Fondo para la consolidación de la paz

Con una dotación de 100 millones de dólares para los próximos tres años, se plantea acabar con el círculo vicioso que conforman conflicto y pobreza
Por Azucena García 31 de diciembre de 2008
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“Mil millones de personas viven en estados que se desmoronan o se ven gravemente afectados por conflictos”. Lo advierte el Banco Mundial, que sitúa los enfrentamientos en el 80% de los 20 países más pobres del mundo. La relación entre pobreza y conflicto es elevada y, por ello, el pasado mes de abril se creó el Fondo para la consolidación del estado y la paz. Durante los próximos tres años, invertirá 100 millones de dólares para combatir al que ya se considera “el desafío de desarrollo más difícil de nuestra era”.

Imagen: Radio Nederland Wereldomroep

Los estados frágiles son aquellos en los que se carece de servicios básicos o medidas de seguridad. Viven rodeados de inestabilidad y, a menudo, se sumergen en un nuevo conflicto cuando todavía padecen las consecuencias de enfrentamientos anteriores. Apenas reciben atención por parte de la comunidad internacional. Son un desafío al que pocos se atreven a enfrentarse. El Banco Mundial reconoce que son las naciones «menos propensas a alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio«. El índice de desnutrición es un 50% más elevado que en otros lugares, la mortalidad infantil supera en un 20% a la media y las tasas de finalización de la escuela primaria son un 18% inferiores a las que se dan en los países de ingresos bajos.

La partida para este ejercicio asciende a 33 millones, que se repartirán entre unos 20 países

El propio conflicto empeora la situación de estos países. De hecho, un 40% vuelve a enfrentar un problema similar «antes de 10 años», según el Banco Mundial. El reto de esta entidad es consolidar la seguridad, la legitimidad, la gestión de gobierno y la economía de cada país para facilitar la transición a la paz. Para conseguirlo, el pasado mes de abril se creó el Fondo para la consolidación del estado y la paz, una fusión del Fondo para situaciones posteriores a los conflictos (de 1997) y el Fondo fiduciario para intervenciones a favor de los países de bajo ingreso en dificultades (de 2004). La primera asignación alcanza 1.000 millones de dólares para los próximos tres años. La partida para este ejercicio asciende a 33 millones, que se repartirán entre unos 20 países.

Prioridades

El Fondo se plantea atender las principales necesidades de los estados, sufragar su reconstrucción y poner en marcha medidas que conduzcan hacia la consolidación de la paz. En concreto, las prioridades para los países frágiles son: desarrollar la legitimidad del Estado, ofrecer seguridad, consolidar el Estado de derecho y el ordenamiento jurídico, fortalecer la identificación nacional y local, garantizar la estabilidad económica, prestar atención a la economía política, atraer al sector privado, coordinar instituciones y actores, considerar el contexto regional y reconocer el compromiso a largo plazo.

Está previsto, en definitiva, con el mismo fin que otras partidas invertidas hasta ahora en Afganistán, Camboya, Kosovo o Timor-Leste. Servirá para «atender necesidades inmediatas de consolidación de la paz en los países que salen de situaciones de conflicto en un momento en que no se dispone de otros mecanismos de financiación» y «ayudar a reducir el riesgo de una recaída», explica la ONU.

Intervención de la ONU

Naciones Unidas cuenta con un papel importante en las cuestiones que afectan a la paz en el mundo. Desde 2005, alberga la sede de la Comisión de Consolidación de la Paz, cuyo mandato es canalizar recursos, proponer estrategias integrales y asesorar sobre éstas. Reconstrucción, consolidación de las instituciones y desarrollo sostenible son sus ejes centrales de trabajo.

La Comisión de Consolidación de la Paz de Naciones Unidas facilita la transición del socorro al desarrollo

Su labor consiste en facilitar la transición “del socorro al desarrollo”. Pone en contacto al Gobierno de un país con los agentes nacionales e internacionales que le ayuden a definir una estrategia a largo plazo. Así se espera gestionar eficazmente el gasto de los fondos disponibles y aunar esfuerzos. Cuando se considera que el peligro de recaída en un conflicto es mínimo, la Comisión deja de intervenir en el país.

Las solicitudes de intervención son presentadas por la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social o el Secretario General y cualquier Estado Miembro. A menudo, esto se produce tras quedar concertado un acuerdo de paz y asegurarse un grado mínimo de seguridad en el país. En cualquier caso, la Comisión es un órgano asesor que, como tal, se limita a trasladar recomendaciones. “Reconoce inequívocamente la importancia de que el propio país se haga responsable del proceso de consolidación de la paz”, precisa la ONU.

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