, inadecuación y desvaloración», señala José Ángel López.

Este psicólogo recomienda centrarse en las propias capacidades y hacer una especie de auditoría personal de los propios recursos y limitaciones. Es fundamental, además, utilizar las redes sociales (familiares, amigos, conocidos) para conseguir apoyo psicológico y explorar oportunidades laborales. Sin olvidar la importancia de la formación, un paso fundamental para reinventarse profesional y personalmente.

CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS DE LA CRISIS

La crisis se acompaña de algunos factores que pueden agravar la forma en la que se vive y sus consecuencias: la percepción de un riesgo de proporciones catastróficas, la falta de información fiable, la incertidumbre acerca de las consecuencias, la sensación de pérdida de control sobre la propia vida y el futuro, la pérdida de confianza en los líderes políticos y sociales, etc. Como explica José Ángel López, las consecuencias negativas de esta presión pueden ser “un aumento de la hostilidad y la irritabilidad, problemas para dormir o en las relaciones sexuales, fatiga excesiva y continua, dolores musculares, dolores de cabeza, trastornos gastrointestinales, trastornos de ansiedad o depresivos, u otros cuadros más graves”.

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